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La interminable lucha por la gobernabilidad del Congreso

Pérez Molina solicitó a los jefes de bancada sumarse a la denuncia pública contra Lider por tener parado al Legislativo, por hacer interpelaciones con preguntas irrelevantes y ser los causantes de que se gastaran Q20 millones en el primer mes de este año para mantener un Congreso que no ha trabajado.
Amparados por la legislación, con voces de una posible depuración de diputados y excluidos de cualquier mesa de negociación con el gobierno, Villate demuestra que Lider no tiene interés en ceder con las interpelaciones.
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La interminable lucha por la gobernabilidad del Congreso

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El Ejecutivo y el partido Lider sostienen un reñido pulso por manejar la agenda del Legislativo. El primero intenta introducir varios paquetes de leyes que le permitan cumplir con sus compromisos de campaña; el segundo, amparado por las interpelaciones, pretende controlar el Congreso. Una negociación entre ambos parece imposible.

Reuniones a puerta cerrada entre el presidente de Guatemala, Otto Pérez, y los jefes de bancadas afines al Ejecutivo, e insinuaciones de depuración de diputados que recuerdan el Serranazo por parte de Libertad Democrática Renovada (Lider), marcaron la agenda política guatemalteca durante estos días. A la luz de lo dicho por unos y otros, los hechos de los primeros días de la semana sólo abonan a que cualquier propuesta para desentrampar y reiniciar el trabajo en el Congreso de la República no se convierta en una realidad a corto plazo.

El lunes amaneció con campos pagados del Partido Patriota (PP) en varios periódicos. “Es urgente y necesario que las actividades parlamentarias retomen su curso y avance en la agenda legislativa. Guatemala ya no puede esperar más”, rezaban los comunicados, en que además se acusaba a la oposición de frenar el progreso del país. Pero, horas después, el presidente Otto Pérez Molina dejó claro a quién se refería por oposición: Lider.

Lejos de asegurar futuros consensos en el Congreso, el lunes se marcó claramente que el Legislativo estará dividido en tres partes: los aliados del Presidente, encabezados por su bancada; la oposición, con la mirada puesta exclusivamente en Lider; y los minoritarios, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Encuentro por Guatemala (EG), que tienen poca fuerza en el hemiciclo y sus votos se mueven sin demasiada definición.

El mismo lunes, Pérez Molina solicitó a los jefes de bancada sumarse a la denuncia pública por tener parado al Legislativo, por hacer interpelaciones con preguntas irrelevantes y ser los causantes de que se gastaran Q20 millones en el primer mes de esta año para mantener un Congreso que no ha trabajado.

Mientras tanto, los diputados de Lider tomaron las declaraciones del Presidente como un ataque frontal y como un reto a mantenerse firmes con las interpelaciones que están pendientes en el Congreso. “No les gusta que se les fiscalice con las interpelaciones, que son legales, y sacan anuncios en la prensa para ponernos en mal con la población”, acusó Roberto Villate, jefe de la bancada de oposición.

Si los desplegados en la prensa nacional molestaron a Lider, la reunión en Casa Presidencial con el bloque de aliados y el presidente del Congreso, Pedro Muadi, la misma mañana del lunes, terminó de caldear los ánimos. “Claro que no nos invitaron. No lo hicieron por internet, por teléfono o, menos, personalmente… El Presidente invitó a sus aliados para ponerse de acuerdo en a saber qué negociaciones”, dijo Villate.

La invitación a los políticos se hizo el fin de semana y corrió por cuenta de Roxana Baldetti, según dos diputados de los partidos invitados. La prensa no lo supo hasta que un mensaje en Twitter la destapó a primeras horas de la mañana del lunes: “Binomio Presidencial convoca a Casa Presidencial a Jefes de Bancada del Congreso, excepto a la extrema oposición”. Fue publicado por Radio Sonora a las 7:39 de la mañana. A esa hora, empezaron las llamadas de los periodistas a la Presidencia.

