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González, señor de los medios, ángel de la democracia (2/9)

Raúl Solares, titular de la SIT: "Habría que ver qué es monopolio. Yo no estoy defendiendo a nadie"
Albavisión también es propietaria de la cadena de salas de cine Albacinema, y sus representantes legales actuales y pasados son los mismos de otras empresas del grupo.
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González, señor de los medios, ángel de la democracia (2/9)

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Ilustración: Sandy Revolorio
Historia completa Temas clave

Remigio Ángel González González es uno de los principales magnates de medios de comunicación a nivel latinoamericano. En Guatemala, su consorcio, Albavisión, tiene control absoluto de la televisión comercial abierta.

El mexicano Remigio Ángel González González, propietario del grupo Albavisión, es el rostro del consorcio mediático con mayor presencia en Guatemala. Acumula el 46,6% de frecuencias televisivas del país. En números brutos, y hasta junio de 2017, el consorcio era usufructuario del 9% de las 4,431 frecuencias del inventario de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT). Albavisión ha sido salpicada por las investigaciones del Ministerio Público (MP) en casos de corrupción.

El poder económico y político que Albavisión ha acumulado en Guatemala se ha basado en la concentración y acaparamiento de las principales frecuencias de radio y televisión, las cuales ha obtenido a partir de la relación de dependencia generada por González con la clase política del país desde mediados de los años 80 del siglo pasado. Una fórmula sencilla: yo te ayudo a llegar al poder; tú me ayudas a hacerme millonario. O dicho en otras palabras: propaganda e información favorable, barata y permanente en sus medios a favor de los partidos políticos y candidatos durante las campañas electorales, a cambio de millonarios contratos anuales de publicidad del Estado a favor de esos medios. Y como plus, una prensa favorable e inofensiva en los programas informativos del grupo. Un negocio redondo.

A Raul Solares, titular de la SIT, no le gusta hablar de concentración ni de oligopolios de medios de comunicación. “Sí hay, por supuesto, grupos de personas que tienen varias radios en radiodifusión FM, y hay varios que tienen en radiodifusión y televisión”, reconoce. Pero, argumenta, no puede decir si si eso constituye concentración o monopolio. Sin embargo, asegura que desde su posición de Superintendente ha promovido la aprobación de una Ley de Competencia para aclarar esas dudas de una vez por todas. “La ley de competencia es importantísima, para que evite el poder dominante que puedan tener algunos y ejercerlo”.

Cuando a Solares se le pregunta directamente por el caso de Ángel González su respuesta es vaga y temerosa. “Hay, hay. Bueno, son varias las empresas que tienen, ustedes saben mejor que yo, que tienen frecuencias de televisión, pero parece que algo tendrán entre sí”, dice. Luego se hunde en explicaciones conceptuales: “habría que ver qué es monopolio. Yo no estoy defendiendo a nadie. Pero allí me cuestiono: hay un canal del Congreso, TV maya. El monopolio allí se pierde. Aunque no sé, habría que investigar”. Aunque Solares no lo dice claramente, la SIT de hecho está reuniendo expedientes desperdigados acerca de concesiones históricas y subastas del espectro radioeléctrico del país. Lo hace desde 2016 a partir de una fiscalización que la Contraloría General de Cuentas (CGC) inició para determinar cómo es que los cuatro principales canales de la televisión abierta de Guatemala (3, 7, 11 y 13) llegaron a manos de Albavisión. El artículo 130 de la Constitución prohíbe expresamente los monopolios.

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En junio de 2016, el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) sindicaron a Albavisión de financiamiento electoral ilícito a favor del Partido Patriota (PP), por haber recibido pagos a través de empresas de cartón de parte Televisiete S.A. y Radio Televisión Guatemala S.A. (ver fichas), ambas del grupo Albavisión, durante la campaña electoral de 2012. La acusación forma parte del caso Cooptación del Estado. En ese momento, varios medios de comunicación interpelaron al presidente Jimmy Morales acerca de si investigaría la situación y asignación de radiofrecuencias de este grupo en Guatemala. El mandatario no se comprometió a hacerlo.

Según la acusación del MP y la Cicig, Televisiete S.A. y Radio Televisión Guatemala S.A. fueron beneficiadas durante el gobierno del PP con millonarios contratos de publicidad. La relación entre “inversión” y “ganancia” para las empresas de González fue de Q17,679,200, que habría aportado de manera ilícita a la campaña electoral de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, frente a Q263,919,417.10 obtenidos en contratos entre 2012 a 2014. Las empresas de González obtuvieron lo supuestamente “invertido” en pagos al PP de regreso más de 14 veces. La guatemalteca Alba Elvira Lorenzana Cardona (ver ficha), esposa de González (ver ficha), se mantiene prófuga. En octubre pasado, la Sala de Apelaciones de Mayor Riesgo rechazó retirar la ordende captura en contra de Lorenzana Cardona. Por este caso también está prófugo el otrora representante legal de Televisiete, Eduardo Cristhian Klestler Alemán.

