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La fiesta de Baldetti, las ganas de Sinibaldi

“¿El ministro de Comunicaciones será el candidato? Baldetti no lo dio por asentado. Reconoció que en el escenario había ‘diferentes liderazgos’ del partido y que en septiembre se anunciaría al precandidato presidencial del Patriota.”
“Los números hablan poco de lo que realmente se negoció en las últimas semanas: el poder dentro del PP. ‘Muchos pensaron que los que están aquí sentados no iban a traer su playera naranja sino un par de buenos guantes de box para ver quién se daba más duro’, dijo Baldetti. La gente río. Pero entre los elegidos más de alguno frunció el ceño.”
La imagen de la reelecta secretaria general del Partido Patriota (PP), Roxana Baldetti, estaba presenten en todos los lugares del Parque de la Industria durante la asamblea general 2013.
Estuardo Galdámez, diputado patriota por Quiché, escucha a seguidores del partido a las fueras del salón 6 del Parque de la Industria, tras la asamblea general 2013.
Durante más de dos horas se esperó la llegada de las nuevas autoridades del Partido Patriota al salón número 6 del Parque de la Industria.
Diputados y autoridades del Partido Patriota “apadrinaron” la llegada de correligionarios de todas partes del país. Según los organizadores, más de 10 mil personas asistieron a la asamblea general 2013.
La expectativa de los asistentes era conocer la continuidad de Alejandro Sinibaldi, secretario adjunto I y ministro de Comunicaciones, en el órgano principal de decisión del Partido Patriota.
Alejandro Sinibaldi, Roxana Baldetti y Mauricio López Bonilla posan para las cámaras de los fotoperiodistas al cierre de la Asamblea General 2013 del Partido Patriota. Las palabras “unidad” y “relevo” fueron ejes centrales de la actividad.
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La fiesta de Baldetti, las ganas de Sinibaldi

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La dirigencia del PP parece haber hecho las paces en su interior. Por lo menos, a nivel público. Este domingo, durante su Asamblea General, Roxana Baldetti fue reelecta secretaria general del partido bajo el lema de ser una nueva "derecha popular". Junto ella repite Alejandro Sinibaldi, secretario adjunto I, número dos del partido, quien aprovechó el micrófono para dar un discurso que sonaba a la aceptación de una precandidatura presidencial que nunca se hizo.

Ahí adentro todo parecía dispuesto para un concierto: torres de altavoces, 22 cañones de luces, cinco pantallas gigantes y más de cuatro mil sillas. “¿Dónde están los patriotaaaaaaaaaaaaaas?”, gritó el animador Juan José Ríos, quien fue presentador del noticiero Guatevisión y es director de la Radio TGW. Entonces se levantaron las pancartas, se ondearon las banderas y se alzaron los puños. “¡No los escucho! ¿Están listos para recibir a las máximas autoridades de nuestro gran partidoooooooo?”, gritó. Y la coreografía se repitió. A penas eran las 9:40 de la mañana y faltaba más de dos horas para celebrar lo que ya estaba pactado. La Asamblea además, fue transmitida en vivo en canales de televisión abierta.

La Asamblea General del Partido Patriota (PP) no deparaba muchas sorpresas. Desde mediados de la semana se sabía que Roxana Baldetti repetiría la secretaría general del partido. Eso era seguro desde septiembre del año pasado, cuando los rumores que la vicepresidenta desistiría de buscar una candidatura presidencial tomaron fuerza. El resto de puestos en el Comité Ejecutivo estaban en duda y se pactaron al final de la semana pasada. Consistió en un pacto de no agresión, de mostrar la unidad del partido.

Por ello Alejandro Sinibaldi, el ministro de Comunicaciones, también repetiría como secretario adjunto I a pesar de los desencuentros constantes con Baldetti en el último año. Por eso no se hablarían de precandidaturas a las elecciones presidenciales de 2015. Por eso se negoció con lo que dieron por llamar “los liderazgos del partido” para callar todas las voces disonantes que se alzaron desde en enero, cuando decía que la vicepresidenta quería controlar los destinos de la Asamblea General dejando fuera a delegados municipales y departamentales que no comulgaban con su línea de pensamiento.

Este domingo, todos los problemas del PP, por lo menos de cara al público, quedaron de lado. Si en algo concordaron los discursos de Sinibaldi y Baldetti fueron en los elogios mutuos, la palabra unidad revoloteando cada vez que pudo ser mencionada y en las flores para el presidente de la República, Otto Pérez Molina.

