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La niña del canasto

Cuando toca la mala ventura de nacer pobre, como le toca a la mayoría en este país, no basta con trabajar la vida entera para salir de donde se está.
Tipo de Nota: 
Opinión

La niña del canasto

02 de Agosto de 2019

Estaba en la computadora cuando ella se paró frente a la entrada. Era la niña más hermosa que una se pueda imaginar. Sonrió y me iluminó la mañana.

«¿Quiere lichas?», ofreció con alegría. La pequeña balanceaba con gracia una canasta de frutas sobre su cabeza. Lamenté como nunca haber salido de casa sin billetera. Sin embargo, no pude evitar intentar sacar conversación. La pequeña es dulce y conversadora, pero no podía disimular su prisa por continuar con la tarea encomendada. Conversamos brevemente:

—¿Cómo se llama usted, niña hermosa? —pregunté.

Volvió a sonreír. Entendí que no quería decirlo y acepté su gesto amable a cam...

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