El nombre de este artículo es la traducción al español de una canción en hebreo titulada Prachim Ba'Kaneh, que significa flores en el barril. La canción se escribió inmediatamente después de la guerra de los seis días y tiene plasmado en su letra la esperanza de que algún día, el Sol brille indiscriminadamente sobre Gaza e Israel.
La temática de mi artículo (obvia a esta altura) no la voy abordar como por lo general se hace en los medios. No voy a evocar el estúpido argumento de la derecha evangélica que justifica la expansión territorial de Israel;[1] tampoco voy a referirme a los avances tecnológicos producidos por Israel o a la superioridad moral que el lobby judío refiere hacia las fuerzas de defensa israelí.
Acepto el argumento de Noam Chomsky,[2] de Shlomo Avineri, de David Grossman, y de Amos Oz[3] : La ocupación es inmoral.
La misma opinión que acabo de expresar la comparte más del 60 por ciento de la población israelí judía secular.[4] Desde la posición de Chomsky, (repetida mil y un veces por las voces que protestan la ocupación[5]) la democracia israelí no puede ser completa mientras la ocupación siga en pie. La democracia israelí es mucho más madura que la de muchos países latinoamericanos; por mucho superior a la de cualquier país árabe musulmán, pero tiene esa gran mancha encima: El destino de dos millones de palestinos en manos de ciudadanos judíos cuyos abuelos escaparon de los cielos de Varsovia para huir a los cielos mediterráneos.[6] Es más, partiendo de los argumentos comunitarios que caracterizan a los teóricos políticos contemporáneos (Charles Taylor o Michael Sandel) Chomsky muestra la relación dialéctica entre la categoría de identidad israelí y palestina: Ambas aparecen al mismo tiempo, ambas son artificiales[7] y sin embargo, ambas son expresiones comunitarias que deben encontrar un espacio común para convivir.
Aceptar un Estado palestino es una realidad que políticos israelíes como Rabin o Sharon comprendieron que era inevitable, y dieron pasos unilaterales en la devolución de territorio. Supongamos entonces que el Estado palestino se declara de forma unilateral en las fronteras del 1967, y puesto que dichas fronteras eran indefendibles para el Estado de Israel,[8] supongamos que Israel es borrado del mapa.[9] Con ello, ¿El mundo árabe musulmán viviría en paz y se abriría un proceso gradual de ´progresismo´?
Lo más seguro es que no.
La derecha israelí no es representativa de su población. Y también es cierto que ni Hamás, ni Al-Fatah, ni Hezbollah, ni Bashar al Assad, ni Nasrallah tienen la tolerancia de Chomsky o el espíritu crítico de Oz. Lo que tenemos es una guerra de liderazgos fanáticos en ambos lados que han secuestrado a sus respectivos pueblos[10] pero, solamente uno de ellos –por ahora– acepta abiertamente la existencia inevitable del otro.
[1] Tierra prometida por amigos imaginarios no sirve ni para reservar una mesa en un café.
[2] Prominente intelectual judío estadounidense. Lingüista, filósofo y crítico directo de la ocupación israelí en Gaza.
[3] Shlomo Avineri es profesor en la Universidad Hebrea, autor del libro El pensamiento oolítico de Karl Marx. Es además uno de los íconos intelectuales de la izquierda israelí. Grossman y Oz son dos escritores contemporáneos israelíes críticos de la ocupación israelí. Oz escribe en su ensayo ´Contra el fanatismo´: ´El problema ….reside en que ambas reivindicaciones, la judía y la palestina son legítimas, por lo que no queda otra vía que llegar a un acuerdo, término que para ciertos sectores radicales e idealistas significa concesión, renuncia o traición´. Grosmann por su parte, en el libro La sonrisa del Cordero muestra lo inmoral de la ocupación por parte de quienes estaban llamados a ser ´luz entre los gentiles´.
[4] Aquí la categoría de ´judío´ haría referencia a un elemento cultural más que de práctica religiosa o elementos proto-religiosos secularizados en tradiciones culturales. La mayoría de israelíes son seculares y políticamente mucho más cercanos a los modelos políticos ciudadanos occidentales.
[5] Lo que no se toma en cuenta es que Chomsky es judío, crítico del Estado judío pero a final de cuentas, es un judío que apoya la causa palestina. Lo que cuesta encontrar son intelectuales árabes musulmanes que abiertamente hagan activismo en favor del derecho del Estado de Israel a existir. Mohamed Mustafa el-Baradei, premio Nobel de la Paz y crítico de Hosni Mubarak debería ser un ejemplo de ese ´punto medio´.
[6] Este comentario lo hago en referencia a una canción pop israelí popularizada durante los bombardeos de la primera guerra del Golfo sobre Tel Aviv, ´Cielos mediterráneos´ del cantante Shlomo Artzi.
[7] No más de 60 años pero engloban ambas, las esperanzas de dos pueblos por construir una realidad de identidad que ha existido históricamente conectado con la categoría del ´Pueblo-Nación ´ desprendida de la categoría de ´Estado´.
[8] Por ello la ocupación puesto que después de la guerra de los Seis Días Israel se expande y toma fronteras que le permitieran una mejor defensa en razón de sucesivos ataques de sus vecinos árabes.
[9] ¿Se puede creer que regímenes teocráticos que masacran a su propio pueblo (Siria) no atacarían de nuevo a Israel si regresa las fronteras de 1967? Esta pregunta nadie en el mundo árabe musulmán la logra responder con certeza.
[10] En la pasada elección israelí, la ganadora fue una mujer, Tzipi Livni, algo que ni en Estados Unidos se ha visto. Pero el sistema político israelí que obliga a coaliciones para poder gobernar, dio la mayoría política al otrora candidato Benjamín Netanyahu.
Más de este autor