En el futbol hemos tenido ejemplos perfectos de un verdadero trabajo en equipo. Menciono tres equipos que en realidad marcaron algo especial no solo a nivel internacional si no también en Guatemala (o por lo menos algo especial en mi carrera): el FC Barcelona de Guardiola, el Municipal Pentacampeón, y la selección guatemalteca premundialista de Alemania 2006.
Si evaluamos los detalles de cada uno de estos equipos podemos destacar que:
- Cada jugador sabía exactamente su rol ...
En el futbol hemos tenido ejemplos perfectos de un verdadero trabajo en equipo. Menciono tres equipos que en realidad marcaron algo especial no solo a nivel internacional si no también en Guatemala (o por lo menos algo especial en mi carrera): el FC Barcelona de Guardiola, el Municipal Pentacampeón, y la selección guatemalteca premundialista de Alemania 2006.
Si evaluamos los detalles de cada uno de estos equipos podemos destacar que:
- Cada jugador sabía exactamente su rol dentro del equipo y ponía todas sus fortalezas al servicio del equipo. En la Selección, apoyada por el fenomenal trabajo de Abel Salas quien era el “psicólogo” (aunque a él no le gustaba que lo etiquetaran así), logramos llegar a un nivel de convencimiento y compromiso por parte de los jugadores por aceptar que cada jugador tenía su función dentro del equipo (dentro y fuera del campo y cada jugador lo aceptaba como tal) y logramos conjuntar un equipo que queda para la historia como un verdadero equipo.
- Había un líder natural que todo el equipo seguía, esto puede ser un jugador dentro del mismo equipo o el mismo entrenador. Guardiola es un vivo ejemplo de liderazgo y del respeto que tienen sus jugadores a su esquema de juego, a su forma de ver el futbol y al trato de las personas. El verdadero éxito de Enzo Trossero fue devolverle la confianza a los jugadores de un desgastado Municipal de Ever Almeyda. Formó un equipo inolvidable dentro y fuera de la cancha, que se reflejó en cinco campeonatos nacionales seguidos y uno de UNCAF. Maradiaga, apoyado en el convencimiento que teníamos y el compromiso de los jugadores de cambiar la historia, logró clasificar en un grupo donde al inicio nos consideraban el rival más débil. Esa misma confianza se perdió en la Copa de Oro del 2005 cuando después de una escena que reflejó su miedo y pérdida de control en el grupo, se perdió algo que en un inicio toda Guatemala confiaba que se lograría. El trabajo del entrenador en la etapa precompetencia (escoger su personal y comunicar su ideal de juego y los objetivos trazados), durante la competencia (reaccionar a cada obstáculo que el rival presente durante el tiempo de torneo) y en la etapa poscompetencia (monitorear lo bueno y lo malo realizado durante el torneo para aprender del mismo y mantener enfocado a su equipo para no conformarse con los logros obtenidos) es vital en el desarrollo de un verdadero equipo.
- Un barco con un buen capitán y una buena tripulación no es nada si los objetivos, a dónde se quiere llegar, no están sentados desde un principio. Cada uno de estos tres equipos sabía lo que quería. El que ha jugado en Municipal sabe que hay dos objetivos en cada torneo (ser campeón y que se puede perder con cualquier rival menos contra Comunicaciones). En la Selección plantamos esos objetivos y creímos que lo podríamos lograr. Clasificar a la hexagonal aun sabiendo que estábamos en el grupo más difícil y después, clasificar al Mundial (cosa que nos quedamos a un paso de conseguir).
Los equipos de trabajo que no saben a dónde se quieren dirigir divagarán sin rumbo en el ámbito donde se desenvuelvan.
Los empleados no entienden el porqué se les requiere que realicen sus actividades y no hay compromiso ni identidad con la empresa. Trabajan por trabajar, por devengar un sueldo y obviamente la empresa no percibe las ganancias (de todo tipo) que buscan obtener. Se debe buscar el involucramiento de todas las partes y una relación más que cordial para generar ambientes de trabajo ideales para que el equipo disfrute su actividad y así genere resultados.
Por último me gustaría compartir con ustedes una frase que me encanta y trato de poner en práctica cada día que me levanto para entrenar, para jugar o ahora para echar a andar mis proyectos:
Empiezas a trabajar el día que dejas de disfrutar lo que haces.
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