Hace unos días expresé en Twitter, a propósito de la resistencia sistemática del Gobierno a la continuidad de la Cicig, que ello es una muestra de «defender hasta la muerte a Baldetti, ser complaciente con los anti-Cicig, plegarse a los que son investigados, no querer salvar su pellejo». ¿Son tan fuertes esos incentivos que incluso se prescinde del último salvavidas?
Cuando periodistas del interior son asesinados a sangre fría por investigar asuntos de orden público q...
Hace unos días expresé en Twitter, a propósito de la resistencia sistemática del Gobierno a la continuidad de la Cicig, que ello es una muestra de «defender hasta la muerte a Baldetti, ser complaciente con los anti-Cicig, plegarse a los que son investigados, no querer salvar su pellejo». ¿Son tan fuertes esos incentivos que incluso se prescinde del último salvavidas?
Cuando periodistas del interior son asesinados a sangre fría por investigar asuntos de orden público que amenazan a criminales disfrazados de alcaldes, cuando en plena ciudad capital un grupo de desquiciados realiza una operación violenta de rescate y se pasa llevando a una serie de inocentes, es porque se está girando el botón para que esas expresiones de crisis permitan una readecuación del llamado orden social. Instalar más miedo, provocar sin inmutarse, consolidar el régimen del sometimiento, legitimar las respuestas violentas del llamado Estado, justificar el crecimiento de la fuerza policial (y más del Ejército) y reagrupar a los cabecillas de grupos criminales que operan desde las cárceles son algunas de las reacciones que se están produciendo detrás del escenario. Son dos muestras que quieren pasar como disfuncionales, cuando son esencialmente funcionales y con gran capacidad de reproducción.
En esta telaraña de asuntos que cuesta desentrañar surgen cuestionamientos de fondo. Por ejemplo, ¿cuáles son los nuevos incentivos para que en los últimos cinco años se privilegie la orientación de la inversión pública hacia los departamentos de Retalhuleu, Santa Rosa, Zacapa, El Progreso, Izabal y Petén, territorios donde se han acumulado mayores montos per cápita que en el resto del país, a pesar de que no son las áreas donde hay mayor población en situación de pobreza extrema? Ese tipo de sesgos crean zonas liberadas, regiones donde todo se puede y se vale: municipios donde se concentran actividades revueltas.
El hastío y la impotencia son expresiones impuestas que, de tanto reiterar, se convierten en elementos absolutos. Generar ese desasosiego en época electoral es para exasperar, pero también para legitimar que en las aguas revueltas se instale una recomposición política que privilegie la conducción en olas altas.
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