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El candidato presidenciable por el partido Cabal, Edmond Mulet, en la sede de la organización política. Emmanuel Andrés

Edmond Mulet, un nuevo comienzo, pero de la mano de la vieja política

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Edmond Mulet, un nuevo comienzo, pero de la mano de la vieja política

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En su segundo intento por alcanzar la presidencia, Edmond Mulet cambia constantemente de estrategia y de postura. Mientras se proyecta como el candidato de «un nuevo comienzo» para el país, se rodea de miembros de «la vieja política», varios con señalamientos de corrupción, con quienes no ha dudado en hacer alianzas para ganar votos. Su combativo discurso contra la corrupción y la cooptación de instituciones del Estado dejó de escucharse luego de las denuncias del Ministerio Público.  Ahora que se perfila como uno de los tres candidatos con más posibilidades de llegar a la presidencia, tras la salida del expresidenciable Carlos Pineda, también ha cambiado de discurso para congraciarse con nuevos grupos.

Para garantizarse votos, Edmond Mulet no ha dudado en cambiar de estrategia y de discurso. El 26 de mayo, la Corte de Constitucionalidad dejó oficialmente fuera de la contienda electoral al candidato de Prosperidad Ciudadana, Carlos Pineda, quien encabezaba las encuestas y se proyectaba a sí mismo como el ganador. Esta decisión cambió el tablero electoral y el panorama de la candidatura de Mulet. Tras ese giro, dos candidatos lo acusaron públicamente de haber conformado una alianza con Alejandro Giammattei, con tal de alcanzar la victoria.

«Mulet es el candidato que logró cuadrar las fuerzas oscuras que se reparten el pastel en Guatemala», dijo Carlos Pineda al quedar fuera de la competencia. Una acusación similar lanzó Sandra Torres, candidata de la UNE, quien aseguró que el candidato se ha reunido en Casa Presidencial con el actual gobernante para hacer negociaciones. El candidato, sin embargo, insiste en que no tiene ninguna relación con el gobierno actual.

El giro en su discurso con relación a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) también le ha valido una serie de cuestionamientos. Poco importa que el mismo candidato que alardeaba de presidir una misión de la ONU como parte de sus ventajas a la presidencia ahora, tras la caída estrepitosa de Pineda, no tiene reparos en negar a la Cicig.

La Cicig «es el pasado» ha salido a decir en un corto video.

«Un mensaje innecesario e inútil para ganar votantes; imprescindible para quedar bien con los patrones», señaló el exprocurador de Derechos Humanos, Jordán Rodas.

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Distintas fuentes reconocen que existen personajes que han servido de enlaces y que han podido acercar al candidato al gobierno de turno. Por ejemplo, Nery Rodas y Aleksander Castillo, quienes conforman su círculo estratégico cercano. Cambiar de discurso no es un recurso nuevo para el candidato, sino un mecanismo para prevalecer en la contienda.

Mulet «siempre ha buscado quedar bien con Dios y con el diablo» señala uno de los políticos más experimentados del país que prefirió que su nombre no fuera publicado, que lo conoció en su época de embajador y quien lo describe como un hombre «con discurso falso».

Un discurso para cada ocasión

«Me pusieron un bozal», admitió Mulet luego que el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (Feci), Rafael Curruchiche lo denunciara ante el Tribunal Supremo Electoral por campaña anticipada y pidiera un antejuicio en su contra por supuesta «obstrucción de justicia» al manifestar su rechazo en torno a la persecución penal de periodistas. 

Desde entonces, el candidato presidencial del partido Cabal ya no es el mismo. Dejó de ser un político crítico sobre la persecución de fiscales, jueces y periodistas y de cuestionar la crisis en las instituciones públicas por temor a que dichas acciones del Ministerio Público prosperen y lo dejen fuera de la contienda.

No es la primera elección que disputa, es la segunda, pero en la actual está dispuesto a negociar con figuras cuestionables y caciques municipales y departamentales con tal de ganar votos.

En la contienda de hace cuatro años, Edmond Mulet logró quedar en tercer lugar, obtuvo el 11.21% de los votos totales y llevó a seis diputados del partido Humanista al Congreso.

Su conquista, sin embargo, resultó ser un fracaso para su trayectoria política. En decisiones importantes como la aprobación del Presupuesto General de la Nación y la aprobación de reformas a la Ley de Organizaciones No Gubernamentales, los diputados del humanismo se aliaron a la bancada del partido dirigido por Alejandro Giammattei.

