Debatir significa poner sobre el tapete puntos de vista que pueden ser antagónicos. Argumentar en algún sentido y, si es el caso, encontrar hilos conductores o mantener la distancia en las ideas.
Esta semana, Leslie Galicia da un ejemplo de cómo debatir con valor y argumentar con serena sabiduría, en contra de opiniones antagónicas. El 25 de noviembre, en el Diario Digital, publicó su artículo “Toursinov, el mejor ejemplo”. En este, Galicia cuestiona el mito que supone la acumulación de sabiduría mediante la lectura de montañas de libros. Más aún, destaca cómo un título o grado académico no es garantía de que alguien se desempeñará como un buen docente universitario: “El señor sin duda tiene educación superior pero carece de respeto, ética y madurez”.
En el texto en cuestión, Leslie Galicia expone sus argumentos para cuestionar la forma y el contenido con el cual, Anton A. Toursinov pretende exponer sus ideas políticas. Mismas que, quienes le han leído podrán confirmar, suelen ser más que aderezadas, desbordadas de calificativos de connotación negativa. Leslie concluye su artículo, y le plantea a Toursinov “que la próxima vez que quiera insultar a alguien, en lugar de llamarle “verduler@” que use el término “Toursinov@” como representación de la cobardía e irrespeto que alimenta el cáncer social que nos está consumiendo”.
El mismo día, Toursinov respondió a Galicia en su página Nullius in Verba, que traduce como, “En palabras de nadie”, y lo atribuye a Horacio. Al exponer sus puntos, el profesor Toursinov intenta atribuir el escrito de Galicia a una “conspiración”, la cual, afirma, está promovida por el periodista Gustavo Berganza. De manera que, Toursinov afirma: “Como buen demagogo, Berganza creó una turba de anónimos en las redes sociales que le siguen y lo «defienden» a capa y espada, aunque a través de las injurias e insultos. Una de estas seguidoras es una fulana a todas luces mediocre, de las que abundan, que suele amenazar e insultar en las redes sociales escondiéndose bajo el anonimato”. Una afirmación, más mesurada que las acostumbradas en sus perfiles de redes sociales, aunque obviamente, falaz.
Pero ¿por qué el encono de Antón A. Toursinov contra Gustavo Berganza antes, Leslie Galicia ahora y, seguramente alguien más después? Bueno. Para quien ha leído al cubano-ruso radicado en Guatemala y catedrático en algunas universidades, habrá notado su profunda adscripción a la interpretación fascista de la realidad guatemalteca. Vocación ideológica no necesariamente construida a partir del debate y libre juego de ideas sino, lamentablemente, petrificada e incapaz de discernir.
Ni antes ni ahora, Toursinov ha mostrado valor para debatir ni capacidad para dialogar. De allí que busque la violencia verbal como herramienta. Para muestra, algunos tuits en su perfil, en el marco del debate de marras y otras discusiones: “Por allí la VERGAnza (sic) empieza a patalear. Me contaron ayer que se le van los clientes”. “Hasta maloliente resulta ser la rata Gustavo Berganza. Como un buen roedor del basurero”. “Abundan "periodistas" mediocres en Gua. 1 tal (sic) Galicia m (sic) dedica su calumnia y está segura q (sic) su mamarracho es objetivo”. “Más tarde sale mi derecho de respuesta con consejos para la niña "periodista"”. “Creen q (sic) a las florecitas drogadictas les provocará disonancia cognitiva si se enteran q (sic) ademas de 3 U (sic) privadas doy clases en la USAC?” “No, no aguantó la putilla @lafilistea Ahora no sabe cómo largarse”. “La pobre nena noname denicte (sic) sigue delirando. ¿Encontrará su pastillita contra la esquizofrenia?” “Otro priceless: leer los delirios de una babosa histérica con el superego. La descerebrada que habla ante el espejo me ha hecho la tarde”.
Difícil saber qué fue primero. Si su camino por la promoción del fascismo como expresión ideológica dominante o su cercanía con la Fundación Contra el Terrorismo, que anida a personajes comprometidos con la contrainsurgencia. En todo caso, es su vínculo y cercanía con quienes alimentan el discurso del odio y utilizan al sistema judicial como parapeto, lo que le ha llevado a enfocar sus tanquetas contra Gustavo Berganza, Leslie Galicia o con quien intente debatirle en redes sociales. Como bien argumenta la joven periodista, da pena que esta sea la calidad de debate que promueve un docente universitario.
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