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El estira y encoge del Presupuesto o la primera derrota de Jimmy

Quemar los puentes antes de cruzarlos, fue la ruta de FCN-Nación.
Para el segundo, y último acercamiento oficial de FCN-Nación al Congreso, la propuesta seguía estando sin depurar, aunque el detalle incluiría un recorte en los programas sociales del Ministerio de Desarrollo Social, y en la cual se mantenía el recorte a las Obligaciones del Estado a Cargo del Tesoro.
El Congreso de la República aprobó un presupuesto de gastos del Estado de Q70,79 millardos, recursos mínimos apenas suficientes para operar, pero que el mismo equipo de Jimmy Morales pidió.
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El estira y encoge del Presupuesto o la primera derrota de Jimmy

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Durante su primer año de gobierno, el presidente Jimmy Morales está obligado a demostrar los dotes de buen administrador de los que presumió en la campaña electoral. Para 2016 el Congreso le aprobó un presupuesto de gastos de Q70,79 millardos, recursos apenas suficientes para operar. “Pidieron poco, pues eso se les aprobó”, es una de las frases que más resuena en las bancadas que tuvieron en sus manos la decisión.

De manera atropellada, y apenas cinco minutos antes de que venciera el plazo constitucional, los diputados aprobaron el pasado 30 de noviembre, el Presupuesto General de la Nación para 2016, por un monto de Q70,79 millardos. Excepto los congresistas de Encuentro por Guatemala y del Partido Unionista, el resto de bancadas dieron su voto a favor del plan de gastos que el Presidente electo Jimmy Morales deberá administrar durante su primer, de cuya discusión retiró a su equipo técnico para salvar responsabilidades, decisión que se interpretó como su primera derrota ante el adverso Legislativo.

Pero la caída no fue espontánea, inició meses atrás.

Un día antes de renunciar a la Presidencia, el pasado 2 de septiembre, llegaba al Congreso de la República la última decisión política de Otto Pérez Molina: el proyecto de presupuesto para 2016. El debate en torno a su aprobación, sin embargo, sería aparcado por la crisis política de la renuncia del exmandatario, primero, y los comicios en primera y segunda vuelta (6 de septiembre y 25 de octubre, respectivamente) después. Los sorpresivos resultados, que concluyeron con la elección de Jimmy Morales de FCN-Nación como presidente para el período 2016-2020, plantearon un nuevo escenario: el próximo gobierno deberá gestionar un presupuesto sin una bancada en el Congreso para defenderlo.

FCN

En esa coyuntura tuvo lugar la discusión por el presupuesto de la nación. El plan de gasto de un año de crisis institucional, para un 2016 que se avizora ajustado en materia de finanzas públicas. Algunos datos revelan las carencias previstas para el próximo año: El proyecto de Presupuesto del Ejecutivo estimaba un aumento en la recaudación tributaria neta del 8%, un crecimiento considerado como “poco realista”, tanto por entidades como la Alianza Técnica de Apoyo al Legislativo (ATAL), ligada al sector empresarial, como instituciones académicas de corte socialdemócrata como el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). En números redondos, ATAL calculaba Q1,100 millones menos en la recaudación estimada por el Ejecutivo para alcanzar los Q53.4 millardos. El Icefi, menos optimista, hablaba de una recaudación de Q53.1 millardos, sin contar con  un incremento de Q1.5 millardos que debería derivar de una reforma en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) necesaria luego de la crisis por defraudación aduanera.

El Icefi también estimaba que ese proyecto de presupuesto llevaría la carga tributaria de Guatemala, en relación al Producto Interno Bruto (PIB), a 10.4%, una cifra vista en 2010 en plena recesión económica global.

Con ese oscuro panorama, el FCN-Nación, tras ganar las elecciones de octubre, intentó con tibieza incidir en las reformas que consideraba esenciales para la aprobación del presupuesto que, tal y como había sido planteado, desnudaba las carencias del Estado para responder a su función de velar por el bien común.

La prueba de fuego de FCN-Nación

La iniciativa de presupuesto del Ejecutivo fue conocida por el pleno del Congreso el 22 de septiembre, después de la configuración de fuerzas del nuevo Congreso tras las elecciones generales del 6 de septiembre, en la que el partido Lider se definió como la principal fuerza con 45 diputaciones, seguido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con 32, el partido Todos con 18, los restos del Partido Patriota (PP) con 18, y la agrupación que sería vencedora en segunda vuelta en el Ejecutivo, FCN-Nación, con 11 diputados.

Las actuales fuerzas en el Congreso ya movían sus piezas de cara a la próxima legislatura. El paso previo para aprobar el Presupuesto era lograr un dictamen favorable de la Comisión de Finanzas del Legislativo, dominada por diez diputados de Lider y cinco del PP; de esa sala de trabajo, sin embargo, ocho congresistas entre PP y Lider renuncian, cinco de ellos con procesos de antejuicio en marcha, y tres ante la presión de la opinión pública por pertenecer al partido oficial. 