«Las influencias de la vieja política, las prácticas de la vieja política, los dominaron», reconoce.

El exdiplomático se sincera y cuenta que los diputados humanistas comenzaron a ofrecer puestos en los listados de candidatos a cargos públicos para el actual proceso electoral; y que estaban estafando y ofreciendo posiciones en el Ejecutivo a cambio de dinero.

El candidato asegura que él no forma parte de esas prácticas y tampoco ha estado de acuerdo.  Mulet  excusa su presencia en ese partido y reitera que él no fue el fundador del Partido Humanista y, por tanto, no tuvo oportunidad de seleccionar a los perfiles, solamente se sumó a un proyecto ya encaminado, y se montó a un vehículo para llegar al poder.

Pero esa excusa no es bienvenida por algunas organizaciones. «Él llevó al poder a los diputados humanistas y esos diputados llegaron a votar con el régimen oficial y la alianza con Zury Ríos y Sandra Torres. Fuimos críticos de su desvinculación porque es muy fácil llevarlos al Congreso y luego lavarse las manos cuando hay una responsabilidad. Él es responsable de esos votos y para nosotros, aunque se desvincule, la responsabilidad está. Ha puesto votos para que avance la agenda regresiva y de corrupción», señala José Martínez, integrante de Justicia Ya.

Pero es precisamente ese discurso, el que ha caracterizado al presidenciable durante su vida como diplomático y ahora como político.

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Ahora, en esta campaña se lanza como presidenciable por el partido Cabal. Lo que es diferente en esta ocasión, asegura, es que por primera vez es dueño de su propia organización política y pudo escoger a los dirigentes, estructurar y configurar la agrupación. Él mismo, señala, se ha tomado el tiempo de evaluar a los candidatos e incluso ha realizado entrevistas para conocer sus ideales y posturas.

Sin embargo, no da ninguna garantía de que con el partido Cabal no suceda lo mismo que sucedió con los humanistas.

«Incluso a Jesús se le coló un Judas, o sea que esas posibilidades siempre están ahí. No se descarta, claro que no, eso está en la naturaleza humana. A veces me pregunto si fue responsabilidad mía no haberlos podido convencer, no haber podido incidir, hacerles entender su nivel de responsabilidad porque no fui lo suficientemente convincente. A veces me pregunto si tengo parte de la culpa y la responsabilidad, están las dudas de que debí haber utilizado un chicote con más fuerza. Ahora espero que ese chicote funcione», asegura.

Una alianza con la vieja política

Hace cuatro años, cuando Edmond Mulet se paraba sobre una tarima para divulgar su propuesta política como candidato presidencial del entonces incipiente partido Humanista prometía llevar rostros nuevos a las alcaldías y al Congreso. «El Partido Humanista está proponiendo solo gente nueva», aseguraba en sus mítines. Su consigna era sacar de los puestos públicos a los viejos políticos.

Ahora admite que ha tenido que hacer alianzas con esos políticos para conseguir votos.

A diferencia de la campaña anterior, esta vez cada perfil incluido en las filas del partido Cabal fue seleccionado por el candidato. Y aunque asegura que es reacio a los círculos, a los que llama «grupos que se aglomeran alrededor de un candidato o presidente y conforman un anillo invisible que rodea al poder», ya ha conformado un grupo de exfuncionarios y políticos de gobiernos anteriores, algunos con acusaciones de corrupción.

A menos de un mes de realizar la asamblea oficial del partido Cabal, para proclamarse como candidato, Mulet seleccionó a la persona que lo acompañaría desde la vicepresidencia. Max Santa Cruz Anchissi, un exfuncionario del gobierno de Óscar Berger.

«El 15 de noviembre llegué y me senté con él. Estuvimos platicando y llegó un momento en que me dijo: quiero preguntarte si quisieras ser mi candidato a vicepresidente. Le dije que era un honor la propuesta. Segundo, es una respuesta que no te puedo dar ahora porque es una responsabilidad muy grande», relata Santa Cruz, exsecretario privado del exvicepresidente Eduardo Stein.

Previo a eso, ambos se conocieron por su paso en la Cancillería, en donde tenían referencias mutuas.

