Indígenas en el Congreso: una de cal y otra de arena
Indígenas en el Congreso: una de cal y otra de arena
Los indígenas tienen menos presencia en el Congreso que en la sociedad, pero, por sus funciones y su peso en el Organismo Legislativo, se puede decir que no están marginados con respecto a los no indígenas. Su influencia pudiera ser grande si se decidieran a impulsar todos una agenda étnica, pero de momento se someten a las instrucciones de sus partidos.
En un país en el que la mayoría de la población es indígena, no sólo el Congreso no refleja su proporción étnica (únicamente un 13 por ciento de los diputados se identifican con alguna etnia) sino que la disciplina partidaria pesa más que la pertenencia a una etnia. Un estudio de Plaza Pública evidencia que, como sucede con el sexo y los distritos, el ser indígena es un factor que tiene menos importancia para comprender cómo votan los diputados que su adscripción a una bancada.
Según los estudios de Plaza Pública, esta disciplina sólo es superada en similitud de votos por la que se da alrededor del sector empresarial.
Esto se explica, dice Carlos Mejía, presidente de la Comisión de Pueblos Indígenas, por el hecho de que la mayoría de diputados no actúa siguiendo convicciones ideológicas propias sino las instrucciones del partido en el que militan.
Mejía menciona que muchos de los miembros de la sala de trabajo que preside han manifestado su preocupación por esta falta de unidad entre los legisladores indígenas, pero al apoyar una iniciativa aclaran que no pueden dar más que su apoyo personal, sin garantizar la anuencia de su bancada. En otros casos ya llevan lineamientos definidos de su bloque para oponerse a medidas que beneficiarían a este sector de la población, explica el uerrenegísta, que es uno de los congresistas indígenas de mayor peso.
La mayoría de los diputados que se identifican como indígenas forman parte del Partido Patriota (PP). Son nueve. Le sigue Libertad Democrática Renovada (Lider), con ocho.
El transfuguismo juega un papel importante en la representación indígena que tienen actualmente las bancadas. A principios de la actual Legislatura, varios diputados recién electos por la coalición de la Unidad Nacional de la Esperanza y la Gran Alianza Nacional (UNE-Gana) abandonaron su bancada para integrarse en otros bloques legislativos. Esto afectó la configuración étnica dentro del hemiciclo parlamentario.
La mayoría de los fugados de la UNE-Gana pasaron a formar parte del bloque independiente que acaba de dar lugar al partido Todos, liderado por Roberto Alejos. Entre ellos estaba el diputado indígena, Flavio Yojcom. De los diputados que salieron de la coalición electoral, tres diputados indígenas forman ahora parte de Lider: Rodolfo Castañón, Juan Chun y Julián Tesucún. Y por otro lado está Elza Cu, quien ahora integra la bancada de la Unidad Nacional del Cambio (UCN).
Además de los electos por la UNE-Gana, Lider abrió las puertas a dos diputados de la UCN.
El peso más allá del voto
Pero el que no haya una diferencia significativa entre cómo votan los diputados indígenas y los no indígenas, no implica que no jueguen un papel importante en el Legislativo.
Al evaluar en conjunto los votos de los diputados, su participación en instancias legislativas y su relación con las facciones dominantes, resulta que los diputados indígenas del PP son los más favorecidos: siete de los ocho legisladores indígenas de mayor peso en el Congreso forman parte de esta bancada. El otro es Mejía, que se encuentra en segundo lugar.
El análisis muestra a todos los diputados de Lider en las últimas posiciones de la lista. Esto se debe a que la facción de este partido es más débil que la del oficialismo. Por esta misma razón Édgar Ajcip es el último de la lista, a pesar de que se identifica como uno de los más activos de su bloque.
El estudio identifica dos facciones principales en las que se divide el Congreso y se distribuyen todo los diputados indígenas, con excepción de Armando Chun Chanchavac, Julio César Xicay Poz (ambos de Lider) y José Alfredo Cojtí Chiroy (miembro del PP). Unos se sitúan en la órbita de la facción dominada por el PP y otros en la de Lider.
La similitud de sus votos y los del PP y su participación en la bancada o las comisiones dominadas por el oficialismo da a ciertos parlamentarios indígenas una cierta ventaja o una influencia mayor. El estudio evidencia que la mayoría de estos legisladores se encuentran en esta situación.
En cuanto a la participación dentro del Congreso, los diputados indígenas se encuentran en una situación similar al resto de representantes. Seis de los 21 legisladores indígenas preside una sala de trabajo. En el Legislativo hay 47 de estas Comisiones. Eso significa que casi uno de cada tres diputados goza de la presidencia de una de ellas. En concreto, el 29.54 por ciento.
Entre los legisladores indígenas, la proporción es casi la misma: un 28.57. Es decir, la probabilidad que tiene un diputado indígena de presidir una comisión sólo un punto menor que la de cualquier otro congresista. Sin embargo, no hay un representante de este sector de la población en la Junta Directiva.
La participación de los diputados indígenas también varía entre bancadas. Mientras Lider, de 25 integrantes, tiene tres presidentes de comisión; el PP, formado por 61 diputados, tiene uno solo: el de la Comisión de Agricultura Ganadería y Pesca, Haroldo Quej.
El tercer elemento: la relación con las facciones de poder les da cierta ventaja a diputados como Amílcar Pop, de Winaq, y el mismo Mejía, de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Pero no es definitiva.
La presencia indígena en el Congreso aún está lejos de reflejar la proporción de este sector en el país. Sin embargo, la relevancia de cada uno de sus representantes en el juego político del Legislativo no difiere mucho de la del resto de diputados.
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