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Encontrar al hijo desaparecido para morir en paz

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Encontrar al hijo desaparecido para morir en paz

En 1984, don Pedro Marcos fue capturado por el Ejército en Tzalbal, Nebaj, cerca del destacamento militar, junto con su hijo, Gaspar. En aquel entonces, el niño tenía 11 años. Junto con el resto de su familia, huían de Salquil Grande, donde vivían, después de que los militares quemaran su casa con todas sus pertenencias. Fue la última vez que vio al niño: los soldados se lo llevaron bajo la amenaza de matarlo si el padre no lo hubiera entregado y con la promesa que lo cuidarían, dándole comida y estudios. Despidiéndose, Gaspar prometió a su papá que volverían a verse.

Ahora don Pedro tiene 80 años. Todavía no ha perdido la esperanza de encontrar a Gaspar, aunque los 33 años del proceso de búsqueda que emprendió empiezan a pesar en los hombros del anciano. Don Pedro pidió ayuda a organizaciones religiosas, de derechos humanos y de búsqueda de desaparecidos, para encontrar a su hijo, pero aún no lo encuentra. Sin embargo, su fuerza de voluntad sobrepasa los límites fisiológicos de la edad: Pedro quiere morir en paz, después de entregar a su hijo la parcelita de terreno que le tiene preparada. Sigue tan convencido de volverá a ver el rostro de Gaspar, que aceptó dar a conocer su caso en un cortometraje que el Colectivo Cine en la Calle proyecta por estos días colegios, universidades y centros culturales de la ciudad.

Justo enfrente de la pared del centro cultural Casa Roja, en la zona 1 capitalina, este 30 de agosto don Pedro volverá a dar su testimonio, para renovar la esperanza de visibilizar su caso y cruzarse, entre los demás espectadores, con el rostro del niño que tuvo que entregar al Ejército en 1984.

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