Sin duda, el hecho más grave hasta ahora ocurrió el 27 de agosto de 2017, cuando intentó expulsar a Iván Velásquez, jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), declarándolo no grato y colocándose, con el apoyo del fallecido Álvaro Arzú Irigoyen, como el líder público de la defensa de la impunidad y de la corrupción. Para desgracia de Guatemala, si bien esta ha sido la torpeza más seria hasta ahora, no es la única.
La lista es muy larga como para detallar...
Sin duda, el hecho más grave hasta ahora ocurrió el 27 de agosto de 2017, cuando intentó expulsar a Iván Velásquez, jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), declarándolo no grato y colocándose, con el apoyo del fallecido Álvaro Arzú Irigoyen, como el líder público de la defensa de la impunidad y de la corrupción. Para desgracia de Guatemala, si bien esta ha sido la torpeza más seria hasta ahora, no es la única.
La lista es muy larga como para detallarla acá con el análisis obligado. Nombró como ministra de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda a una contratista incumplida con el fisco que ahora es diplomática en Francia; lideró la compra de una pandilla de tránsfugas para engrosar las filas del oficialista FCN-Nación; sigue vinculado con la denominada Juntita Militar y con su pasado criminal; no hizo nada ante el escándalo de espionaje de la SAAS, que revuelve el recuerdo pestilente del Estado Mayor Presidencial; propuso una reforma tributaria para luego retirarla; se durmió durante la explicación del presupuesto; recibió un bono ilegal del Ministerio de la Defensa Nacional, adicional a un salario excesivamente alto, posiblemente el sueldo presidencial más alto en todo el hemisferio occidental; malversó fondos de la SAAS para comprar artículos y servicios suntuosos, y lidera una campaña de ataques contra la Cicig en vendetta por la persecución penal de su hermano y su hijo por actos de corrupción en el caso Botín Registro de la Propiedad.
Además, pese a tener conocimiento previo de la crisis, no asumió su responsabilidad por haber autorizado la acción policial en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción ni hizo nada por evitar la tragedia en dicho lugar, donde 41 niñas perecieron quemadas vivas y 15 de las sobrevivientes resultaron gravemente heridas, con quemaduras muy serias. Asimismo, sigue atacando al procurador de los derechos humanos y nombró ministro de Ambiente y Recursos Naturales a Alfonso Alonzo, otrora camarógrafo del programa de variedades televisadas Moralejas, quien organizó las reuniones con los narcoganaderos de Izabal y hoy es interpelado en el Congreso por corrupción y abusos.
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Además, el Tribunal Supremo Electoral ha conocido la solicitud del Ministerio Público para cancelar el FCN-Nación por delitos electorales. Pero Morales también ha abusado de la función presidencial que establece la literal r del artículo 183 constitucional al exonerar de multas e intereses tributarios a sus allegados, siendo el caso más reciente el de la empresa de seguridad Élite, S. A., señalada de evadir impuestos por la Superintendencia de Administración Tributaria. Asimismo, pese al escándalo y el enojo, continúa apañando y encubriendo la estructura de corrupción que opera en el centro de extensión de pasaportes y en la Dirección General de Migración. Y su política exterior ha demostrado ser torpe, corrupta y servil a la agenda de otros, siendo sus fechorías más recientes la ridícula solicitud de cambio del embajador sueco y la tontera de jugar el papel de perro rastrero al seguirle los pasos a Trump y cambiar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
Esto y mucho más en 28 meses. Ha dilapidado su capital político y el apoyo ciudadano del que gozó en la elección de 2015. ¿Cuánto más habrá que aguantarle?
Por desgracia, el descaro y la agresividad de Jimmy Morales van en un crescendo muy peligroso. Y ahora que seguro empieza a salir de la resaca del éxito en Jerusalén, se lo adivina envalentonado y listo para más, mucho más. Sin demostrar escrúpulo alguno, sonriente, fresco y desenfrenado, insiste en reafirmarse como un gran corrupto y ladrón.
¿Cuánto más?
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