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Fortalezas y debilidades de dos candidatos presidenciales

Dadas las fortalezas y debilidades de cada partido, hay 80 municipios donde habrá mayor competencia (resaltado en amarrillo), pues también los análisis estadísticos de los porcentajes de votos alcanzados indican que en ellos no hubo diferencia significativa en su promedio, aunque el PP ganó en todas las categorías.
LIDER ganó el primer puesto en 27 de esos municipios. El PP ocupó la primera casilla en 47 de ellos. Las 6 restantes fueron de otros partidos.
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Fortalezas y debilidades de dos candidatos presidenciales

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Los datos de las pasadas elecciones nos muestran indicios de cómo las fortalezas del PP y Líder varían de cara al electorado.
El PP obtiene mejores resultados en municipios muy violentos, con altos porcentajes de población urbana, no-pobre (clase media) y no-indígena (mestiza), que los que logra en municipios con características opuestas. Y LIDER puntea mejor en los municipios rurales, pobres e indígenas, que en los de rasgos contrarios. Sin embargo, si se comparan los resultados de ambos partidos, el PP aventaja a Líder en todas las dimensiones. En 80 municipios la segunda vuelta se perfila competida.

En las recientes elecciones generales celebradas en Guatemala (11 septiembre 2011), el Partido Patriota (PP) alcanzó el primer puesto en la contienda presidencial en exactamente dos tercios del total de municipios del país, es decir, en 222.  Su rival más cercano, el partido Líder, ganó en 83 municipios, por lo que sólo en 28 municipios no prevaleció alguno de estos dos partidos.

La victoria del PP parecería arrasadora desde este punto de vista geográfico si, por ejemplo, cada municipio fuera un colegio electoral y el ganador se llevara todos los votos del mismo según su peso poblacional. En ese caso, el PP tendría el 69 por ciento de los votos, mientras que Líder se quedaría con el 22 por ciento. El restante 9 por ciento sería distribuido entre los otros partidos que ganaron en pequeños municipios.

En Guatemala el voto de cada individuo vale lo mismo, sin importar su procedencia geográfica, en la elección presidencial (no así en las de diputados distritales al Congreso de la República).[1] Por ello, el PP cuenta con el 36 por ciento de los votos válidos y el Líder con el 23 por ciento, lo cual les obliga a una segunda vuelta electoral donde alguno obtendrá, necesariamente, más del 50 por ciento de los votos de todo el país aunque, como suele suceder, menos gente se acerque a votar. ¿Cuál podría ser el comportamiento del electorado el próximo 6 noviembre? ¿Dónde podemos encontrar algunas pistas?

Lamentablemente, en Guatemala  no contamos con una base de datos que vincule el perfil sociodemográfico del votante con su preferencia el día de las elecciones.

Por ejemplo, no sabemos si los hombres jóvenes prefirieron votar por X, mientras que las mujeres indígenas favorecieron a Y, o si la población de escasos recursos quería que ganara Z.

Sabemos el perfil de los que llegaron a votar, por la información que el padrón contiene, pero no podemos determinar por quién lo hicieron y menos por qué razón. En este sentido, el anonimato de las papeletas marcadas es casi absoluto. Es muy difícil deducir cómo votó un mismo individuo en las cinco papeletas para confirmar, por ejemplo, la hipótesis del voto estratégico o cruzado. Sólo sabemos la ubicación geográfica del voto ya agregado.

Dada esa limitante, con la data oficial del día de las elecciones sólo podemos analizar el voto por departamento, municipio, centro electoral y mesa. Así que me concentro en el voto municipal para Presidente y Vicepresidente de la República, para intentar comprender el comportamiento del electorado, utilizando variables también agregadas a nivel municipal como posibles explicaciones.[2]

Para el análisis estadístico que presento a continuación, mediré cada municipio según su peso relativo el día de las elecciones.