Santa Cruz aclara que no es parte del partido. No es parte del Comité Ejecutivo y no estuvo en el proceso de conformación, sino que se sumó cuando este ya estaba constituido. «No tengo conocimiento de la parte financiera del partido o del número de afiliados pero no porque se me niegue la información sino porque me he enfocado a lo que vine a hacer que es conformar un binomio», recalca. Además, insiste en que su desconocimiento sobre la parte financiera del partido, por ejemplo, responde a la confianza que tiene en el candidato.

«Yo nunca pedí cuentas y no sé si es un acierto o un error pero no me surgió la necesidad de pedir cuentas. Puede ser ingenuo pero mi relación de confianza con Mulet es plena», dice. Al aceptar formar parte del binomio, Santa Cruz solicitó dirigir las acciones orientadas a dos temas: migración y relación con pueblos indígenas, grupos de mujeres, adultos mayores, entre otros grupos que han sido excluidos.

El 20 de agosto de 2021, doce coordinadores departamentales del partido Cabal presentaron su renuncia ante el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y señalaron que perfiles políticos señalados de corrupción «que le han hecho mucho daño a Guatemala» se estaban integrando al partido.

Ese fue el motivo por el cual se sintieron traicionados. Entre los personajes incómodos señalaron a Nery Rodas, el actual jefe de campaña de Cabal.
Rodas es un exdiputado del Congreso de la bancada del partido Líder y concejal de la Municipalidad de Guatemala. En las elecciones pasadas formó parte del listado de candidatos del partido Prosperidad Ciudadana. 

Mulet reconoce a Rodas como uno de sus perfiles más cercanos. Figura como candidato a diputado por la lista nacional. «Es una persona que no vive de la política. Él es empresario, tiene sus negocios, sus empresas muy exitosas y él se ha comprometido con nosotros para trabajar en esta campaña», asegura.

Luis Enrique Monterroso es uno de los principales asesores del candidato desde la campaña pasada. Monterroso fue funcionario de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) y titular del Ministerio de Salud Pública (Mspas) en el gobierno del Partido Patriota. Ahora, se encarga de la comunicación del político y le aconseja en temas de política estratégica.

Julio Héctor Estrada es otro de los rostros ya conocidos. El economista fue ministro de Finanzas durante el gobierno de Jimmy Morales. En la contienda pasada compitió por la presidencia con el partido Creo pero logró apenas un 3.75% de los votos.

Según Mulet, Juan Francisco Callejas es otro de sus consejeros cercanos. Es mercadólogo, catedrático universitario, columnista y analista político nicaragüense. Según un reportaje realizado por el medio No Ficción, Callejas también asesoró a personajes como Manuel Baldizón, Efraín Ríos Montt y Vinicio Cerezo.

El presidenciable ha admitido en diferentes entrevistas que el exdiputado Selvin García también lo acompaña como asesor. García fue parte de la Junta Directiva del Congreso presidida por Luis Rabbé, la cual fue señalada por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) por supuestas contrataciones irregulares. Dejó la curul para ser investigado, fue detenido pero más adelante el caso fue sobreseído.

La sombra de algunos ex eferregistas también destaca en la organización política. Por ejemplo, el exdiputado Haroldo Quej, quien además de haber sido uno de los principales líderes del FRG, también militó con el PP y la UNE. Además, fue señalado por la Cicig en el caso Subordinación del poder Legislativo al Ejecutivo.

Quej no figura como candidato al Congreso, sin embargo, es un integrante de la estructura del partido para captar votos en Alta Verapaz.

Julio César López Villatoro ocupa la casilla dos en el listado de candidatos por Huehuetenango. Tuvo una amplia trayectoria en el FRG como diputado y gobernador. «Yo me acerqué para que me hiciera la campaña de organizar el partido en Huehuetenango, ha colocado liderazgos importantes también en otros municipios», dijo Mulet recientemente.

López Villatoro fue señalado en el caso de Financiamiento Electoral no registrado de la UNE y Plazas Fantasmas. Su hijo, Julio César López Escobar, ocupa la casilla 1 en el mismo departamento.

Además, Julio López Villatoro es hermano de Roberto López Villatoro conocido con el alias de «el Rey del tenis» y uno de los negociadores y operadores políticos en las Comisiones de Postulación para elegir a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones.  Roberto también es exesposo de Zury Ríos Sosa, la candidata presidencial del partido Valor.

