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El muñequito del pastel

El titular de la diplomacia guatemalteca se encuentra muy lejos de estar al frente de la misión fundamental de la oficina que dirige.
Tipo de Nota: 
Opinión

El muñequito del pastel

21 de Septiembre de 2012
Palabras clave

Como si fuera muñequito para el adorno, viste siempre de tacuche. También sonríe para la foto y va de arriba para abajo. Como puro adorno, nada más, pues ese y no otro, es el papel asignado al jefe de la diplomacia guatemalteca, nombrado en el puesto para pagar los favores electorales.

Sin embargo, los temas centrales de la política exterior, que debería estar regida por el jefe de la cartera, están en manos ajenas. Así, el eterno consejero de la Cancillería, dueño de su placita por pedigrí de intelectual orgánico, empuja la política de revisionismo de la memoria histórica.

Ha sido el secretario de la Paz, Antonio Arenales Forno, y no el ministro de Relaciones Exteriores, quien ha pedido a la Corte Interamericana de Derec...

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