Leonardo Camey, el presidente de la sala de Finanzas y subjefe de bancada de Lider, admite la dificultad del momento político para integrar la comisión y luego obtener un dictamen. Hubo solicitudes de las bancadas de UNE y Todos, al igual que de otros bloques minoritarios, para que se ampliara a 21 los integrantes de la comisión. Pero tras sugerirlo en el pleno los mismos congresistas de estos bloques no votaron a favor. La siempre codiciada sala de Finanzas, luego de medio año de denuncias por corrupción y 10 diputados con antejuicios abiertos, se había convertido en una suerte de regalo envenenado.

Sandra Sebastián

En la nueva comisión tendrían un papel clave dos diputados vinculados al sector empresarial: Álvaro González Ricci, de Compromiso Renovación y Orden (CREO), y Juan José Porras, de Visión con Valores (Viva), exintegrante del PP.

Una vez iniciada la discusión en mesas técnicas abiertas a tanques de pensamientos, de las cuales Icefi se excusó por considerar que no se cumplían prácticas de transparencia, el debate sobre el plan de gastos pasó a manos de FCN-Nación. Y ahí el primer paso en falso: José Miguel Lam, coordinador del equipo económico del partido ante el Congreso, fue separado del cargo tras ser denunciado de plagio por el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos. Sin técnicos viables, y sin operadores políticos oficiales, ya que el partido aún no tiene diputados, comenzó la deriva del ganador de las elecciones.

Consultado por Plaza Pública, el vicepresidente electo Jafeth Cabrera, admite que esto propició debilidad en la búsqueda de acuerdos. Cabrera lo plantea así: “No contar con bancada es otra debilidad para nosotros. Pero es una fortaleza que el pueblo se enteré lo que hace el Congreso, en qué condiciones se está aprobando… antes ellos pedían mucho para ejecutar con fideicomisos, con las ONG, ante esa situación la responsabilidad sigue siendo del Legislativo”.

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Quemar los puentes antes de cruzarlos, fue la ruta de FCN-Nación.

Para Lider, quienes estarían llamados a ser la principal oposición, pero que pueden tener las cartas marcadas para ser un inesperado aliado, la situación tampoco era tan fácil. Lider enfrentaba la disyuntiva de comenzar la presión al próximo gobierno desde la Comisión de Finanzas donde contaba con ocho de 15 congresistas con la nueva integración.

Se cuestiona a Camey al respecto:

—¿Están entre la espada y la pared?, ¿disminuir el Presupuesto es dar la impresión de sabotear al próximo gobierno, y aumentarlo de querer pedir una comisión por ello?

Sandra Sebastián

—Así lo dijo aquí, hasta el diputado González Ricci, y el partido FCN propone una rebaja en el presupuesto de Q69,993 millones. ¿Qué pasa si nosotros ponemos más? O ¿más de lo que sugiere los tanques de pensamiento consultados? Pues suena como que tenemos un interés en direccionar ese presupuesto. ¿Y si lo hacemos más bajo? parecerá que tenemos un interés de bloquear al gobierno para que colapse, al final lo que tenemos que buscar es un equilibrio.

Esa discusión derivó, sin embargo,  en que FCN-Nación  se apartara de la comisión por y optara por colocarse en manos de la clase política que tanto ha criticado este partido. Cabrera lo define así: “Nosotros no vamos a estar en esta discusión. Es responsabilidad de los que están dentro del Congreso, porque si ellos no aprueban el presupuesto, sigue vigente el de 2015. Y creo que eso sí sería una irresponsabilidad de parte del Legislativo”.

Una papa caliente

Lam fue sustituido por el economista José Alberto Ramírez Crespín, pero sólo asistió en dos ocasiones al Congreso para discutir con la Comisión de Finanzas. Antes de que Jimmy Morales ordenara a sus delegados retirarse de la negociación y dejar en manos de los diputados el contenido del presupuesto, el equipo de FCN-Nación presentó una propuesta con importantes reducciones al presupuesto. Ramírez Crespín, se deslinda de esa decisión. Sin embargo, Javier Hernández Franco, diputado electo de FCN-Nación y próximo jefe de bloque del partido, lo identifica como el responsable. No obstante, integrantes de dos bloques legislativos ubican a Hernández Franco en reuniones en las que intentaba enmendar el retiro de FCN-Nación de la discusión.