El municipio de Guatemala sigue siendo el principal actor, con un peso del 11 por ciento. Le siguen Mixco y Villa Nueva con 4 y 3 por ciento, respectivamente.

a) Violencia homicida y preferencia por la “Mano Dura”

Desde las elecciones anteriores,  el PP intentó movilizar el voto a su favor con la famosa campaña de “mano dura” contra los criminales. Ante la escalada de violencia homicida observada desde el año 2000, el PP encontró tierra fértil para su ofrecimiento de seguridad ciudadana, por lo que en ese entonces el partido UNE se vio obligado a modificar su campaña con la recordada frase de “la violencia se combate con inteligencia”. La diferencia entre el voto para ambos fue de apenas 5 puntos en la primera vuelta y se mantuvo así en la segunda vuelta.

En 2011, al insistirse con el ofrecimiento de mayor seguridad (reduciendo la tasa de homicidios en un 20 por ciento), uno pensaría que en los municipios con peores indicadores de violencia habría una mayor preferencia por el PP. Veamos los números para confirmar o descartar dicha hipótesis.

Empecemos con una aclaración metodológica, la unidad de análisis son los municipios pero, como he dicho antes, debemos ponderarlos porque lo crucial será el peso que éstos representan como población total, padrón electoral y asistencia a las urnas el día de las elecciones. Ello se visualiza fácilmente en los gráficos adjuntos, correspondientes al PP y Líder.

Sin ponderar, un test estadístico para ver si existe diferencia de medias en el porcentaje del voto a favor del PP en municipios muy o poco violentos[3] nos indica que el porcentaje del voto obtenido es prácticamente el mismo en los dos tipos de municipios. No obstante, al hacerse la debida ponderación resulta que sí es significativa la diferencia en las preferencias del voto a favor del PP, dependiendo del nivel de violencia en el municipio, pues los municipios poco violentos sólo representan un 26 por ciento del voto total. Recordemos que los tres municipios con mayor peso electoral están entre los más violentos del país.

El partido LIDER también intentó captar el voto de personas descontentas con la inseguridad ciudadana al ofrecer aplicar la pena de muerte para los criminales. Así que, más que distinguirse uno del otro, en esta dimensión ambos partidos han estado compitiendo por ocupar el mismo nicho de mercado, utilizando un término de marketing. Sin embargo, en este caso la diferencia entre los dos tipos de municipios no parece significativa. Es decir, no hay asociación entre el nivel de violencia y la preferencia por LIDER.

Esto nos sugiere que debemos explorar otros factores que explicarían mejor la preferencia electoral en los municipios. Podríamos ver, por ejemplo, la situación socioeconómica Con datos de 2002, el componente de ingresos del Índice de Desarrollo Humano del PNUD tiene una correlación significativa con el voto por LIDER: a mayor ingreso menor preferencia por su candidato o, a la inversa, menor ingreso mayor porcentaje de votos a su favor (pero no con relación al PP, sino con su propio desempeño).[4] Lo opuesto no aplica para el PP.

Ver Resultados según violenciaVer Resultados del PP en municipios violentosVer Resultados de LIDER en municipios violentos.

b) División entre áreas urbana y rural

¿ A nivel agregado, cuál es la variable municipal que mejor explica la preferencia de los electores?

Si el nivel de violencia, o de ingresos, pesa para uno pero no para el otro candidato, entonces ¿podría ser el nivel de urbanización del municipio, como Fernando Carrera ha sugerido en elPeriódico?

Según esta hipótesis, en las zonas rurales hay mayor propensión a favorecer al candidato del partido Líder, mientras que el fuerte del PP es el área urbana. Dicha intuición está basada en el hecho que la diferencia entre ambos candidatos es menor en el área rural (10 a 7 a favor de PP, en contraste con un 10 a 5 siempre en favor del PP en los municipios predominantemente urbanos). Una vez ponderados los municipios, es cierto que en el área urbana le va mejor al PP y en la rural al Líder, pero en relación a sí mismos, pues al PP le va mejor que a Líder en ambas áreas. El voto urbano resulta tener un peso relativo de 42 por ciento.

Ver Resultados por ruralidad, Ver Resultados del PP por porcentaje de población urbana, Ver Resultados de LIDER por porcentaje de población urbana

c) La “lucha de clases” ¿a quién favorece?

Como mencioné antes, el nivel de ingreso parece ser importante para explicar el voto hacia Líder. De igual manera, en los municipios donde hay mayor porcentaje de personas en situación de pobreza le va mejor a Líder, respecto a sí mismo. Y lo opuesto es cierto para el PP: es decir, en las áreas de más riqueza el PP obtiene un mayor porcentaje de votos del que consigue en las de más pobreza.