Primero, a voceros de la Casa Presidencial, quienes dijeron que todavía no tenían la agenda del presidente Otto Pérez y que no podían confirmrar o negar que existiera tal reunión. Después, a diputados de UNE, Lider y EG, quienes dijeron que no habían sido invitados; el jefe de la bancada del PP y el diputado Roberto Alejos, no contestaron sus llamadas.

Al final, se habló al secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Francisco Cuevas, quien no estaba en la reunión por encontrarse en una diligencia judicial. “El Presidente tiene una agenda pública y una privada… Esta reunión era parte de su agenda privada. Se habló de la gobernabilidad del país y de desentrampar la agenda del Congreso”, sostuvo Cuevas.

¿Por qué esconder la reunión con los jefes de bloque a la prensa?

La espera de la negociación

A las 10:30 de la mañana, docena y media de periodistas se apostaron en las gradas de Casa Presidencial, frente a la sexta avenida. Esperaban a que salieran los representantes de los partidos políticos. Por aquella puerta sólo salieron Carlos Enrique López y Leonel Soto Arango, los subjefes de las bancadas de Todos y el Partido Unionista. Únicamente este último habló. “No hubo una agenda específica, lo que se planteó es que el Congreso no puede hacer nada mientras estén pendiente siete interpelaciones”, dijo Soto Arango.

¿Se solicitó apoyo para leyes específicas? No. ¿Posiciones para desentrampar la agenda legislativa? Se lanzó sobre la mesa la posibilidad de sesionar todos los días desde las 9:00 de la mañana, dejando uno o dos días para avanzar en temas de legislaciones pendientes de discusión en el pleno, algo que ya habían adelantado los diputados de Todos la semana pasada. “Hay alrededor de 60 iniciativas detenidas en el Congreso. Por ejemplo, la ley de Aduanas, que quedó pendiente de su tercera lectura”, dijo Soto Arango. El presidente del Congreso, Pedro Muadi, a través de su perfil en Facebook, dio a conocer las estadísticas oficiales: 177 iniciativas en primer debate en el pleno; 27, en segundo debate; y 54, en tercer debate.

Al día siguiente, el martes, Selvin García, diputado de CREO, solicitó que se declarara sesión permanente y ésta fue aprobada con 82 votos.

Según los diputados que estuvieron en la reunión de Casa Presidencial, incluso se habló de retirarse del pleno, para evitar tener quórum para las interpelaciones, y frustrar los planes de Lider. Pero, de nuevo, aseguraron que el punto central de la reunión era ver cómo dejar de lado los intereses partidarios para retomar una agenda legislativa común con temas de interés nacional. ¿Una nueva agenda común? ¿No se había pactado una en septiembre de 2012?

La última vez que representantes de diferentes partidos se reunieron con Pérez Molina y Baldetti sin hacerlo público, fue en septiembre pasado, en una residencia de la zona 10. Ni Lider, ni UNE ni EG fueron invitados.Y entre los que asistieron, votos más, votos menos, se aprobó el presupuesto para 2013, aseguró parte de su financiamiento con préstamos internacionales y terminó definiendo la composición de la actual junta directiva del Congreso.

¿Por qué no negociar con la oposición? Porque, en palabras de diputados del PP y el Ejecutivo, en ese entonces, no se podía negociar con quien no quería negociar. Se hizo hincapié en la frase: “Para qué invitar para buscar acuerdos a quienes no quieren ponerse de acuerdo en nada”. Algo así intentó explicar Pérez Molina sobre la reunión de este lunes: “No los invitamos porque son los que tienen parado el Congreso”. Del resto de partidos, ni una mención.