Otro de sus aliados para captar votos desde Quetzaltenango es Aleksander Castillo, exdiputado del Partido Patriota y uno de los allegados a Roxana Baldetti. 

Castillo estuvo implicado en el caso de Plazas Fantasma, un caso sobre contrataciones irregularidades durante su gestión como directivo del Congreso de 2014 a 2105. Castillo no es candidato pero, según Mulet, también ha sido clave para obtener votos.

Entre las filas también figura Carlos López Maldonado, como candidato a diputado por Quiché. López Maldonado es hijo del exdiputado Carlos Enrique López Girón. López Maldonado lleva dos legislaturas en el Congreso como integrante de la bancada de la UNE, y formó parte de la Junta Directiva de 2021 a 2022. En ese lapso apoyó con sus votos las propuestas del oficialismo.

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En busca de caciques

Según Mulet, son precisamente los candidatos e integrantes de la organización a nivel municipal y departamental quienes costean los gastos de la campaña, por ejemplo, el arrendamiento de dos inmuebles ubicados en la zona 14 en donde funciona la sede del partido.

Sin precisar nombres, el candidato asegura que entre sus financistas figuran empresarios. «Definitivamente no hay personas vinculadas a narcotráfico y corrupción. Esa es una línea roja. Hay personas que se tratan de colar pero cuando olfateamos quienes son, les decimos muchas gracias porque es una línea que no podemos atravesar», agrega.

Sin embargo, reconoce que ha pedido el apoyo de caciques en diferentes lugares del país y varios de los personajes en su círculo cercano han enfrentado señalamientos por corrupción.

Ahora que su discurso ha cambiado, Mulet asegura que hacer alianzas con caciques o personajes de la vieja política tiene una explicación.

«Para ganar votos, en Guatemala, hay que reconocer que hay caciques y si ese cacique no está con uno ese cacique está en contra. Me ha tocado hablar con caciques para pedir ayuda. Si esos caciques no están con uno, se van con otros y no ganamos las elecciones», asegura.

Para esta contienda, Mulet logró incluir a más de 200 candidatos para las alcaldías, un dato que el partido considera un reflejo de que ahora cuenta con bases más sólidas. Aunque la organización intenta desligarse de otros partidos a los que llama tradicionales, entre ese amplio listado figuran políticos que han formado su trayectoria con partidos como UCN, Líder, PP, Prosperidad Ciudadana, Valor, Humanista UNE y Vamos, además de funcionarios y exfuncionarios que han sido acusados y sentenciados por el Ministerio Público y la Cicig de delitos que van desde incumplimiento a la ley de información pública hasta financiamiento ilícito y violación.

Joel Humberto Choy es candidato por San Raymundo, Guatemala. Fue electo en 2020 con la UCN. En 2022 fue enviado a juicio por el delito de violación en concurso real. La investigación se realizó tras la denuncia de una adolescente en el 2020. Estuvo un mes prófugo de la justicia hasta que se entregó a las autoridades.

Manuel González Tocay, el candidato de Chuarrancho, fue investigado por el delito de malversación de fondos.

En Chimaltenango, José Elías Ramírez se postula como candidato a alcalde por El Tejar, es reconocido por ser uno de los principales contratistas de distintas comunas. En 2019 fue el que recibió más adjudicaciones.

David Estuardo Cervantes, candidato de Pueblo Nuevo Viñas, Santa Rosa, fue detenido en 2022 por lavado de dinero y acusado de ser el líder de una organización de narcotráfico denominada «Los Pitufos», responsables de traficar cocaína vía aérea. Cervantes asegura que se trató de un error y recuperó su libertad en menos de 24 horas.

En Nueva Santa Rosa, José Enrique Arredondo busca su reelección. El alcalde ha sido señalado de violación en grado de tentativa y ha enfrentado varias solicitudes de antejuicio, sin que las mismas hayan prosperado.

En Sololá, los candidatos de San Antonio Palopó y San Pablo La Laguna fueron denunciados por restringir el acceso a la información pública. Oscar Pic Solís, candidato de San Lucas Tolimán, fue detenido por abuso de autoridad, caso especial de estafa e incumplimiento de deberes.  En Quetzaltenango, José María Chay, candidato a Zunil, fue condenado por abuso de autoridad en 2016. Su hijo, fue electo ese mismo año con el partido Creo.

