La cancha de futbol cambió su utilidad. Ese día la Comisionada acompañada de su traductor y los organizadores, veía a la multitud y escuchaba atenta cada una de las demandas que hicieron más de diez líderes que subieron a la tarima y expresaron sus denuncias.
“No es normal este viento en esta época, son vientos de bien”, dijo un anciano, y sonrió mostrando una boca sin dientes, mientras una corriente levantaba el toldo que daba sombra a varios líderes que esperaban su turno para hablar.
La Alta Comisionada, llegó a Guatemala en una gira de cinco días, en las que se reunió con sociedad civil y entes gubernamentales para evaluar los avances en derechos de los pueblos indígenas, seguridad, desigualdad, desnutrición e impunidad. En la cabecera departamental de Totonicapán se centraría específicamente en escuchar las voces de los pueblos indígenas.
Los jóvenes portaban mantas: “Reconstruyendo el buen vivir en el Baqtun, no más concesiones ni megaproyectos”, “Responsabilidad de ser constructores de nuestro propio destino”, “Poner fin a 500 años de muerte y racismos”, “No somos criminales”.
“La minería es inaceptable”, repitieron una y otra vez los representantes de las diversas organizaciones indígenas de Guatemala.
La tierra: el eterno conflicto
Juana Tacam se acercó al micrófono. Como representante de las autoridades de Totonicapán, inició los discursos: “El Estado no reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho. Se criminaliza a quienes luchan por defender los recursos. Se favorece a los terratenientes y a las transnacionales que no han derramado una gota de sudor”.
Tacam dijo que es vergonzoso que el 1% de las regalías no llegue a las personas de las comunidades donde se extraen los minerales para la exportación, pues contamina con metales pesados las aguas de los ríos y “¿qué pasará cuando las empresas mineras se vayan?”, se preguntó, “¿es eso desarrollo?”.
“Esto hará que la tierra muera”, dijo Herlinda Colorado, quien expuso el caso de las muertes en la cuenca del Polochic. “Por la palma y la azúcar nos violaron los derechos. Los desalojos provocaron tres muertos y 14 comunidades con los cultivos totalmente destruidos. Las investigaciones: nulas, cero. Ni los medios de comunicación cubrieron la noticia”, lamentó.
Pedro González, delegado de los grupos xincas, dijo que en Santa María Xalapán, Jalapa, las comunidades tienen un documento donde se les reconoce mil caballerías, pero el gobierno sólo les reconoce 390. El líder se quejó de que la justicia los reprime, pues cuando presentan una denuncia en algún juzgado, los insultan y se ríen de ellos.
Una cultura dominante
La poca representatividad indígena en los puestos de poder también fue un asunto destacado en la presentación. Solamente 19 diputados de los 158 provienen de los pueblos originarios.
Algunos de los líderes instaron a construir “un Estado distinto que no esté fundamentado en acciones racistas”.
“El racismo no es algo que se grite al cielo: Es la falta de oportunidades”, afirmó Saturnino Figueroa, representante de Quiché, quien mencionó que en sus comunidades trabaja un médico por cada 70 mil personas. Y las escuelas tienen un maestro para todos los grados de la primaria. “El hambre no se acabará si no rompemos con este Estado racista”, aseguró Figueroa.
La identidad es un derecho universal y, según los líderes, el Registro Nacional de las Personas (Renap) debe especificar a qué etnia pertenece el ciudadano.
¿Justicia?
José Roberto Morales y Juan Juárez expresaron que la discriminación es palpable también en el Organismo Judicial (OJ) porque no se aplican los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos como el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
Un ejemplo, explicaron Morales y Juárez, es que la Corte de Constitucionalidad (CC) argumentó que las consultas comunitarias en casos como el de la minería no tienen carácter vinculante y son “simples opiniones sobre el tema”. Por lo que una comisión, conformada por abogados de las autoridades indígenas, presentó un recurso de inconstitucionalidad en contra de la Ley de Minería para que se tome en cuenta, a la hora de aprobar los contratos de extracción, las consultas realizadas en las comunidades que rechazan a las industrias extractivas en sus territorios..
“Los centros de justicia son escasos. Sólo en las capitales departamentales hay centros de justicia. Y son de corte occidental, anulando las tradiciones. Por ejemplo, en el derecho maya se busca la reparación, no el castigo, se busca que el que cometió el delito sienta vergüenza y no lo vuelva a hacer”, pronunció el líder Carlos Guarcax.
“El Estado se convirtió en un Estado represor y a partir de la llegada de Otto Pérez al poder, se han invertido Q50 millones en reclutar a los jóvenes para que ingresen al Ejército”, recalcó Guarcax.
Otro tema tratado fue el del Derecho a la Información. Se puso sobre la palestra el monopolio de los medios de comunicación. Cuatro canales de televisión abierta pertenecen al mexicano Ángel González, y “tras regalarle publicidad a los candidatos que van a tomar posesión, ellos se dedican a legislar a su favor y a perpetuar los monopolios”, dijo Herlinda Colorado en su intervención.
Los participantes solicitaron a la Alta Comisionada que le diera vigilancia y monitoreo a las denuncias para que se pronuncie en Naciones Unidas al respecto.
“El racismo ataca la dignidad”
La Alta Comisionada Navi Pillay dijo estar impresionada por la riqueza cultural del país. Aseguró que no se siente lejana a las ideas de racismo pues creció en Sudáfrica durante el Apartheid y sabe que el racismo ataca la dignidad de las personas.
También sabe muy bien, explicó Pillay, que “el racismo causa violencia desmedida, la limpieza étnica y luego el genocidio”.
“Vamos a tomar nota de los proyectos irresponsables y negligentes. Porque el desarrollo se debe dar, pero ¿a qué costo? Millones de indígenas han perdido sus tierras en el mundo y quedan arañando su existencia en los márgenes de la sociedad. ¡Esto no es desarrollo!”, enfatizó.
Pillay aseguró que es inaceptable que los líderes sean objeto de amenazas y de violencia de cualquier tipo, incluida la sexual: “Debemos garantizar su seguridad. Las leyes sobre minería deben ser reevaluadas y la fuerte presencia de militares debe ser reevaluada porque recuerdan al conflicto armado.”
Pero los discursos y quejas muchas veces terminan en retóricas interminables. Por eso, indicó que “es urgente buscar soluciones prácticas. Debemos instar a cambios que se puedan sentir en el día a día de las poblaciones”
Se marchó, pues tenía otra reunión en Guatemala ese mismo día, en medio de un corredor que le hicieron cientos de líderes con las varas levantadas.
“Los astros, las personas, hasta las hormigas están en movimiento” expresó el guía espiritual al cerrar la actividad exclamando: “Ya se viene el Baqtun, se viene la igualdad”.