Sandra Sebastián

¿Qué tan grave es la improvisación sobre este tema en el plan de gastos del futuro gobierno? Algunas aristas de la discusión nos lo recuerdan, la primera propuesta de FCN-Nación incluía un recorte de Q1,033.87 millones en el Ministerio de Comunicaciones, aduciendo sustituir estas inversiones por proyectos de Alianzas Público Privadas, aunque tras cinco años de su aprobación aún no hay proyectos adjudicados bajo esa ley. O un recorte en Obligaciones del Estado a Cargo del Tesoro en Q988.02 millones, sin detallar a qué institución tocaría (ya que este rubro cubre desde el Organismo Judicial y el Ministerio Público hasta la Universidad de San Carlos y los Consejos Departamentales de Desarrollo).

De este primer ejercicio, el diputado González Ricci, secretario de la comisión, y su equipo técnico extrajeron algunos errores de novatos de la propuesta de FCN-Nación como contemplar recortes en Obligaciones del Estado, en donde se encuentran rigideces constitucionales, o adecuando normas presupuestarias para que se establezcan techos más realistas a la deuda pública y se pueda sustituir la deuda en bonos, por una más favorable en préstamos externos durante el transcurso de 2016.

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Para el segundo, y último acercamiento oficial de FCN-Nación al Congreso, la propuesta seguía estando sin depurar, aunque el detalle incluiría un recorte en los programas sociales del Ministerio de Desarrollo Social, y en la cual se mantenía el recorte a las Obligaciones del Estado a Cargo del Tesoro. Tras esta proposición, se llegó a contemplar incluso la eliminación del Programa de Fertilizantes adscrito en el Ministerio de Agricultura, pero el dictamen final de la comisión lo volvió a incluir.

Y fue precisamente sobre el rubro de Obligaciones del Estado sobre el cual la bancada de la UNE inició una oposición indirecta que luego se volvió frontal. Los diputados Carlos Barreda y Orlando Blanco de este partido, expusieron que la propuesta de FCN-Nación no detallaba a quién se le quitaría estos recursos, dejando entrever que los aportes a los Consejos Departamentales de Desarrollo con los cuales ejecutan obras algunas municipalidades podrían sufrir un recorte.

“El presidente Morales debe dar el sustento técnico, legal y político de que va a tocar de los cerca de Q1 mil millones en Obligaciones del Tesoro. Es una decisión que va a afectar a bienes y servicios que recibimos los guatemaltecos, trabajamos nuestra propuesta y la vamos a hacer llegar a la Comisión de Finanzas”, detalló Barreda.

Evasivas a emitir dictamen, pero votando juntos

Con las cartas sobre la mesa llegó la última semana para la aprobación del Presupuesto. Bloques como Todos, UNE, Creo y las distintas facciones de disidentes del PP concordaban solo en un punto: el Congreso se tiene que lavar la cara después de un año en el que ha dejado una imagen de ineficiencia y corrupción con una decena de diputados en ruta de antejuicio. El saldo previo para este fin incluyó la aprobación de las reformas a la Ley de Contrataciones, una exoneración de impuestos que permite donación al Club Rotario y un incremento al aporte a los Bomberos Voluntarios.

Sandra Sebastián

El fondo de las discusiones de los últimos días, como lo definió el diputado Amílcar Pop del partido Winaq, en el pleno el jueves 26 de noviembre, era evitado: conocer el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado. El último subterfugio para alargar la discusión llegó cuando ese mismo día se presentó el dictamen al pleno del Congreso, este llegó acompañado de cartas de diputados de Lider que razonaban su voto sin especificar en algunos casos si estaban a favor o en contra, la ambigüedad le costó un día más al debate y una nueva búsqueda de firmas de las cuales solo tres diputados de Lider de abstuvieron: el jefe de bloque, Roberto Villate, el subjefe y presidente de la comisión Camey, y el diputado Gustavo Arnoldo Medrano Osorio.

Pese a los intentos de sembrar dudas sobre la discusión, el fondo llega sin mayores revisiones; al día siguiente 114 diputados, de todas las bancadas y grupos, y subgrupos independientes, aprueban en primera lectura el proyecto de presupuesto. El sábado 28 fue aprobada en segunda lectura, y el lunes 30 en tercera lectura y redacción final. Ajustarse a un acuerdo de mínimos, un presupuesto ajustado con Q9,426.47 millones de techo de endeudamiento en bonos, de los cuales solo podrá colocar la mitad mientras busca colocar el resto como préstamos con organismos financieros internacionales.

Es decir, mientras el Ejecutivo tendrá que hacer la tarea de reestructurar la SAT y subir su recaudación, el Estado se financiará con bonos a la espera de recibir el aprobado de los bancos internacionales para recibir préstamos por la otra mitad del endeudamiento. El balón de oxígeno para el próximo gobierno se lo presta, de momento, la “vieja política” que anida en el Legislativo.  

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