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Guatemalteco “Che Manuel” sentenciado en EE.UU. a 11 años de cárcel por narcotráfico

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Guatemalteco “Che Manuel” sentenciado en EE.UU. a 11 años de cárcel por narcotráfico

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Pese a ser un socio cercano de los narcotraficantes hondureños conocidos como los Valle Valle, capturados en 2014, para quienes transportó millones de dólares y miles de kilos de cocaína, el guatemalteco recibió una sentencia de cárcel menor que dos de los hermanos, a quienes una corte de Florida condenó a 23 años. La prensa estadounidense lo apodó “el Pablo Escobar guatemalteco”.

José Manuel López Morales, alías “Che Manuel”, acusado de ser uno de los narcotraficantes más activos de Chiquimula y del oriente del país, recibió una sentencia de 11 años de cárcel por narcotráfico en una corte de Miami, Florida, en EE.UU., el pasado 8 de febrero.

La suya no es una de las más drásticas sentencias en comparación con otros traficantes guatemaltecos procesaos en EE.UU., como Byron Berganza, condenado a 22 años (de los que cumplió 12 antes de ser excarcelado) en Nueva York; o Mario Ponce y Marlon Monroy Meoño, alias El Fantasma, ambos condenados a 25 años y 21 años, respectivamente, en Florida. El caso de López Morales, también conocido como “Che Manuel”, es comparable al de Otto Herrera García, condenado en Washington, D.C. a 10 años de cárcel (de los que cumplió seis antes de ser excarcelado), y Marllory Chacón Rossell, condenada a 12 años de cárcel en 2015 en Florida, aunque su fecha de salida aparece como el 18 de marzo de 2025. López Morales fue condenado por el mismo juez, José E. Martínez, que le dictó sentencia a Chacón Rossell.

“Che Manuel” fue detenido en agosto pasado en un país no identificado —no fue en Guatemala— y extraditado a Florida, EE.UU., donde una corte pedía su captura desde 2014. Solo unas semanas después de su llegada a EE.UU., su defensa reveló en documentos dentro del expediente que el guatemalteco había aceptado cooperar y se declaraba culpable. La estrategia habría allanado el camino para recibir una sentencia tan solo cinco meses después de su extradición. Es un contraste, por ejemplo, con el caso de los hermanos Waldemar (capturado en 2013 y extraditado en 2014) y Eliú Lorenzana Cordón (capturado en 2011 y extraditado en 2015), hallados culpables en marzo de 2016, pero cuya sentencia —de haber sido dictada— todavía no han divulgado el Departamento de Justicia en EE.UU. ni la corte encargada del caso en Washington, D.C.

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La prensa estadounidense calificó a “Che Manuel” como el “Pablo Escobar guatemalteco”, por su habilidad para escapar de las fuerzas de seguridad y por los regalos y dádivas que hacia a los vecinos de las comunidades vecinas a donde realizaba sus transacciones.

Fuentes extraoficiales en Chiquimula afirman que “Che Manuel” pactó su entrega con autoridades estadounidenses. De ser así, no sería el primero en hacerlo. Chacón Rossell, procesada por la misma fiscalía en Florida, colaboró con autoridades estadounidenses durante dos años antes de viajar voluntariamente hasta Miami en septiembre de 2014 para entregarse a la justicia de ese país y quedar detenida. La guatemalteca fue sentenciada ocho meses después.

La sentencia

“Che Manuel” enfrentaba una sentencia mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua, así como una multa máxima de US$10 millones. Su sentencia revela que recibió casi el castigo mínimo en términos de sentencia carcelaria, y sólo deberá pagar costas procesales por US$100 (unos Q750), y ninguna multa, aun cuando las autoridades estadounidenses establecieron que en 2014 el guatemalteco fue capaz de conspirar para mover hasta tres toneladas de cocaína entre Honduras y México, y trasladar US$7 millones desde México hasta Honduras, todo vía Guatemala, en espacio de unos tres meses. En contraste, por ejemplo, Chacón pagó US$1 millón de dólares al gobierno de los EE.UU. en concepto de multa.

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El procesado además estará sujeto a cinco años de libertad supervisada. Esto quiere decir que, al ser excarcelado, podría recibir un permiso temporal de trabajo, pero no podrá salir de EE.UU., ni del estado sin autorización judicial, ni cooperar con ninguna autoridad en caso alguno a menos que tenga la aprobación de la corte. Al finalizar los cinco años debe ser deportado a Guatemala.

