El Día Internacional de la Niña

Se conmemora para dar a conocer al mundo los enormes problemas que muchas de ellas tienen en su acceso al desarrollo, a una vida digna. ¿Qué decir de las mutilaciones genitales en África? ¿O de Malala, quien recibió un disparo por asistir a clases en Pakistán? ¿O de Ruby Bridges, la primera niña afroestadounidense en asistir a una escuela de blancos en Nueva Orleans en 1960?

Las mujeres han sido pilar de la construcción de la equidad en diferentes sociedades, como María Chinchilla y Rigoberta Menchú en Guatemala, Rosa Parks en Estados Unidos, Berta Cáceres en Honduras y Juana Azurduy en Bolivia.

A pesar de esas luchas, la deuda que tienen pendiente los Gobiernos con las niñas es gigantesca. Por ejemplo, en un informe que el Icefi está elaborando en este momento junto con Plan International, se logró estimar que en Centroamérica, entre 2007 y 2013, hubo 1.1 millones de embarazos en adolescentes de 15 a 19 años (es decir, 397 diarios) y que el 66 % de ellos ocurrieron en Guatemala y Honduras. ¿Es ese el compromiso estatal para con las niñas?

Pero lo más dantesco son esos 23,351 embarazos en niñas menores de 15 años que han ocurrido en Guatemala entre 2007 y 2014. ¡Eso no es maternidad! ¡Esas son violaciones! Para esas niñas, el aborto deber ser un derecho humano.

Los Gobiernos tienen suficientes razones para incrementar y mejorar sus inversiones públicas para las niñas. Por ejemplo, un estudio de Usaid demostró que los hijos de una mujer que sabe leer y escribir ven sus probabilidades de fallecer antes de cumplir cinco años de edad disminuidas en un 50 %. O que un año de educación adicional para una niña puede incrementar su nivel de ingreso en el futuro entre un 10 y un 20 %. De igual manera, si se aumenta un 10 % la matriculación escolar de niñas, el producto interno bruto de un país puede incrementarse un 3.0 %. Pero, más que razones econométricas, es un deber ético garantizarle a la mujer una vida llena de oportunidades.

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En el caso de Guatemala, ¿qué deberíamos esperar de la inversión pública para las niñas? Al menos que los presupuestos que ya se les han asignado a ellas sean gastados de una manera eficiente, equitativa y sobre todo oportuna. Por ejemplo, al mes de junio de 2018 el Ministerio de Educación, en su actividad Becas para Alumnas del Ciclo Medio Básico, apenas llevaba una tasa de ejecución del 20.6 %, de un monto vigente de 16.1 millones de quetzales. Asimismo, la actividad Becas para Alumnas del Nivel Diversificado tenía una ejecución presupuestaria del 30.9 %, de un monto vigente de 13.5 millones. Durante septiembre (un mes antes de finalizar el ciclo lectivo), ambas actividades aumentaron su ejecución al 68.3 y al 71.5 %, respectivamente.

¿Cómo es posible que ni siquiera el gasto público con enfoque de género tenga un sentido de oportunidad? No se trata solo de ejecutar el presupuesto, sino de que este llegue de manera oportuna a sus beneficiarias. En este caso, las becas no deberían llegar cuando ha transcurrido la mitad del ciclo lectivo, ¡sino en los primeros meses!

El desarrollo de nuestra Centroamérica solo podrá suceder con la reivindicación de las mujeres en el poder político, económico y social.