Filomeno Cruz Pérez, candidato de Sipacapa, San Marcos, fue señalado por el MP de recibir pagos del alcalde de Sipacapa en 2019 por contrataciones de las cuales no se encontró ningún registro ni documentación.

Oscar Edilberto Pineda, candidato por Jutiapa, fue señalado por Manuel Alfredo Castillo del asesinato de Manuel Castillo Medrano en el interior de la Granja Penal de Pavón.

En Nebaj, Quiché, el candidato Pedro Raymundo Cobo, quien ha sido alcalde cuatro veces, fue ligado a proceso por financiamiento electoral no registrado durante su campaña con la UNE. También fue denunciado por realizar compras directas a proveedores de los cuales no existe soporte.

Otros candidatos cuestionados en ese departamento son Pedro Caba, alcalde de 2008 a la fecha, quien ha sido investigado por abuso de autoridad, violación, malversación y fraude; Sabino Calachij, electo desde 2016 con Líder y Prosperidad Ciudadana, condenado por el delito de lesiones en riña cometidas contra opositores políticos en 2015. También ha enfrentado cargos por homicidio en grado de tentativa y asociación ilícita.

Ángel Ren Guarcas, candidato de Chiché, fue capturado en 2020 por delito de financiamiento electoral ilícito, además unos 500,000 quetzales fueron localizados en su residencia durante el operativo.

Kalinery Morales, candidato del partido Cabal en San Rafael Petzal, Huehuetenango, fue electo en 2020 con la UNE y en 2022 sentenciado a ocho años inconmutables por lavado de dinero.

También Mauro Cobón, candidato por La Democracia por el partido Cabal, electo por la UNE de 2012 a 2016, fue hallado culpable de nombramientos ilegales por haber empleado a los esposos de sus hijas. Pese a estos antecedentes, todos los candidatos antes mencionados son postulados por el partido Cabal y  sus inscripciones fueron avaladas por el TSE para participar en los comicios generales del próximo 25 de junio. 

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El origen del partido Cabal

A finales de 2017, Mulet dejó su trabajo como diplomático en la Organización de las Naciones Unidas, después de casi 12 años.  Posteriormente se dedicó a brindar asesorías y consultorías a nivel internacional hasta hace dos años cuando culminó su faceta laboral para dedicarse totalmente a la formación del partido Cabal.  Su única fuente de ingresos, dice, es la jubilación que recibe por sus años de trabajo.

Tras no llegar a la segunda vuelta, en 2019 con el partido Humanista, Mulet tomó la decisión de dejar la política. «Fue mi última campaña, no voy a volver a competir», aseguró entonces.

Sin embargo, quien para ese entonces ya se había convertido en uno de sus principales asesores lo persuadió de esa decisión y lo convenció de intentarlo de nuevo.

«Me acerqué directamente en una reunión que tuvimos en privado y le dije: “Doctor, ¿y los 500,000 votos que usted obtuvo? Es gente que tenía confianza en usted, no veo el sentido de que usted abandone la campaña”», le dijo Luis Enrique Monterroso, quien fue ministro de Salud durante el gobierno del Partido Patriota. Monterroso fue y sigue siendo uno de los personajes a quien Mulet escucha en temas estratégicos y de comunicación, y forma parte de su círculo más cercano.

En 2019 el Tribunal Supremo Electoral reporta que Mulet recibió 493,439 votos, y quedó en tercer lugar.

Monterroso asegura que fue él quien nombró a la organización. No obstante, Mulet fue denunciado por plagiar el nombre del partido.

Mulet asegura que identificó una serie de errores en los que incurrió durante la campaña de 2019 con el partido Humanista. En primer lugar, uno de los principales problemas, señala, fue no haber sido dueño del partido. Segundo, no contar con recursos suficientes para costear los gastos del proceso electoral; y tercero, no involucrar en sus filas perfiles con trayectoria y recursos políticos para atraer la atención de más votantes, desde los departamentos. Por esa razón, contar con trayectoria y un perfil reconocido se volvió un requisito importante.

«Se tomó la decisión de que personas que tuvieran ya conocimiento de campaña iban a hacer los que operan en los departamentos porque ellos saben cómo generar una estructura electoral potente. Es por eso que ahora, en los departamentos hay cuadros con muchos años de estar en política», explica Monterroso.