La fiscalía de Florida siguió el rastro del involucramiento de “Che Manuel” en el narcotráfico hasta 2005, pero se enfocó en un cargamento enviado desde la costa atlántica de Colombia hasta Izabal, Guatemala, en julio de 2013, y en otros hechos durante los siguientes meses. Identificó sus últimas actividades de trasiego en 2014. Ese año, las autoridades guatemaltecas intentaron capturarlo en septiembre, durante diversos allanamientos que realizaron en Chiquimula, pero sólo ubicaron a su cónyuge Deidy Nufio Franco y a un guardaespaldas, que para 2017 estaban excarcelados. Un mes después (octubre 2014), algunos de los socios más importantes de “Che Manuel” en Honduras, los hermanos Valle Valle, fueron capturados y eventualmente extraditados a EE.UU. El guatemalteco y los hondureños estaban acusados en los mismos procesos en Virginia y Florida, aunque la corte de Florida absorbió ambos casos.

Pese a que el abogado Robert Feitel representaba tanto a Miguel Arnulfo Valle, uno de los hermanos hondureños, como a “Che Manuel”, no consiguió que su cliente hondureño recibiera una condena menor que el guatemalteco. En septiembre de 2017, la corte de Florida lo sentenció junto a su hermano Luis Alonso Valle a 23 años de cárcel, una condena 12 años mayor que la de “Che Manuel”. Un tercer hermano, José Inocente Valle, fue condenado a 10 años de cárcel en 2016. Es un misterio si la colaboración que ofreció el guatemalteco involucraba información privilegiada acerca de los Valle Valle, y si ésta contribuyó a conseguir una condena menor, porque la Investigación Pre-Sentencia del guatemalteco (que sustenta la sentencia) no es de acceso público.

Parte de la evidencia que utilizó la fiscalía contra “Che Manuel” le permitió demostrar en la corte que entre enero y mayo de 2014 el guatemalteco recibió unos 450 kilos cocaína en la costa del Atlántico, y los trasladó hasta la frontera entre Guatemala y México; que participó en el traslado de otros 743 kilos de cocaína en Honduras a bordo de un camión de ganado (que fueron incautados), que movió otros 201 kilos desde Honduras hacia Guatemala, y que exitosamente trasladó US$2.7 millones de dólares desde México hasta Chiquimula, Guatemala, y después hasta Honduras, aunque las autoridades le incautaron otros US$2.3 millones en Guatemala.

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Los son hechos que aparecen descritos en un documento fechado el 9 de noviembre de 2017 (tres meses después de su captura, y tres semanas antes de declararse oficialmente culpable ante la corte de Florida), y que aparece firmado por el mismo “Che Manuel”, el abogado Feitel y el fiscal Walter Norkin.

Según la fiscalía en Florida, cooperar significa para un procesado que no deberá mentir bajo ninguna circunstancia, que espera su disposición para declarar en cualquier caso que lo requiera la fiscalía, y hasta la anuencia para fungir como testigo encubierto cuando la fiscalía lo considere necesario. Uno de los casos en los que varios narcotraficantes guatemaltecos cooperaron prestando declaración es el de los hermanos Lorenzana Cordón, contra quienes declararon Herrera García, Chacón Rossell, y hasta Sebastiana Cottón, exsocia de “Che Manuel”, condenada a 20 años de cárcel.

En enero de 2017, siete meses antes de la captura del guatemalteco, el Ministerio de Gobernación reveló que Chiquimula era el departamento más conflictivo por narcoactividad. Para septiembre, un mes después de la captura de “Che Manuel”, una fuente de la Fiscalía de Narcoactividad en Guatemala señaló que por ese departamento ingresaba la mayor cantidad de cocaína por vía terrestre al país.

Para noviembre de 2017, el Viceministro de Asuntos Antinarcóticos, Óscar Dávila, señalaba que el trasiego vía Chiquimula había disminuido en relación con dos o tres años atrás, que es justo la época cuando “Che Manuel “todavía traficaba. Dávila dijo que el trasiego continúa en Camotán y Esquipulas, vía la aldea Chanmagua, aunque en menor grado. La particularidad del departamento es que al menos desde 2016 a la fecha, las autoridades no han incautado ni medio kilo de cocaína por año. En 2016 fueron 50 gramos y en 2017, 170 gramos.

La cocaína que pasó por las manos de “Che” Manuel en Izabal o Chiquimula acabó a la venta en California, Texas, Illinois, Nueva York y Virginia, según los expedientes de su caso en las cortes de Virginia y Florida. El guatemalteco se encargaba de transportar cocaína y dinero para los Valle Valle, cuyos principales socios en México eran líderes del Cartel de Sinaloa, en particular, Joaquín “El Chapo” Guzmán (capturado en enero de 2016 y extraditado a EE.UU.). Los hermanos hondureños eran sindicados de ayudar a enviar al menos diez toneladas de cocaína al mes a los EE.UU., un menester en el cual el guatemalteco era una pieza importante en el traslado de la droga a México y en la recepción de las ganancias y su traslado a Honduras.

Según los expedientes en las cortes de Florida y Virginia, las autoridades no lograron incautarle a “Che Manuel” ni un gramo de cocaína en Chiquimula, donde siempre logró huir, hasta que decidió que entregarse a las autoridades de EE.UU. sería un mejor negocio. Su sentencia así lo comprobó.

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