La democracia del partido

Desde el inicio, aún sin estar en la tarima, Roxana Baldetti estaba en todos lados. Su nombre estaba escrito en la espalda de las playeras de cientos de correligionarios; desde los ocho carteles gigantes que adornaban el salón número seis del Parque la Industria, la sonrisa de la secretaría general se miraba desde cualquier ángulo; era descrita por los animadores como la mujer que demostraba cómo hacer una mejor Guatemala; y un “¡Roxaaaaaana, Roxana, Roxaaaaaana, Roxana!” se coreaba entre el traqueteo de los redoblantes desde los altoparlantes. Aquello, la muestra de democracia interna del Partido Patriota era, en todo caso, una fiesta de reelección sin oposición alguna para su secretaria general.

“Roxana manda en el PP”, comentó una fuente interna del instituto político hace dos meses. “Ese no es ningún secreto y lo que hay en este momento son negociaciones para ver a quién deja o no deja estar en el Comité Ejecutivo Nacional”. Baldetti maneja el partido desde el 14 de junio de 2009, cuando fue electa como secretaria general del PP. Aunque ella siempre hace referencia al trabajo como motor de todo lo que ha logrado desde que inició su carrera política en 2000; lo de aquel domingo de junio, cinco años atrás, fue una imposición a dedo de Pérez Molina, que se alejaba del cargo para poder correr como candidato a la presidencia. Lo de este domingo fue una autoproclamación.

Desde mediados de la semana pasada se tenían planillas únicas para todos los cargos del Tribunal de Honor, el Comité de Fiscalización Financiera, el Consejo Político y el Comité Ejecutivo Nacional. El resto era trabajo de los asambleístas, los encargados de mostrar cómo funciona la democracia interna del PP. Ellos solo tenían que levantar un tarjetón de cartón cuando preguntaran si estaban de acuerdo con los listados presentados.

Así, cuatro veces el presidente de la Asamblea General, el diputado, expresidente legislativo y secretario departamental de Guatemala, Gudy Rivera, diría que se elegían las nuevas autoridades del partido por “unanimidad” sin  siquiera confirmar que todos habían votado. Quizás era porque la representatividad de los elegidos se basaba en que nadie competía contra ellos. Luis Haroldo Rivera, delegado municipal de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, aseguró que la nómina para el Comité Ejecutivo representaba la voluntad de 192 delegados titulares de 17 departamentos del país. Y todo el mundo pareció estar de acuerdo porque nadie se opuso. Cartones al aire. Aplausos.

¿Quién se iba a oponer? Todo estaba montado. En cada silla dispuesta en la tarima principal estaban los nombres impresos de cada una de las personas que serían nominadas. Con algunas excepciones, como la del alcalde de Santa Catarina Pinula, Antonio Coro, todos habían subido hasta ahí entre aplausos después de ser llamados por los animadores del evento mucho antes de que se dieran las votaciones. Incluso, en la mesa principal, Mauricio López Bonilla, Michelle Melisa Martínez y Pedro Muadi, los nuevos secretarios adjuntos del partido y que todavía no habían sido electos, ya lucían tarjetas impresas que delataban los puestos que ocuparían.

Los cambios, los discursos

Baldetti encendió los ánimos del público. Vestida con una camisa blanca de botones, igual como en la que vestía para la foto de los posters gigantes, la reelecta secretaria general pasó lista por departamento. Pidió aplausos hasta para los representantes del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que daba fe de la asamblea. Hizo cantar a los asistentes. Y después, tras alabar las virtudes del partido y del presidente Pérez Molina, resumió tres ideas principales en su discurso: el relevo de las autoridades, la unidad del PP y la nueva visión de “derecha popular” del partido, que permitió que la mayoría de preguntas no se decantaran por cuestionar las negociaciones y los cambios.

Este es un cambio en la oferta del partido, antes promotor de la seguridad y la lucha contra la corrupción, más a tono con el distanciamiento entre Baldetti y la elite durante los primeros 16 meses del gobierno de Pérez Molina. En estos, ha sido una constante los señalamientos de corrupción de la elite contra la Vicepresidente. A ellas se suman las denuncias constantes de José Rubén Zamora, presidente de elPeriódico, que van desde supuestos actos multimillonarios de corrupción y relación con el crimen organizado hasta chismes y recriminaciones por su estilo de vida holgado, a pesar de sus sueldos como diputada y, especialmente, de su origen de clase baja. A esto último, en su momento, ella respondió que eran ataques clasistas y "misogenistas", en alusión a la misoginia.

