Debo aclarar que soy muy respetuoso del deporte y los deportistas. Practico el trote y desde hace algunos años, cuando he tenido tiempo suficiente para entrenar, he participado en el Medio Maratón de Cobán que anualmente se celebra la tercera semana del mes de mayo. De tal manera, mis argumentos no son Ad hominem ni contra una profesión o un quehacer deportivo. Son cuestiones atinentes al buen seso y la sensatez.
Digo buen seso y sensatez porque nadie en su sano juicio aceptaría que un filósofo o un filólogo llegara a ser nombrado director técnico de la Selección Nacional de Futbol, salvo que fuera destacado practicante del dicho deporte y cumpliera a cabalidad con todos los requisitos para semejante y digno cargo. Pues, igual sucede con el ministerio de Cultura y Deportes. En el presente caso, el nuevo ministro no cumple con varios requisitos para estar al frente de la cartera de Cultura. Ergo, ¿No habría sido mejor nombrarlo viceministro de Deportes? Y, si el presidente Pérez Molina no tenía más opciones, ¿por qué no consultar a los colegios profesionales, las universidades o agrupaciones culturales serias? Puedo asegurarle que solo entre los integrantes de la Casa de la Cultura de Quetzaltenango pudo haber encontrado más de diez candidatas/os.
El intríngulis deviene desde la fusión de lo cultural y lo deportivo en la misma cartera ministerial. Y estaría bien, si no se les ocurriera hacer esos nombramientos mediáticos que no solo dañan sino colocan a la persona designada en el centro de burlas nada edificantes para el Estado. No habían pasado ni 24 horas y Dwight Pezzarossi ya había cometido su primer dislate cuando no supo responder públicamente quién había diseñado el Gran Teatro Nacional. Ojalá no vaya a ser ese ministerio la tumba de todo lo bueno que ha hecho en el entorno del balompié nacional. Porque algo es seguro, a las ministras y los ministros de gobiernos al estilo del actual, los cambian como ropa interior cuando ya no les son útiles. Una patada en las posaderas y una declaración: “Por mucho que se dedicó no todo salió bien pero se le agradece y… perorata, perorata…”
Y la vicepresidenta no ceja tampoco en sus intentos de hacernos quedar en ridículo adentro y fuera de nuestras fronteras. Haber invocado a su señora madre, ya fallecida según dijo, fue un irrespeto enorme a la figura de una madre. Es un hecho irrefutable que a la vicepresidenta le hace falta la virtud de la prudencia. Misma que, en la realidad nacional, no debe ser apática sino comprometida en el quehacer de una funcionaria de su categoría. Sin perjuicio de la causa del juramento (ella dice, otros dicen, todos dicen) ya que nadie puede ser condenado si no es escuchado y vencido en juicio, el funcionario/la funcionaria debe ser un referente moral para la población y las generaciones venideras. Fue terrible ese mal ejemplo: jurar y por el nombre de una madre que ya no se encuentra en este plano de vida. ¿Se tratará acaso no de falta de prudencia sino de un acto de consternación?
Para terminar de amolarnos, entre bachilleres y farsantes te veas. El Partido Patriota oficializó ayer a Alejandro Sinibaldi como precandidato presidencial para las elecciones del próximo año. De nuevo, la vice fue epicentro: Una funcionaria del gobierno incumpliendo con la Constitución Política de Guatemala. Afortunadamente, una magistrada del Tribunal Supremo Electoral salió al paso y aclaró que la figura de “precandidato” no existe. Y que el Partido Patriota será sancionado por campaña anticipada.
¡Ahh, en el mes de la Patria cuántos insultos contra la Patria hubo!: Manoseo de nuestra Carta Magna, exceso de repasos de desfiles, pérdida de tiempo en largas carreras y caminatas con antorchas, la consabida ausencia de alumnas y alumnos en las aulas y todo, en aras de un patriotismo vano y en ruta de colisión con la calidad académica que tanto necesita nuestro terruño.
Quizá valga la pena recordar a las maestras y los maestros que permiten y fomentan esas pérdidas de tiempo aquel aforismo escrito por el doctor Ventura Ruiz Aguilera, médico y escritor español graduado en Salamanca: “La Patria se siente no tiene palabras que claro la expliquen las lenguas humanas”.
Por cierto, luego de la concentración del Partido Patriota, la Plaza de la Constitución quedó hecha un estercolero. Otro insulto más, a la Patria y a la ciudadanía.
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