Sin embargo, el resultado neto favorece al PP. Los municipios pobres representan el 54 por ciento del voto que se emitió recientemente.

Ver Resultados por pobreza, Ver Resultados del PP por pobreza, Ver Resultados de LIDER por pobreza

d) La variable omitida en el debate electoral: la étnica

A pesar de su importancia para la construcción de un Estado multicultural, en el debate político aún no ha aparecido “el problema indígena” que, no obstante, resulta ser importante para ambos candidatos, pues aunque el PP ganó en la mayoría de municipios con población predominantemente indígena, el partido Líder lo hizo mucho mejor de lo esperado. Los municipios indígenas representan el 34 por ciento del peso electoral.

Ver Resultados por etnia, Ver Resultados del PP por porcentaje de población indígena, Ver Resultados de LIDER por porcentaje de población indígena

En conclusión, por las características agregadas de los municipios podemos visualizar indirectamente que las preferencias de los electores a favor de determinado partido están asociadas con el contexto que rodea a dichos ciudadanos en términos de victimización por violencia homicida, acceso a las facilidades de la vida citadina, su situación socioeconómica y su auto-identificación étnica.

El PP obtiene mejores resultados en municipios muy violentos, con altos porcentajes de población urbana, no-pobre y no-indígena, que los que logra en municipios con características opuestas. Pero en todas las dimensiones aventaja al Líder, que le va mejor en municipios rurales, pobres e indígenas, con relación a su propio desempeño.

Pero como los municipios poseen esos cuatro atributos, entonces se generan 16 posibles combinaciones: 

Tabla del Número de Municipios según las Características Evaluadas


Dadas las fortalezas y debilidades de cada partido, hay 80 municipios donde habrá mayor competencia (resaltado en amarrillo), pues también los análisis estadísticos de los porcentajes de votos alcanzados indican que en ellos no hubo diferencia significativa en su promedio, aunque el PP ganó en todas las categorías. De hecho, Líder ganó el primer puesto en 27 de esos municipios, mientras el PP ocupó la primera casilla en 47 de ellos y las 6 restantes fueron de otros partidos.

Las zonas en disputa representan el 18 por ciento del peso electoral, aunque en realidad la más importante será el área rural indígena y pobre, donde hay violencia epidémica, pues representa el 11 por ciento del peso electoral, suficiente para que los problemas que a diario afrontan los ciudadanos en ese tipo de municipios sean tomados con la debida seriedad por los candidatos en los debates que se avecinan.

Tabla del Peso Electoral de los Municipios según las Características Evaluadas




[1] En Baja Verapaz, la coalición UNE-GANA obtuvo un diputado con menos de 18 mil votos; mientras que en el Distrito Central, conformado por el Municipio de Guatemala, el candidato que logró la última plaza en el Congreso necesitó de casi 30 mil votos.  Sus respectivos votos en el hemiciclo, sin embargo, pesarán igual.

[2]Esto no es lo ideal metodológicamente hablando, pues caemos en la falacia ecológica, al pensar que el dato agregado refleja el comportamiento de los individuos. Pero como he dicho, ante la falta de data,ésta puede ser una aproximación útil. Quienes votan son los individuos, no los municipios como entidades colectivas.

[3] THCM < 10, tasa de homicidios de un solo dígito, es decir, por debajo del nivel internacional que se considera como una epidemia de violencia.

[4] Como sabemos, correlación no significa causalidad, pero es un buen indicador de que algo podría estar pasando entre las dos variables. Los demás componentes del IDH no resultan ser significativos para Líder y ninguno para el PP, aunque llama la atención que todos los signos son positivos para PP y negativos para Líder: a mayor desarrollo humano mayor la preferencia del municipio por el candidato Otto Pérez Molina.

Nota del autor. Este es un análisis retrospectivo, con todas sus consabidas limitaciones, pero con la gran ventaja de tener como fuente de información los resultados electorales a nivel municipal, una mucho más completa y realista que las desacreditadas encuestas de opinión pública.

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