En medio del refuego

Que los votantes hayan inclinado la balanza hacia dos opciones como Pérez y Baldizón, indican que la cultura política de los guatemaltecos marca un ascenso vertiginoso del autoritarismo a través de varias modalidades. Ambos candidatos se parecen mucho en lo sustantivo, aunque en lo práctico y en su labor de venta política intenten marcar distancia. ¿Qué podemos esperar entre un militar y un bufón?

Está más que visto que los elementos de la democracia formal están totalmente sobrepasados por una actualidad política cargada de perversidades, que se han convertido en realidades incuestionables. De manera rápida, mientras la mayoría gasta su tiempo en saludar los logros formales del proceso, los habilidosos están modelando el sistema sin que medie una reforma real de la Ley Electoral.

Los problemas advertidos en la primera vuelta electoral fueron variopintos, pero muchos de ellos son expresiones graves de lo que hay en las nuevas profundidades. Muchos de los disturbios y descontentos locales fueron motivados por las estructuras de los programas de cohesión social, dispuestos a apoyar con todo a los alcaldes que buscaban su reelección. La búsqueda de mantener el dominio político local se ha convertido en el nuevo objetivo de la UNE-GANA. Los resultados saltan a la vista. Esa fue una modalidad de financiamiento público impuesta, pero real. Los acarreos y las compras de votos utilizando financiamiento proveniente de fuentes cuestionadas fueron impresionantes. ¿Quién les dice algo al respecto? El propio TSE carece de los dientes para ello. Lo poco de fuerza que pudieron tener, se desgastó durante el proceso.

El crecimiento del Líder y UCN no fue casual. No por gusto el partido de Baldizón ganó en Petén y en la franja del Pacífico. Los seguidores de Estrada han aumentado su poder territorial, fuera de las fronteras de Jalapa. Los patriotas tendrán serias dificultades en salir triunfadores, porque su interior también está plagado de actores con movilidad y recursos propios. Deberán solventar sus diferencias enconadas, al menos por un ratito, para estar en capacidad de enfrentar a un monstruo que al mismo tiempo les está minando desde dentro.

Así las cosas, los dos partidos más se asemejan a bandos en disputa de un terreno político donde los decisores de ambos grupos son quienes determinan el rumbo a seguir. Recordemos que estas elecciones se dan en un entorno de bandas criminales en pugna que trasciende los espacios locales, para ser una lucha enconada por el premio mayor.

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