Aunque varios de los candidatos a las alcaldías presentan señalamientos graves en su contra por actos ilícitos e incluso algunos han recibido condenas, la decisión de incluirlos en la organización, aclara Monterroso, no se tomó a nivel central del partido sino de las bases departamentales y el criterio de la directiva de Cabal fue respetar la decisión de sus bases de incluir a estos perfiles. 

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La misión 23: dirigir a Guatemala

Mulet es respetado y reconocido como un profesional con trayectoria y exitoso en las relaciones internacionales. De hecho, es el diplomático guatemalteco que más alto ha escalado en la jerarquía de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a lo largo de su carrera supervisó 22 misiones alrededor del mundo. Dice que dirigir la presidencia de Guatemala, sería su misión 23.

En 1992 llegó a la presidencia del Congreso. «Formamos un equipo que se dedicó a grandes temas: promover la nueva democracia en Guatemala después de 30 años de gobiernos militares y fraudes electorales, promover la famosa neutralidad activa que era la política exterior de Vinicio Cerezo en relación con Centroamérica y la formulación de un parlamento centroamericano», relata Roberto Alejos, diputado constituyente. Mulet supo, según Alejos, mezclar la herencia de su padre que fue canciller, más su paso por el Adolfo Hall, tuvo una educación militar.

En 2006, Mulet fue jefe de la Misión de Naciones Unidas para pacificar Haití y en 2010 volvió a ese país porque estuvo a cargo de la reconstrucción tras el terremoto que arrasó con todo. Estas dos experiencias son una de sus principales cartas de presentación a nivel nacional e internacional.  Mulet se vende como un candidato capaz de manejar la crisis que atraviesa Guatemala y arrebatarle el país a las mafias, como hizo en Haití.

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Sin embargo, estas fueron misiones que realizó con el respaldo de un organismo internacional de gran influencia y con el apoyo de las fuerzas de paz de Naciones Unidas. Édgar Gutiérrez, analista político y ex canciller, reconoce las habilidades de Mulet en el ámbito de las relaciones exteriores pero advierte que la misión de dirigir un país como Guatemala, en este momento, supera ambas experiencias. «Tendríamos que ver si sin el apoyo de un organismo internacional, tiene la capacidad de enfrentarse a las problemáticas de Guatemala», comenta.

En Haití pudo, según cuenta en su libro, «arrebatar el país a las maras y reconstruir el país tras un terremoto». Sin embargo, el trabajo lo hizo como representante de un organismo internacional el cual tenía poder para intervenir.  En la elección pasada en cambio no pudo mantener unido un partido.  Al preguntarle si considera que ¿podría hacer lo mismo en Guatemala con la presencia de estructuras organizadas para buscar impunidad y diputados vinculados al narcotráfico?

El candidato señala que «cada país es diferente, cada circunstancia es diferente y hay que adaptar el trabajo que se hace a las circunstancias de cada país. Tenemos que encontrar y buscar soluciones a la medida. Yo aprendí que cada país es distinto y entonces hay que buscar a la gente que conozca, experta en cada país. Cada país es diferente y distinto y en Haití tampoco yo tenía un poder absoluto, o sea que yo tenía que respetar las autoridades locales. Yo no podía accionar sin la autorización del presidente de la República, el problema que yo tenía en Haití es que el presidente de la República había sido electo gracias al activismo de los líderes de las maras que no iba a combatir entonces las relaciones con el presidente eran muy tormentosas. Eso sí, con los bandidos no se puede negociar, pero ahí viene el combate a la corrupción».

La mancha de las adopciones ilegales

A inicios de los años 80, Mulet fue detenido y acusado de incumplir la normativa relacionada a adopciones y acusado de sacar a niños guatemaltecos del país, en calidad de turistas. Dos años después, la Policía Nacional lo señaló de liderar otra estructura que pagaba a madres vulnerables para dar en adopción sus hijos a familias extranjeras.  En esta segunda ocasión, no fue acusado ni detenido.

Una investigación de Plaza Pública explica los detalles de estas acusaciones. En ese entonces, Mulet, en su calidad de abogado y notario, agilizaba trámites de adopciones a menores de edad. Sin embargo, según la investigación de la fiscalía, evadía controles y requisitos legales en el proceso.
Rachel Nolan, periodista e historiadora de la Universidad de Harvard, se ha dedicado a investigar el fenómeno de las adopciones ilegales en Guatemala durante siete años, específicamente las que se realizaron desde 1968 a 2008.

