Ir

La alegría ya viene

Y con eso ganamos todos. Porque los poderosos, más en esta época de la información y las democracias, necesitan de legitimidad moral para dirigir una sociedad.
Tipo de Nota: 
Opinión

La alegría ya viene

02 de Mayo de 2013
Palabras clave

Pablo Larraín, el cineasta chileno hijo de un político pinochetista, y el actor Gael García Bernal nos transportaron a muchos a las emociones del plebiscito de 1988 sobre la continuidad de Pinochet en el poder.

Y ahora que estamos en una encrucijada de la justicia en Guatemala, no puedo dejar de pensar en el eslogan de la campaña “La alegría ya viene”.

Si en el Chile de entonces el plebiscito hubiera resultado en un sí o en un fraude, ya era un paso irrefrenable al futuro. Si hubiera habido fraude –como pareció en las primeras horas tras la votación, el régimen hubiera perdido más legitimidad y se hubiera convertido en algo más obsoleto...

Autor



Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor. Plaza Pública ofrece este espacio como una contribución al debate inteligente y sosegado de los asuntos que nos afectan como sociedad. La publicación de un artículo no supone que el medio valide una argumentación o una opinión como cierta, ni que ratifique sus premisas de partida, las teorías en las que se apoya, o la verdad de las conclusiones. De acuerdo con la intención de favorecer el debate y el entendimiento de nuestra sociedad, ningún artículo que satisfaga esas especificaciones será descartado por su contenido ideológico. Plaza Pública no acepta columnas que hagan apología de la violencia o discriminen por motivos de raza, sexo o religión
Autor