La Filgua está de vuelta

Del 24 de noviembre al 04 de diciembre los guatemaltecos tendremos el gusto, la alegría y la dicha de volvernos a ver durante los recorridos de Fórum Majadas. El olor de los libros, los comentarios, las críticas, los disensos, los consensos, el sentimiento, la razón y el corazón volverán a ser uno solo en este inicio de la pospandemia de COVID-19.

La Junta Directiva de este año está conformada por Diana López, Presidente; César Medina, Vicepresidente; Yara Tobar, Secretaria; Philippe Hunziker, Vocal I; y Raxche’ Rodríguez Guaján, Vocal II.

Fue novedoso para mí saber que estará dedicada a Irene Piedra Santa. En Guatemala, nadie que haya tenido contacto con la literatura para niños puede ignorar de ella. Ha dedicado toda su vida a promover la lectura y la literatura infantil. Su labor ha sido constante y ejemplar. Se trata entonces de un justo reconocimiento a su titánica labor.

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En la entradilla consigné que Filgua es del pueblo. No es la primera vez que lo menciono[1]. El pueblo se siente bienvenido, acogido y a sus anchas. De esa cuenta, en noviembre de 2018 recibimos un chaparrón de agua helada cuando nos enteramos que la marca Filgua estaba siendo reclamada por la Cámara de Industria de Guatemala. Ese noviembre, Raúl Figueroa Sarti, en ese entonces Presidente de la Asociación Gremial de Editores de Guatemala, dijo con relación a ese reclamo: «¿Cuáles son las razones que mueven a los directivos de la Cámara de Industria a reclamar para sí la Filgua? Personalmente creo que son dos: querer tener el control sobre una actividad abierta y diversa y una demostración de fuerza frente a un grupo de pequeños y medianos empresarios que decidieron salirse de la cámara y caminar solos»[2].

Preguntas estas que también tendríamos que responderlas nosotros, los ciudadanos beneficiados por Filgua.

En otro orden, el tiempo ha demostrado que la Feria Internacional del Libro en Guatemala se ha posicionado como un factor de desarrollo de los pueblos. No hay departamento, no hay municipio donde se ignore de la Filgua. Los concursos de lectura, el fomento de las bibliotecas, el uso adecuado de las redes sociales, los talleres de profesionalización para bibliotecarios y muchas otras actividades similares se han constituido en oportunidades de oro no solo para las grandes urbes sino, también, para la población más desposeída.

Así las cosas, tales actividades las equiparé el 08 de julio de 2017, citando la obra de L. J. Lebret. O. P.: Dynamique concrète du développement, en Economie et Humanisme, Les Editions Ouvrières. París. (1961) Pág. 28, con la siguiente glosa: «Estos nuevos aires que llaman a la esperanza me recuerdan el texto del numeral 14 de la carta encíclica Populorum progressio, rubricada por Pablo VI el 26 de marzo de 1967, que, en orden al progreso de los pueblos, dice: “El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre. Con gran exactitud ha subrayado un eminente experto: Nosotros no aceptamos la separación de la economía de lo humano, el desarrollo de las civilizaciones en que está inscrito. Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera”»[3].

Deseamos pues, larga vida a Filgua. Y si se la quieren apropiar como marca, que se la quede quien quiera. Ya habrá oportunidad para que la Gremial de Editores elijan un nuevo nombre para estas actividades que por ningún motivo deben desaparecer de la conciencia social de los pueblos.