Durante ese período aproximadamente 50,000 niños guatemaltecos fueron dados en adopción y uno de cada 100, fueron entregados a familias en el extranjero. Este asunto se volvió un negocio para muchos abogados que se dedicaban a realizar los trámites desde Guatemala, fue así como creció el mercado de las adopciones pues la mayoría de ellas se realizaban en bufetes privados. Los honorarios para los abogados oscilaban entre 20,000 a 40,000 dólares. «Hay casos en que los niños fueron botín de guerra, se vendían a familias», señala la historiadora.

Personajes como Susana Loarca, quien fue capturada y sindicada de liderar una red dedicada a tramitar procesos ilegales de adopción, y Fernando Linares Beltranena fueron parte de estas prácticas, y defienden su actuar bajo el argumento de que los niños tendrían una mejor vida fuera de Guatemala.

Existían personas dedicadas a contactar familias en situación vulnerable para plantearles la idea de dar en adopción a sus hijos. Para persuadirlos, les mostraban fotografías de las viviendas en las que los niños vivirían en el extranjero.

«Con ese argumento no se está valorando el vínculo con la comunidad, la cultura. Si lo vemos en cuestiones materiales, seguramente sí vivirían en mejores condiciones», analiza Nolan. 

Mulet también se ha referido al hecho de que se involucró en estos procesos por motivos humanitarios.

Este episodio es una de las sombras que persigue al candidato hasta la fecha. En su libro autobiográfico, Mulet aborda este tema como una experiencia que tuvo que vivir a modo de represalia política, una muerte civil.

«Como en Guatemala era cada vez más frecuente el requerimiento de (mordidas) de oficiales que retrasaban los procesos, logramos que los procesos de adopción pudieran completarse en los países de destino, que tenían una institucionalidad más sólida. Se contaba para eso con un dictamen favorable de Juzgados de Familia, de la oficina de Migración y del Gobierno de Canadá. Era muy importante que los niños huérfanos o abandonados no tuvieran que crecer durante dos, tres o cuatro años institucionalizados solo por la lentitud o la corrupción de las instituciones guatemaltecas, sino que pudieran irse pronto a sus hogares adoptivos, con sus papás y sus mamás», relata.

Durante su investigación, Nolan estudió los documentos que constan en el Archivo de la Policía sobre la detención a Mulet, en 1982. «Él siempre ha dicho que en los años 80 uno no podía darle crédito a la Policía Nacional. Esa no es una explicación suficiente porque al ver los documentos en el archivo sí hay evidencia de que sacó visas de turismo para los niños que iban a dar en adopción. Eso es ilegal», recalca la investigadora. No obstante, no existe evidencia de que haya dado en adopción a niños secuestrados o robados.

Al leer su testimonio en el libro, agrega Nolan, y sin mayor conocimiento de la estructura legal, parece una explicación comprensible. Sin embargo, ese no era el procedimiento adecuado para esa época.

Mulet estima que en total colaboró para sacar del país a 15 niños guatemaltecos y se arrepiente de que no hayan sido más. También asegura que no cobraba honorarios y que sus servicios fueron ad honorem.

«Un plan genérico»

El plan de gobierno propuesto por el partido Cabal fue presentado oficialmente a finales de marzo. Modernización de seguridad, económica, social y del Estado son los cuatro ejes del mismo. Según el candidato, la educación, la desnutrición y el combate a la corrupción son temas prioritarios en su propuesta política.

Una de las principales propuestas es implementar internet con costo cero en todas las escuelas e institutos y en todas las plazas públicas.  En paralelo, propone dotar a todos los estudiantes de primaria y secundaria del sistema público educativo de computadoras y desarrollar programas de computación para maestros. 

La desnutrición infantil es otro de los temas principales, señala. Sin embargo, no tiene una meta concreta sobre este tema.

«En cuatro años sería engañar si decimos que la vamos a reducir (la desnutrición) sustancialmente porque es un tema muy complicado. Lo que queremos hacer es reducir aunque sea uno o dos puntos en cuatro años. Queremos implementar el acceso a la leche», explica Mulet.

Esta propuesta consiste en garantizar a través del programa de refacción escolar un vaso de leche al día para todos los niños del sistema educativo público como medida de combate a la desnutrición.  Para ello, tendrían que establecer convenios con ganadores y productores locales de leche.