Lo que la prensa llamó “alianza de la zona 10”, en septiembre, rompió con la dinámica que se mantuvo durante el primer período de sesiones legislativas de 2012. Se basó en aprovechar la aritmética legislativa: con 105 diputados a favor se puede votar con carácter de urgencia nacional cualquier iniciativa de ley. Después, sólo se necesitaban 80 votos para aprobarla en una sola lectura en el pleno.

¿Se busca lo mismo esta vez?, preguntamos al Secretario de Comunicación de la Presidencia, Francisco Cuevas. “Se tienen 108 ó 110 votos con los partidos políticos que asistieron. Suficientes para una agenda común”, dijo Cuevas.

-¿Por qué no invitar a Lider a una mesa de negociación?

-Porque ellos no quieren negociar nada y con las interpelaciones sólo buscan parar el Congreso.

-¿No era lo mismo que hizo el PP a la UNE en el gobierno pasado?

-… No se puede vivir del pasado.

-Solo Lider puede retirar las interpelaciones. De nuevo, ¿por qué no invitarlos a negociar sobre cosas concretas?

-Ellos lo que quieren es dinero, dinero en obras que después puedan capitalizar en votos. 

-Y los que se sentaron este lunes con el Presidente, ¿qué pidieron a cambio de sus votos?

-Nada, son partidos que buscan la gobernabilidad del país.

-Si buscan la gobernabilidad y todo es tan transparente, ¿por qué no hacerlo en una reunión pública?

-Es que ésta fue una reunión parte de la agenda privada del Presidente.

El mandatario no dio declaraciones en Casa Presidencial. Se avisó a los periodistas que él se trasladaría a la calzada Roosevelt para inaugurar el plan “Calzadas seguras”. Allá, en horas del mediodía, Pérez Molina reconoció la reunión. Aseguró que fue un desayuno con los jefes de bloque de diferentes bancadas, que no había tenido la oportunidad de reunirse con ellos en este año, que los querían invitar para ver cuáles eran las perspectivas que tenía cada uno de ellos para 2013 y qué leyes o iniciativas estarían dispuestos a promover. “Estuvo también el presidente del Congreso, para que pudiera recoger esas inquietudes y que pueda armar una agenda que sea común a todos aquellos partidos que estén interesados en que haya trabajo en el Congreso”, explicó Pérez.

¿Por qué no se dio a conocer la reunión previamente? Antes de subir a su motocicleta y dar un reconocimiento sobre la Calzada, Pérez Molina se encogió de hombros y dijo: “No sé por qué no la harían pública”. ¿Quién tenía que hacerla pública? No lo dijo.

Vieja práctica, nueva batalla

Con 56 diputados al momento de tomar posesión la legislatura 2012-1026, el control del PP en el Congreso siempre dependió de alianzas. La primera, pactada desde noviembre de 2011, le permitió tener la presidencia de la Junta Directiva en una repartición de cargos con Creo, Gana, UCN, Viva, Unionistas, EG y quienes asumirían la bandera morada de Todos.

Esa alianza inicial fue la que permitió aprobar el paquete de leyes tributarias y la creación del Ministerio de Desarrollo Social, entre otras, pero se rompió en la medida que los diputados cambiaron de bandera. Entonces, Lider, que aumentaba de tamaño en el hemiciclo, jugó a ser oposición con las herramientas que aprendió del PP y parece que no cederá ante las presiones del Ejecutivo.

El lunes, a la hora en que que se desarrollaba la reunión en Casa Presidencial, la bancada de Lider hacía sus propias valoraciones de lo que estaba sucediendo. Roberto Villate, jefe del bloque, comentó que el PP buscaba tener una aplanadora en el Legislativo que aprobara sin oposición las disposiciones del Ejecutivo, que lo que más le molestaba al Presidente era tener que someterse a la fiscalización del pleno y que el partido de gobierno buscaba mecanismos para una depuración de los diputados de la oposición.

