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Inequidad, iniquidad

Tipo de Nota: 
Opinión

Inequidad, iniquidad

08 de Febrero de 2017

Era una sociedad justa. En su Constitución política había salvaguardas a la integridad de la madre naturaleza. Se estimulaba una libre y profunda espiritualidad. Los animales tenían derechos inalienables y los pueblos originarios eran Estado. En sus plazas no había desamparados. Sus calles estaban limpias de tinta roja. No había explotados en sus campos ni esclavas en sus fábricas. Era demasiado bueno para existir.

Entonces desperté. Me encontraba recostado sobre la mesa de mi escritorio en la universidad, mientras uno de los aprendices domesticados del Muso Ayáu describía los principios irrefutables del universo. Nos explicaba el «proceso económico». El único y verdadero. Mis compañeros, tan hambrientos por dejar huella y contribuir a su sociedad, se lo comían todo sin darles un vistazo a los ingredientes. Era apenas mi segundo semestre de Derecho en la Marro. Buscaba propósito e identidad. No...

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