“Otto Pérez me entregó la estafeta para seguir dirigiendo este partido. Y yo tengo que entregar la estafeta, porque no hicimos un partido con apellidos que tuvieran nombres. Hicimos un partido para que muchos pudieran venir aquí”, dijo. Y citó la renovación de los cuadros, poniendo como ejemplo a Otto Pérez Leal, alcalde de Mixco e hijo del primer mandatario que asumió como primer vocal. El 33% del Comité Ejecutivo Nacional, 13 personas, son nuevos integrantes. Cinco de ellos, son suplentes. Cuatro, mujeres.

En la cúpula de secretarios generales adjuntos, López Bonilla, Martínez y Muadi remplazaron a Óscar Salvador Córdova Sierra, quien dirige el Fondo Social de Solidaridad adscrito al ministerio de Comunicaciones; Gustavo Adolfo Martínez, Secretario general de la presidencia; y Anabella de León, Registradora de la propiedad y quien todavía buscaba cabildear apoyos a mediados de la semana pasada para mantenerse en la cúpula del partido. Baldetti puso precisamente a De León como el ejemplo de una persona del partido que entendió la necesidad de dejar espacios a la juventud. En su lugar, aseguró la secretaria general, llegó Michelle Martínez, viceministra de protección social en el Ministerio de Desarrollo Social y un cuadro que ella ha promovido dentro del partido, representaba al sector femenino del partido. En total, 11 de los 39 integrantes del comité son mujeres, dos más que en el electo en marzo de 2011.

Igual, los números hablan poco de lo que realmente se negoció en las últimas semanas: el poder dentro del PP. “Muchos pensaron que los que están aquí sentados no iban a traer su playera naranja sino un par de buenos guantes de box para ver quién se daba más duro”, dijo Baldetti. La gente río. Pero entre los elegidos más de alguno frunció el ceño.

Baldetti hizo sus propias valoraciones al final de la asamblea: “La mayoría, tanto del comité como de los demás gremios del partido, fueron cambiados”. Según ella, los que salieron aceptaron que para poder tener un partido de largo plazo tiene que haber caras nuevas y jóvenes preparándose para el relevo generacional. “Anabella de León y Gustavo Martínez no están en la dirigencia, pero sí están dentro del partido”, aseguró. De lo que no habló fue cómo las renovaciones variaron la lógica de poder dentro del partido. 

Por ejemplo, la salida de Gustavo Martínez, secretario general de la Presidencia, quien en el pasado ya había dicho que podía ser un presidenciable de los Patriotas y que también quería disputar la secretaría general del PP, parecería ser una condena por jugar contra los intereses Baldetti dentro de la institución política. Además, la salida de Martínez deja una vacante dentro de las secretarías del gobierno del PP: la secretaría de Organización y Filiales. ¿Quién obtendrá este puesto? Para algunos podría ser López Bonilla, teniente coronel, ministro de Gobernación, ex jefe de campaña y amigo personal de Pérez Molina, quien además se suma como una carta nueva de Baldetti para disputar una posible candidatura presidencial de Sinibaldi en un 2015.

También quedaría ver qué papel jugará Pedro Muadi en el comité. Para muchos, el actual presidente del Congreso obtuvo su cargo en un acuerdo con la Cámara de Industria. ¿Qué espera hacer él dentro del partido? Todavía es muy temprano para decirlo. Su nombramiento fue de última hora. Él mismo reconoció que fue a mediados de la semana pasada que le hablaron para ofrecerle al puesto. En todo caso, junto a él estará, aunque en un tercer plano como miembro suplente, Emmanuel Seidner, diputado con una gran adherencia al Cacif y que fue relevado a principios del año de la Comisión de Economía del Congreso de la República.

Desde el inicio del año, en los corrillos políticos –en especial en los parlamentarios– se habla de la división en el grupo parlamentarios del PP entre seguidores de Baldetti y los de Sinibaldi. Algunos, sumaban un tercer grupo: los fieles a Pérez Molina. Dentro del partido, no era diferente.

El poder político de Sinibaldi está en la zona metropolitana y sus hombres de confianza se reparten puestos en el ministerio de Comunicaciones. Para muchos, si él no lograba oficialmente ser nombrado candidato en este año, éste tenía que asegurar los apoyos suficientes en el comité para poder tener piezas que mover en la asamblea general de principios de 2015. Y por ello peleaba que se incluyeran al menos una decena de hombres fieles a él, además de ser reelecto como secretario adjunto I.