¿Depuración? Las voces en ese sentido se escucharon desde la semana pasada. Fueron comentarios lanzados al aire. “Que interpelen a todos los que quieran, pronto ya no van a estar aquí”, dicen que dijeron diputados del Partido Patriota a la oposición, justo cuando se interpelaba al ministro de Cultura y Deportes, Carlos Batzín, el martes pasado. También lo escucharon algunos diputados de EG y UNE.

Los que escucharon se lo dijeron al oído a periodistas y colaron la frase como un rumor más en los corrillos del Congreso. ¿Base legal para hacerlo? Ninguna. Igual, nadie lo preguntó. Así, el rumor sólo fue eso y nadie volvió a hablar del tema hasta este lunes, cuando el jefe de la bancada patriotista, Valentín Gramajo, dijo a los periodistas que “ojalá se diera una depuración” de diputados. “La sociedad civil debería venir a ver si hay trabajo, si es factible que haya cambios en el Congreso, porque no podemos estar así todo el tiempo. El pueblo dirá si quiere un rompimiento constitucional”, sostuvo.

Incluso, durante la sesión de jefes de bloque, el subjefe de la bancada oficialista, Nery Samayoa, amenazó que el presidente de la República podría limpiar el Congreso si no se aprobaba la agenda legislativa que envió el Ejecutivo y que estaba en suspenso, reseñó La Hora en su edición del miércoles.

¿Depuración? ¿Limpieza? ¿Disolución? “No sé cómo se llamaría porque constitucionalmente no es posible hacerlo”, dijo Roberto Alejos. La última vez que se hizo un cambio de diputados por orden del Ejecutivo fue el 25 de mayo de 1993, cuando el entonces presidente Jorge Serrano Elías disolvió el Congreso y la Corte Suprema de Justicia (CSJ). “Eso fue un golpe de Estado. Y de nuevo decir que se quiere hacer esto sería actuar fuera de la ley”.

Aun así, el lunes y el martes, Villate acusó al PP de querer dar un “golpe técnico” al Legislativo pero nunca ahondó en cómo se haría esto. “¿Quieren una Guatemala sin Congreso? ¡Que venga la dictadura, pues!”, dijo el diputado en el pleno durante la sesión del martes. Para él, la interpelación es las condición sine qua non para que exista fiscalización.

“Lider se equivoca al creer que la fiscalización que puede hacer el Congreso es únicamente con los antejuicios”, dice Roberto Alejos, de Todos. Según él, las citaciones a las comisiones y bancadas que hacen cada partido a ministros, viceministros y secretarios del gobierno sirven para obtener información de primera mano que puede ser utilizada legalmente si es necesario. “Se ha desvirtuado, desde hace varios años, el objetivo real de las interpelaciones, y se ha convertido en un arma política”. Un arma política que han utilizado muchos partidos, no sólo Lider.

En los últimos años fue utilizada por PP, Lider y la misma UNE, al cierre de la legislatura para amarrar el presupuesto de 2012. Sin contar las sesiones solemnes, de las 338 plenarias de 2008 a 2012, 90 sesiones se destinaron, en parte o totalmente, a la interpelación de ministros y significó más de un año de la actividad legislativa de los cuatro de gobierno. El mismo PP ató toda actividad en el Congreso durante seis meses en 2011 con la interpelación al entonces ministro de Gobernación, Carlos Menocal.

Hoy, Lider sólo perfeccionó lo que el PP ya había practicado. El punto de partida fue la interpelación al ministro de Finanzas, Pavel Centeno, el 16 de febrero del año pasado. Durante el primer período ordinario de sesión de 2012, el 75% del tiempo en el pleno fue utilizado para realizar interpelaciones.

“La interpelación es un recurso legal”, insiste Villate. Y la ley ampara que una vez iniciado el proceso en el pleno, nadie lo puede detener hasta que finalice. Lo dictan de igual forma los artículos 166 de la Constitución Política y el artículo 139 de la ley Orgánica del Organismo Legislativo: “Ni el Congreso en pleno, ni autoridad alguna, podrá limitar a los diputados del Congreso el derecho de interpelar”.

