Plantear metodológicamente la existencia de dichos paralelismos no puede hacerse sin ningún orden riguroso. Ha de preguntarse: ¿Cuál es el mayor grado evolutivo que las organizaciones criminales pueden producir o aspirar a emular? Prácticamente todos los teóricos estarían de acuerdo en que son las organizaciones italianas, concretamente la Cosa Nostra, las organizaciones que despliegan el mayor nivel de evolución. El tipo de crimen organizado que podemos tipificar como mafia está estructurada en familias independientes con territorios determinados dedicadas a un tipo de negocios concretos y se encuentra coordinada por un consejo de jefes de cada familia los cuales pretenden resolver las disputas de forma pacífica. En Estados Unidos esta institución se llama La Comisión, y en Italia, la Cupola.
De tal suerte que la correlación planteada resulta la siguiente: A mayor grado de evolución, el crimen organizado asemeja los rituales y estructuras propias de los grupos italianos, con lo cual entonces habría que analizar si en algún momento los grupos colombianos o los mexicanos se han italianizado. Parece ser que los grupos mexicanos han desarrollado rituales de pasaje, así cómo identidad de grupo además de comprenderse cómo una forma legítima de gobierno paralelo. Con esto, habrían dado el primer paso hacia la italianización. Durante los años de oro del narco mexicano, las décadas en que el negocio estuvo dominado por las familias sinaloenses, la estructura del negocio pudo producir un equilibrio de poder en donde el respeto a los códigos de honor resultaba fundamental para el buen desempeño de la empresa. En cuanto a éste último punto, los sinaloenses operarían exactamente igual que los sicilianos: El orden y la escasa violencia era ingredientes vitales del negocio.
Sin embargo, la actual guerra contra el narcotráfico mexicano ha producido un grado de evolución no deseada, y mucho menos entendida. Hoy los grupos mexicanos han dejado de asemejar la Cosa Nostra. El grado de violencia que han debido adquirir para repeler al gobierno federal mexicano los ha hecho replicar comportamientos y códigos simbólicos mucho más propios de la Camorra napolitana. La Camorra, a diferencia de la Cosa Nostra no se agrupa en familias, sino en clanes. A diferencia de la Cosa Nostra, no cuenta con un consejo de directores para sentar política de dirección. A diferencia de las reglas que evitan la violencia en extremo, la Camorra se nutre de dicha violencia para afianzar su poder.
La Camorra napolitana controla el mercado de drogas europeo. Todos los productos pirata de marcas italianas reconocidas se fabrican en talleres de la Camorra. Han vendido armas a todos los grupos rebeldes conocidos, han invertido dinero en la reconstrucción de las torres gemelas, controlan todo el mercado de los desechos sólidos en Italia incluyendo el manejo de desechos tóxicos. Por si fuera poco, más del 60% del PIB italiano está conectado con los negocios de la Camorra.
La Camorra es violenta e impredecible. No por nada Roberto Saviano tituló a su fatídico libro Gomorra. En este texto, Saviano nos desnuda al monstruo de mil cabezas. Sin embargo, resulta interesante saber que los clanes de la Camorra asesinan al ritmo de música. Los killers de la Camorra apresados, siempre han llevado con ellos un set de audífonos con música. Pero no espere usted, estimado lector, que se hallara música de rock pesado o rap afroamericano. Todo lo contrario, música romántica.
La Camorra mata con música de amor. Me decía un colega de la Fundación Libera que la canción preferida de la mayoría de asesinos camorristas era la canción Ma si ven staser; título en dialecto Napolitano que se podría traducir a Pero esta noche nos vemos. (staser es la forma napolitana para decir stasera, que en dialecto es el equivalente a la expresión italiana de questa sera, a decir, esta será.)
El narcotráfico mexicano ha tomado esta moda. No hay tarde ni noche, ya sea en Juárez, Durango, Tamaulipas o Nuevo León donde previo a un enfrentamiento entre sicarios y militares, las estaciones de radio toquen algún narco-corrido solicitado de manera anónima. Si el comando pertenece al Cartel de Sinaloa entonces, probablemente, se solicite el corrido A mis Enemigos, del inmortal Valentín Elizalde. Si el comando pertenece al Cártel del Golfo, entonces la canción obligatoria es el corrido al Comandante Karis. Y si se trata de los Zetas, ni que hablar de su himno oficial, El corrido de Alberto Quintanilla, Corrido de los Zetas. La guerra contra la mafia en México hoy no trata de defender un negocio declarado ilegal sino de proteger una identidad adquirida. Se trata de la supervivencia de las organizaciones. El demonio arriba precedido de su propia música. Preludio de la muerte. Violento y artístico.
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