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Alba Lorenzana se mantuvo vigente como presidenta del Consejo de Administración de Televisiete S.A. hasta 2010 según datos del Registro Mercantil. No es la única prófuga vinculada a González. Su excuñado Luis Armando Rabbé, expresidente del Congreso y exministro, también está prófugo por el caso conocido como Plazas Fantasma.

Una investigación de elPeriódico perfila a Rabbé y a un exempleado suyo –también otrora trabajador de la SIT– como piezas fundamentales en el afianzamiento de medios por parte de González.

La cantidad indicada es sólo una parte del cálculo del total que Albavisión ha obtenido en contratos desde 2004. Según registros de Guatecompras, las empresas de Albavisión ganaron Q467,137,092.54, entre los años 2004 y 2016; a través de 124 concursos con licitación y 1,266 sin licitación (ver fichas). Tales ganancias implican que las empresas de González se han quedado con el 48.44% del total de contratos brindados por el Estado guatemalteco a medios de comunicación por Q964,298,950.20. Esta última cifra implica dos contratos abiertos, ninguno dado al grupo Albavisión, y los recibidos únicamente por los 69 medios de comunicación que se investigaron.

Aunque son los contratos otorgados durante el gobierno del PP los que están cuestionados judicialmente, la administración de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE) (2008-2012) firmó un número similar de contratos con licitación: 47 frente a 51 otorgados por el PP. Pero la diferencia es evidente en los contratos de compras directas: 492 frente a 756, entre ambas administraciones. Un dato curioso es que durante 2008, año en que la UNE inició su administración, solo otorgó 52 contratos de compras directas a Albavisión. Al año siguiente, cuadruplicó esa cantidad al conceder 212 contratos (ver fichas).

"El Fantasma"

El poder de Ángel González, conocido como “El Fantasma” por su capacidad para no hacerse notar en público, va mucho más allá de Guatemala. De hecho, es considerado un magnate de medios de comunicación en el continente americano. La página weboficial de albavisión.tv consigna que tiene representación televisiva –además de Guatemala– en Argentina, Chile, Nicaragua, República Dominicana, Bolivia, Ecuador, Honduras, Paraguay, Costa Rica, El Salvador, México y Perú. En los mismos países también tiene empresas radiales. El empresario, que reside en Doral (Florida, Estados Unidos) también fue señalado en el caso de repercusión internacional Panamá Papers, por haber adquirido una empresa en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas a través de la firma legal Mossack Fonseca, según registros procesados por el equipo de periodistas de investigación ICIJ.

González mantuvo la representación de sus empresas en Guatemala durante un corto período, según datos del Registro Mercantil. Fue presidente del consejo de administración de Trecevisión S.A. y Teleonce S.A., entre 2005 y 2006. Según Gustavo Berganza, periodista especializado en el estudio de medios de comunicación, hacia los años 80, González comenzó como “vendedor de publicidad para canal 7 (Televisiete S.A.)” y poco a poco fue acumulando contactos que le facilitaron poder ir comprando otros canales televisivos y radios. “Ángel trafica influencias. Les da (a los políticos) publicidad a crédito o a bajo precio, en algunos casos regalada, y con cobertura favorable a determinados candidatos de su gusto y luego les cobra los favores”, explica Berganza.

La estrecha relación se vislumbra desde muchos años antes. La documentación que la SIT reúne a pedido de la CGC, y a la que Laberinto del Poder ha tenido acceso, consigna acuerdos gubernativos históricos acerca de la asignación de radiofrecuencias televisivas. En uno de ellos, de diciembre de 1995, Rabbé era el representante legal de Radio Televisión de Guatemala S.A., y tramitó la prórroga de concesión de la frecuencia. Le fue concedida por un plazo de 25 años y no consta que se le haya solicitado un pago a cambio. Un año después, sin embargo, fue aprobada la Ley General de Telecomunicaciones y con ella los concesionarios pasaron a ser usufructuarios.

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José Fernando Villanueva Carrera (ver ficha) era hasta 2017 presidente del Consejo de Administración de la empresa Central de Radio S.A. (ver ficha) según datos del Registro Mercantil, otra de las empresas del grupo Albavisión, y hasta junio de 2017 se desempeñó como vocal en la Cámara de Radiodifusión de Guatemala (CRG). Villanueva Carrera, además, tiene inscritas siete empresas en Panamá, según la base de datos Open Corporates; y es identificado en investigaciones periodísticas como la cabeza de al menos dos empresas relacionadas a González en Ecuador.

Los amplios beneficios del grupo Albavisión incluyen además el ínfimo pago por mantener por décadas, de forma prácticamente incuestionable, casi todas las radiofrecuencias de televisión abierta. Laberinto del Poder tuvo acceso a los registros históricos de pagos efectuados a la SIT, tanto administrativos como valores por subastas.

Así, el grupo Albavisión ha pagado Q47,846,877.47 entre 1996 y 2017, en 425 pagos (ver herramienta interactiva), bien a nombre de sus empresas o a nombre de alguna de las personas que ha formado parte de juntas directivas de éstas. Su pago más cuantioso fue de Q4,812,000, el 20 de noviembre de 2003. El desembolso incluía los títulos de usufructo de nueve frecuencias en FM, con valores variables. Sin embargo, la mayor parte de todos sus pagos son por valores administrativos no relacionados con el acceso a frecuencias.