Amparados por la legislación, con voces de una posible depuración de diputados y excluidos de cualquier mesa de negociación con el gobierno, Villate demuestra que Lider no tiene interés en ceder con las interpelaciones. “No fuimos invitados a la reunión. Eso no es noticia y tampoco nos extraña. Lo que sí llama la atención es saber qué fue lo que negociaron los gobernantes con tal de tener una aplanadora dentro del Legislativo. ¿Cuánto les costará a los guatemaltecos cada voto para aprobar las leyes de interés del Ejecutivo?”.

-¿Acusa al Ejecutivo de compra de votos?

-Eso es lo que harán. Seguirán usando al mismo titiritero de siempre o cambiarán de estrategia, pero eso harán. Se han dado cuenta de que solos no pueden contra nuestro trabajo de oposición y por eso, para poder avanzar con sus planes maquiavélicos, necesitan comprar voluntades.

-¿Sostiene que existe la compra de voluntades?

-Lo denunciamos una vez y lo vuelvo a reiterar: quieren blindarse. Hay compra de votos y para ello llaman a los secretarios de los partidos. Si de verdad es agenda de nación y de beneficio para el país, ¿por qué no nos incluyen? Cuando ya no les sirvan estos jefes de bloque, les traicionarán con el intento de depurar el Congreso.

-¿De dónde sale la idea de una depuración del Congreso? ¿Cuál sería la base legal que lo permitiría, en todo caso?

-Hemos observado un ataque estratégico de parte del gobierno al Congreso, incluyendo al presidente Muadi, incitando a la población en contra del Legislativo y las últimas acciones de campos pagados vienen preparando la estrategia para tal acto. Se le pinte de color de rosa o naranja, una depuración de diputados no puede ser legal nunca. Esto es un golpe técnico a los poderes; y un gobierno sin el contrapeso del Congreso es una dictadura.

-El Ejecutivo acusa a Lider de entrampar al Congreso y no permitirle legislar. ¿Estarían de acuerdo en abrir una ventana entre las interpelaciones para tratar leyes e iniciativas pendientes?

-La plenaria del jueves pasado no se llevó a acabo porque el PP abandonó el pleno y motivaron a sus aliados a irse. ¿Quién entrampa al Congreso entonces?

Así, el estira y encoge parece no tener fin. Como mucho, ya con los votos asegurados en una nueva alianza, al terminar la interpelación de la ministra de Educación, Cynthia del Águila, se tendrá un resquicio para colar al pleno algunas iniciativas –por ejemplo, enviar a lectura el paquete de leyes de transparencia y calidad del gasto público, que tiene dictamen favorable desde el 20 de noviembre de 2012– o poder ingresar a estudio de la comisión de Economía el paquete de leyes de empleo, presentado por el Presidente el 15 de enero pasado. Dos paquetes claves en las promesas de Pérez Molina.

En todo caso, tras la interpelación de Del Águila, Lider ha citado al pleno a los ministros de Defensa, Ulises Anzueto; Economía, Sergio de la Torre; Desarrollo Social, Luz Lainfiesta; y Finanzas, Pavel Centeno, quien ya anunció en Siglo XXI que podría dejar la cartera de gobierno. Este último tendría que responder también a preguntas del bloque de Todos y de Gana.

El resto está en manos del presidente del Congreso, Pedro Muadi, quien tendrá que negociar con los jefes de bancada si habrá o no sesiones libres entre las interpelaciones solicitadas. ¿Cuánto tiempo podría gastarse en este proceso? Los cálculos más halagüeños hablan de tres meses más de puras interpelaciones, cerrando el primer período de sesiones ordinarias en mayo próximo. Mientras tanto, el tira y encoje de Lider con el Ejecutivo se mantendrá indefinidamente.

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