Así inicia el afamado texto de Derrida titulado Glas, con este fragmento de Lautrémont tomado de Cantos de Maldoror. Al concluir el fragmento, Derrida coloca inmediatamente seguido, el siguiente poema de Wallace Stevens tomado de Notas para una ficción suprema: “…Two things of opposite natures seem to depend. One to another, as a man depends on a woman, day or night, the imagined on the real. This is the origin of change”.
Valga decir que, en la edición del texto Glas, Derrida hace un ligero cambio al poema de Stevens puesto que la forma original es la siguiente: “Two things of opposite natures seem to depend. On another, as Logos depends, On Eros, day on night, the imagined. On the real. This is the origin of change”.
Glas es uno de los textos menos conocidos y menos tratados por el público no especializado en la literatura de Derrida. Por eso he seleccionado el anterior juego de palabras para ir introduciendo la lógica en la naturaleza de la escritura de Derrida.
Hay en la obra de Glas dos columnas de texto, paralelas, las cuales no tienen sentido una con la otra pero, deben de leerse simultáneamente para unirlas a las siguientes columnas posteriores y así encontrar el sentido oculto del texto. Esta forma de ´encerrar el significado´ constituyó una de las características más propias del Derrida y aunque se miraba original, lo cierto es que el algerino de origen judío (Derrida) no estaba haciendo otra cosa sino copiando la forma de escritura que caracteriza algunos de los párrafos del Talmud. Hay que reconocerlo, muy creativo.
Pero pasemos a cuestiones más importantes.
Afirma Derrida que el sentido de la ´verdad´ está oculto, por ello es necesario complementar la búsqueda del sentido en la relación con la segunda columna. Esto es una de las conclusiones más importantes de un autor al cual se le ha considerado como el segundo Kant o el nuevo Nietzsche. Derrida juega con una escritura doble. Ello produce una nuevo concepto que en el contexto anterior no se podía comprender (Derrida1989b:371); además permite desplazar sentidos sin invertir la jerarquía en la construcción de ideas. Por ello, antes de comprender la deconstrucción en su completo sentido, es importante conocer el uso de la escritura bífida en Derrida. Si quiere entender a Derrida, piense en el caso médico de una lengua bífida: una misma estructura pero con dos partes, que aunque con sentidos distintos sin ellas ´el todo deja de ser´.
Pat Mills, discípula de Derrida en la Universidad de Toronto solía abrir su seminario sobre Derridá con la siguiente explicación que, ahora reproduzco.
La referencia a ´los dos pilares´ con que Glas inicia debe unirse en la otra banda de la lectura al inicio del poema de Stevens: ´Two things of opposite natures seem to depend´. Es decir, Derrida está refiriendo a dos claros ´sustentos, bases, columnas, guías...´ que caminan paralelos y que han sido ´aparentemente determinantes´ aunque vistos de cerca, no sean más que alfileres. Esto podría significar dos posiciones de método en Occidente, dígase por ejemplo el sicoanálisis o el naturalismo ético de Nietzsche. Determinantes en la tradición occidental en efecto, ¿Pero sobre-valorados?
Derrida juega aún más con las dos columnas. En el poema de Stevens modifica la estructura y cambia el original de Stevens: ´ On another, as Logos depends, On Eros, day on night, the imagined…´ por …´One to another, as a man depends on a woman, day or night, the imagined..´. Ahora la oposición, la lucha es claramente sexual: el hombre es el discurso (Logos) y la mujer, Eros. ´Dos cosas de naturaleza opuesta´ en el contexto de un autor que ha introducido la referencia a pilares erectos, discurso, deseo (claramente sexual), hombre-mujer.
¿Qué pasa si los dos pilares originales no son tradiciones de método sino el discurso religioso y el discurso secularista? Se hace más interesante, pues no deja de poner el dedo en el problema del ´deseo carnal´ y en el hecho que históricamente la mujer ha sido sancionada en los discursos occidentales como originadora del mismo. Derrida sabía muy bien tocar las fibras sensibles de su auditórium femenino, y no para bien. Hay un componente muy sexual en su obra y la mujer es ´sujeto´ de ello. No se nos olvide, por ejemplo, la colocación de temas muy puntuales en el interior de un cuerpo de texto mayor que no tiene sentido alguno (aparentemente). ´Un párrafo embarazado´ tal y como sucede con respecto a ´la mujer´ en Espolones, Los estilos de Nietzsche.
Entrar al tema de la ´apertura del texto´ no es fácil entonces. En la siguiente presentación espero poder presentar la interpretación que Derrida hace sobre la relación ´Amo-Esclavo´ en Hegel. Donde dice “Amo”, Derrida lee “Señora”, y donde dice “Esclavo”, Derrida lee “Sirvienta.
Ya veremos. Lo hemos tratado en algunas columnas pero lo veremos más a fondo ahora.
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