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Una madre da pecho a su bebé, durante el mitin de la UNE en Telemán, Alta Verapaz, el domingo 21 de julio

El mitin

Simone Dalmasso
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21 de julio, domingo de campaña electoral para los dos candidatos a la Presidencia. Sandra Torres celebrará sus mitines entre Alta Verapaz e Izabal, Alejandro Giammatei, en cambio, entre Guatemala, Jalapa y El Progreso.

En Telemán, Alta Verapaz, ha llovido recio la noche anterior, por eso, dicen, los vecinos que viven del otro lado del río, no podrán asistir al primer mitin de la saturada agenda de Torres. De todas formas, la plaza del pueblo se llenará de personas, la mayoría acarreadas en microbuses y camiones provenientes de aldeas y caseríos cercanos.

En la colonia El Paraíso 2, zona 18, última etapa del largo tour de Giammattei, anda Cindy, habitante de la colonia El Amparo, zona 7, que, con otras señoras, conforma un grupo de simpatizantes del partido que llegó a echar porras a su candidato presidencial. Espera acceder a algún trabajo si "el doctor" gana la segunda vuelta electoral.

A pesar de que ahora Sandra Torres lleve un collar azul y blanco y tenga cosida a la manga de la camisa la bandera nacional, el color distintivo del mitin de Telemán sigue siendo el verde UNE: el mismo tinte iguala adornos, sillas, globos, volantes, pancartas… hasta la grama del campo de fútbol de la comunidad, que recibe al helicóptero de la candidata presidencial, parece llevar la misma tonalidad de color del partido.

En la sobrepoblada colonia urbana de la zona 18, en cambio, el final de una tarde calurosa de sol colorea las paredes de ladrillos de un rojo incandescente que, en poco tiempo, vuelve al morado y al azul de la noche que ya se aproxima. Sin haberlo hecho a propósito, el rojo y azul del escenario de Vamos combina a la perfección con el momento.

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A pesar de que entre la ubicación de un mitin y el otro haya una distancia de 112 km, hay muchos aspectos que vuelven parecidas las dos situaciones. No se trata solo de las dinámicas propias de las concentraciones, preparadas ad hoc por los organizadores, con abundancia de adornos alrededor del palco, bandas juveniles tocando y payasos repartiendo globos. La gente que participa en el mitin también se parece: indígena o mestiza que sea, rural o urbana, es pobre en su mayoría y participa al mitin como a una fiesta pública, disfrutando de un domingo diferente, juntándose en un lugar público sin necesidad de que haya feria.

Sin dejar de dar de mamar a los hijos y cuidarlos, las mujeres participan en masa; los hombres, también, escuchan interesados el mensaje del candidato: en ambos mítines destaca la presencia de público femenino, ancianos y niños.

El discurso de ambos candidatos es atento con las necesidades de sus simpatizantes, animado y cautivador. Torres, fresca en su primera cita electoral del día, dedicará a la multitud una hora entera de promesas; Giammattei, al final de la intensa jornada, solamente media. Ambos se irán de los escenarios entre aplausos, sonrisas y selfies, abandonando los respectivos lugares con la prisa cínica de quienes cumplieron con su meta, sin mayor sentimiento.

La gente también regresará rápido a sus hogares, con el gusto de haber disfrutado de un día diferente, de plaza, sin necesidad de esperar a la feria.

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