La caravana realizará diferentes actividades en los cinco países, todas ellas relacionadas con la temática, pues tiene la intención de que se debata sobre la necesidad de cambiar la estrategia de guerra en la lucha contra el narcotráfico, que se consideren las diferentes explicaciones académicas y que se realice un intercambio de visiones sobre los efectos que tiene la guerra contra las drogas en la región, ya que es el tema toral que diferentes insti...
La caravana realizará diferentes actividades en los cinco países, todas ellas relacionadas con la temática, pues tiene la intención de que se debata sobre la necesidad de cambiar la estrategia de guerra en la lucha contra el narcotráfico, que se consideren las diferentes explicaciones académicas y que se realice un intercambio de visiones sobre los efectos que tiene la guerra contra las drogas en la región, ya que es el tema toral que diferentes instituciones y organizaciones sociales esperan que sea abordado por las delegaciones en la asamblea general de la ONU.
El narcotráfico y su lucha armamentista forman parte de la lista de razones que han provocado la separación de familias, el rompimiento del tejido social, la violencia en los territorios y la migración de personas en busca de condiciones estables para desarrollar su vida. Al restringir el derecho humano a permanecer en un territorio por medio de la violencia y la desigualdad social, la guerra contra el narcotráfico también ha provocado que los carteles, como medida de resistencia y como estrategia para afianzar sus operaciones, se establezcan en territorios principalmente rurales. De esta forma, los carteles de la droga han aislado los territorios de la presencia y del control de los Estados centroamericanos. Configurándose como grupos de poder, estos, de forma paralela a las regulaciones institucionales y a través de los partidos políticos y de funcionarios públicos —usados como operadores—, han institucionalizado la corrupción en los Estados e inciden en la política nacional de las sociedades centroamericanas.
La pacificación que abanderaba la normalización democrática después de concluidas las guerras internas aún no ha sido posible. Inmediatamente se pasó a otro tipo de guerra en la cual los bandos son claros, pero en la cual estos se unen entre sí para lucrar con la industria de la guerra. Altas autoridades militares han estado vinculadas con los carteles de la droga. Es una bifurcación que reitera su existencia mediante violencia y terror para sobrevivir y continuar con la acumulación de riqueza. Mientras los territorios centroamericanos y sus pobladores aún no vivan en paz, seguirán bajo fuego. Ante la creciente amenaza del surgimiento de narco-Estados, cambiar la estrategia de guerra en la lucha contra el narcotráfico es una necesidad por la vida y por la paz que nos involucra a todos. Hasta el día de hoy, Centroamérica ha puesto los muertos sin que exista un repliegue o un debilitamiento real de los grupos que permiten la existencia del narcotráfico en la región.
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