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Entretenimiento mundial

El ciclo trabajo-consumo nos entrampa en una clase social y al mismo tiempo nos convence de que somos alguien más según lo que consumimos.
Tipo de Nota: 
Opinión

Entretenimiento mundial

05 de Julio de 2018
Palabras clave

La ocupación casi total del espacio público con televisores histéricos, comensales y meseros con camisolas de colores y las miles de vallas que anuncian los mismos productos disfrazados de Mundial son muy difíciles de obviar. Un partido del Barça es fácil de sortear, pero de un mes de partidos es casi imposible escapar.

Pero el Mundial es un blanco facilón, tanto para caer de boca en su consumo festivo como para detractarlo con rabia de hermano separado. Para mí, el meollo está más allá del futbol. Está detrás, en la maquinaria mercantilista, que en este caso nos convence de identificarnos con los colores de otra nación, de gastar en una camisola ajena y de vestirla con orgullo mientras miramos el partido desde la cama, consumiendo productos de los patrocinadores oficiales.

En diferentes niveles, toda...

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