Si se compara los pagos del grupo Albavisión por uso y compra de frecuencias con lo obtenido a través de contratos con el Estado resulta que dicho grupo ha lucrado casi diez veces más (9.7 veces). O en números brutos: Q47,846,877.47 versus Q467,137,092.54. Hay que recordar, sin embargo, que las cifras por contratos solo se incluyen a partir de 2004, y los pagos hechos a la SIT desde 1996. No incluyen, además, lo que el grupo Albavisión ha obtenido por pauta publicitaria a través de contratos con privados.

Según el superintendente Solares, para cada subasta se elabora un “Manual de Subasta”, porque cada proceso se diferencia del otro, por el tipo de frecuencia a subastar, cantidad de interesados y alcance de la frecuencia. De eso depende el precio base de inicio de la subasta. Solares se justificó en ello para no especificar qué parámetros usa la SIT para el punto de partida de una subasta. Decenas de los pagos del grupo Albavisión corresponden, precisamente, a compras de manuales de subastas o pagos por “muestras de interés”. Es decir, una manera de garantizarse como un potencial participante en una subasta.

El Grupo Albavisión también consigna registro de pagos no efectuados. En uno de los registros de la SIT se establece que el pago de dos semestres de licencia satelital, entre los años 2005 y 2006 implicaría el desembolso de $1,600 para Albavisión. Pero el grupo no pagó nada, según los registros de la SIT.

Albavisión no es la única red empresarial que licita contratos con el Estado echando mano de distintas sociedades anónimas. La estrategia ha sido utilizada por otros medios de comunicación como el grupo Emisoras Unidas, quienes han ganado contratos por publicidad con Emisoras Unidas de Guatemala S.A., así como con otra serie de radios que no están registradas bajo esa empresa madre. Este grupo, además, es el segundo más grande de Guatemala en radiodifusión, con el 2.79% del total de usufructos otorgados por la SIT; y el 10.68% del dial FM. González tiene el 15.94%.

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Laberinto del Poder tuvo acceso a estudios elaborados por Multivex Sigma Dos, una empresa especializada en estudios de mercado y monitoreo para determinar el comportamiento de los medios de radio y televisión. Estos señalan que las radios más escuchadas en Guatemala pertenecen al grupo Albavisión. La encuestadora asegura que parte de un censo de 15,331,582 de personas. Según sus conclusiones, las radios GalaxiaSonora y Éxitos alcanzan hasta 10 millones de oyentes entre las 5 y 9 de la mañana. En sus estudios de mercado publicados en su página web oficial reseñan, periódicamente, el top 5 de las radios más escuchadas: todas pertenecen al grupo Albavisión.

Según Berganza, la empresa encuestadora también es propiedad de González. Ese extremo no se pudo comprobar a través del Registro Mercantil.

Albavisión también es propietaria de la cadena de salas de cine Albacinema, la cual aparece en el Registro Mercantil bajo el nombre de Editorial Visión Tres Mil Uno, S.A. La sociedad incluye 56 distintos locales, y sus representantes legales actuales y pasados son los mismos de otras empresas en el grupo. Del total de locales, 53 corresponden a salas de cine distribuidos mayoritariamente en zonas urbanas capitalinas y los otros tres son dulcerías. Según los datos de inscripción de las salas de cine bajo la sociedad Editorial Visión Tres Mil Uno, S.A., la expansión en este rubro de González corresponde a finales de la década de los 90.

Dentro del grupo Albavisión, además, hay otras dos empresas que comparten dirección física con Televisiete S.A. Se trata de Televisiete Inmuebles S.A. y Televisiete Holdings, las que no registran contratos con el Estado, según Guatecompras, pero sí comparten al mismo representante legal (las tres): Luis Raymundo Bollat Sandoval (ver ficha).

En términos de explotación de frecuencias del espectro radioeléctrico, Albavisión solo es equiparable con el Estado. Si se toma en cuenta todas las frecuencias –radio (70), televisivas (85), fijas (260), exploración satelital (1), radiolocalización (4), y otras– asignadas a los distintos ministerios, entidades descentralizadas y dos municipalidades, ambos grupos resultan teniendo casi el mismo porcentaje: 10.85% del universo de frecuencias asignadas por la SIT. O en números brutos: 481 frecuencias en el espectro radioeléctrico para entidades del Estado.

Algunas de estas frecuencias están en poder del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología y Vulcanología (INSIVUMEH, llamadas “de ayuda a la meteorología”), del Ministerio de la Defensa (fijas, AM y de operaciones espaciales), la Academia de Lenguas Mayas (de televisión), entre otras.

Ningún ejecutivo de Albavisión aceptó hablar para este reportaje.

Esta publicación forma parte de una investigación periodística sobre la propiedad de los medios de comunicación en Guatemala, realizada por Laberinto del Poder, una plataforma diseñada para conocer las relaciones de poder en Centroamérica a partir de redes, personajes, datos y contratos. La metodología sobre este especial puede ser consultada aquí.

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