Otro eje del plan de gobierno es el combate a la corrupción.  «Se establecerá una Unidad de Riesgo Patrimonial en el Ejecutivo que supervisará las declaraciones patrimoniales de los 800 puestos más altos y de confianza en la administración pública. Además, se creará una plataforma virtual de denuncias anónimas para fomentar la participación ciudadana en la lucha contra la corrupción. Reformas a Justicia, Probidad, Contraloría aclarando roles y responsabilidad».

—¿Cómo combatirán las prácticas de corrupción?

—Primero, con el ejemplo. Si la cabeza está podrida todo lo demás se va a podrir también. Segundo, la advertencia a tiempo. A cualquier funcionario o empleado, la advertencia a tiempo. Tercero, el chicote, el castigo, la persecución, las consecuencias a los que cometan un acto de corrupción. Vamos a crear un mecanismo de consulta pública con el Legislativo y Judicial para que todos vayamos en la misma dirección. Nuestra propuesta incluye el Acuerdo Básico de Consenso, que nos sentemos en una mesa e identifiquemos esos problemas.

Otra de las promesas del candidato es garantizar medicamentos gratuitos en todo el país. El proyecto incluiría un listado de 100 medicamentos. «Cualquier persona, con una receta médica, podría ir a cualquier farmacia y recibir gratuitamente sus medicamentos. El gobierno pagará a través de un mecanismo a todas las farmacias”, indica el plan.

Instalar cámaras de seguridad en cada cuadra del país, mejorar las condiciones salariales y equipo de la Policía Nacional Civil, implementar la cadena perpetua para miembros de pandillas y patrullajes conjuntos con el Ejército de Guatemala son las medidas a implementar en el eje de seguridad. Según la experiencia de los últimos 20 años, los patrullajes combinados han significado un gasto innecesario para el Estado y no han influido en la reducción de la criminalidad.

La propuesta incluye la construcción de una cárcel remota de alta seguridad con cero comunicación hacia el exterior para combatir al 100% las extorsiones que salen hoy de los penales.

Dentro de sus planes; sin embargo, no hay acciones concretas orientadas al combate de estructuras unidas para debilitar las instituciones como el Ministerio Público o el sistema de justicia, en general. Y en temas que causan división, por ejemplo, el extractivismo, los procesos judiciales por crímenes cometidos durante la guerra interna, y la nacionalización de la energía eléctrica mantiene posturas neutrales.

Como un plan genérico, poco concreto y técnicamente muy débil lo describe el sociólogo y especialista en ciencia política, Luis Fernando Mack.

Algo positivo, dice Mack, es que en sus propuestas hace un balance entre las preocupaciones de izquierda y derecha: considera el tema de seguridad que siempre es la prioridad recurrente de esa ideología, y considera el tema de equidad, que es tema central para la izquierda. En medio, agrega, toca el tema del Estado, aunque el defecto es que no considera reformas sino solamente «modernización» de las gestiones, lo cual no es suficiente para rescatar la institucionalidad del mismo.

«Aunque puede mencionar algunas cosas innovadoras, no me parece un plan realista y técnicamente sustentado (la apreciación de la mayor parte de propuestas de los candidatos)», además carece de detalles técnicos y presupuestarios para analizar cómo pretende realizar los proyectos que plantea, opina el especialista.

Su participación despierta opiniones divididas entre personas que admiran su trayectoria en el ámbito de las relaciones exteriores y aquellos que consideran que no cuenta con habilidades políticas para plantear cambios estructurales.

A menos de 20 días de las elecciones, el escenario pasó de incierto a favorable para Mulet. Luego de que las cortes dejaran fuera de la contienda a Carlos Pineda, Mulet figura entre los primeros tres lugares para el cargo presidencial. Si logra suficientes votos, podría incluso llegar a una segunda vuelta. Sin embargo, la situación de Mulet también está en manos de las cortes.

Desde marzo, la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (Feci) emprendió acciones legales en su contra por manifestarse en favor de la libertad de expresión, en una conferencia de prensa en la que criticó las acciones del MP de emprender investigaciones contra periodistas y formadores de opinión.

Por un lado, fue acusado de incurrir en campaña anticipada ante el TSE y además se solicitó retirarle la inmunidad por la posible comisión del delito de conspiración para la obstrucción a la justicia. De parte del Registro de Ciudadanos solamente recibió una amonestación; sin embargo, la solicitud de antejuicio aún está en manos de la Corte de Constitucionalidad.

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