Me ofendí porque soy una orgullosa exalumna de Campoalegre y no pude evitar sobresaltarme con la serie de falsas afirmaciones publicadas y, por otra parte, me decepcioné porque uno de los medios de comunicación escrita que a mi criterio es uno de los más serios y objetivos, publique artículos que contienen información inexacta. Sin embargo, sé que el artículo fue escrito en un “blog” por lo que asumo que los parámetros son mínimos.
Mi nombre es Rita María Canek Arango, tengo 27 años y soy de la promoción XXVI de Campoalegre.
Si bien tengo claro que la autora del artículo en cuestión está en total libertad de publicar su opinión, en pro del derecho a la libertad de expresión me permito compartir mi opinión y experiencia, aclarando que la única finalidad de hacerlo es favorecer que aquellos que desconocen a Campoalegre conozcan distintos criterios y puedan formarse una opinión propia.
Campoalegre es un colegio de mujeres que se rige por los lineamientos del Opus Dei; sería muy ambiciosa e irresponsable pretendiendo explicar el Opus Dei en unos cuantos párrafos, por lo que me limitaré a compartir lo que, desde mi rol de alumna, pude aprehender.
La relación y el amor a Dios debe alimentarse diariamente ya que de Su mano y junto a la Virgen María es posible superar cualquier dificultad. Ser “santo” no requiere rezar todo el día, dejarlo todo para darlo a los pobres, ni vivir enclaustrados, es posible ser santos haciendo bien el trabajo diario, mediante la “santificación del trabajo ordinario”. La familia debe ser el núcleo de amor en donde siempre se debe encontrar el apoyo necesario y la comprensión que todo ser humano necesita. Todo lo anterior, encuentra su fundamento y apoyo en los principios y valores conservadores que se nos inculcan a lo largo de los años de estudio.
En otras palabras, recibimos una educación integral que no se limita a aspectos académicos, sino que abarca también la espiritualidad y con ella, la relación con Dios. Habiendo expuesto a grandes rasgos la educación que recibí, comparto mi experiencia a lo largo de 11 años.
Estudié desde 1° de primaria hasta V bachillerato en Campoalegre, tuve maestras excepcionales, preceptoras maravillosas y forjé amistades que después de una década, continúan y espero perduren el resto de mi vida. Por otra parte, así como en lo académico recibí las herramientas que me permiten desarrollarme de manera competitiva, también me inculcaron valores y principios de la Iglesia Católica y desarrollaron en mí la responsabilidad y conciencia social que me permite conocer, analizar de manera crítica y actuar, en el marco de mis labores, en pro de la minimización de los índices de desigualdad existentes en el país.
Mónica, lamento que su experiencia no haya sido tan buena como la mía, solamente le pido que por favor no generalice.
Nota: No soy hija de empresarios, soy hija de una pareja espectacular que se esforzó por darme, a mí y a mis hermanos, la que consideraron la mejor educación. Sin duda alguna, lo lograron.
*Rita María Canek Arango
Abogada y Notaria
CUI 1703 24451 0101
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