Sinibaldi mantuvo su puesto, pero perdió en la cúpula del partido a Córdova Sierra, que hasta ayer era secretario adjunto III. . Afuera quedaron sus operadores políticos en el congreso, los diputados Fernando García y Juan Alcázar. Del otro lado, tiene tres de sus hombres en el Consejo político del PP: los viceministros Douglas Iván González Tobar, Miguel Ángel Cabrera Gándara y Rubén Mejía.

Populismo, derecha popular y el candidato

Aun así, Sinibaldi no mostró una cara de derrota durante la asamblea, sino que al contrario se le vio autopromoviéndose como el futuro candidato. Encargado de dar a conocer el informe político del partido, aprovechó la oportunidad para lanzar durante 11 minutos una arenga llena en elogios para el presidente de la República, Otto Pérez Molina, “el máximo líder del partido”, y a Roxana Baldetti, porque quien dijo querer mostrar públicamente su “respeto y admiración”. “El partido ha crecido, se ha fortalecido y se ha unificado”, dijo. La gente aplaudió.

El mensaje de unidad lo retomó Baldetti.  “A diferencia de muchos que pensaron que hoy iba a ser una asamblea de golpes, de pleitos o de fricciones, hemos ido construyendo y renovando la amistad que nos unió cuando empezamos con el partido”, dijo la secretaria general.

Y ambos, los que se han visto como rivales dentro del Patriota, hicieron la misma referencia a hacer del Partido Patriota un “partido de largo plazo”, entendido como el primer partido político desde la reciente democracia guatemalteca en repetirse en el Ejecutivo. Meta repetida por todos los partidos desde 1986 y obtenida, a medias, sólo si se contara que Óscar Berger, quien era el candidato del PAN de Arzú en 1999, logró la Presidencia con una alianza ad hoc de partidos en 2003. Para Baldetti, el futuro inmediato del PP es convertirse en una derecha popular, defensora de los bienes de las personas y de la empresa privada pero consciente de las necesidades de los sectores más empobrecidos. Y que para logar un cambio, hacían falta más de cuatro años.

¿Popular o populista? La secretaria general del PP pidió que no se confundiera los términos. “Popular”, repitió. “Un gobierno trabajando a favor de los más vulnerables”, aseguró. ¿Populista? No, e hizo referencias, sin decir nombres, de candidatos que prometieron en la campaña electoral anterior que “clasificarían la selección de fútbol al Mundial”. Hablaba de Manuel Baldizón, secretario general de Lider.

Sinibaldi ya había hecho referencia al populismo, al que nombró la mayor amenaza de Guatemala. “El discurso populista, de las mentiras, de la demagogia, de la ambición del poder por solo obtener el poder”, dijo. Entonces, fue cuando decidió lanzarse al ruedo electoral: “Como fundador del partido, que como guatemalteco, me siento comprometido a dar un paso al frente y a trabajar las horas que sean necesarias para que esa amenaza no se apodere de nuestro país y el cambio siga en Guatemala. Cuentan con un amigo que va a caminar a la par de cada uno de ustedes para que nuevamente el PP gane las elecciones.”

¿El ministro de Comunicaciones será el candidato? Baldetti no lo dio por asentado. Reconoció que en el escenario había “diferentes liderazgos” del partido y que en septiembre se anunciaría al precandidato presidencial del Patriota. En su discurso destacó cuatro nombres: a Otto Pérez Leal y Michelle Martínez, como cambios generacionales; a Pedro Muadi, un empresario que incursionó en la política; al ministro López Bonilla, un hombre que asumía ahora el reto de ser político; y a Sinibaldi, a quien describió como “un fundador del partido, como un hombre del partido”. Bordeado por los dos últimos, caminó hasta el final de la tarima, alzo sus brazos y posó para los fotógrafos.

“No hicimos el esfuerzo de 12 años para llegar a gobernar y después dividirnos, y potencializar otro partido. Por el contrario, vamos a permanecer unidos, sea cual sea el candidato, y todos vamos a trabajar por ese candidato que las bases desean”, dijo Baldetti. Desde el retorno a la democracia, sólo ha habido dos ocasiones en las que las bases, por medio de primarias, eligen al candidato para liderar al partido. La Democracia Cristiana en 1990 y el Partido de Avanzada Nacional en 2002. Esto terminó de romper ambos partidos, no diseñados para que fueran las bases las que realmente eligen al candidato. Ese papel siempre le ha tocado a la dirigencias.

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