Con el total control remoto del sistema de justicia lo tienen garantizado. Si no es la Corte Suprema de Justicia (CSJ), es una sala de apelaciones, una fiscalía distrital o incluso la jefatura del Ministerio Público (MP). El caso es tener un organismo que debe caracterizarse por su independencia completamente subordinado a las necesidades y a los intereses del partido en el Gobierno, el así llamado Partido Patriota (PP). Y con esa dependencia, también tenerlo inclinado al interés empresarial, que requiere y necesita del Gobierno y de su brazo de impunidad.
Tal es el caso de las empresas vinculadas a la industria de explotación irracional de recursos naturales. Mientras la ley es perniciosamente más permisiva para quienes llegan con cartel de mina, hidroeléctrica o agroindustria extractiva, para quienes se oponen al uso irracional de recursos es perversamente eficaz.
Decisiones contra derecho en fiscalías y judicaturas implican, como mínimo, la comisión de los delitos de abuso de autoridad, colusión y, por supuesto, prevaricato. Crímenes que no se analizan ni mucho menos se juzgan por cuanto quienes los llevan a cabo entienden que cuentan con todo el aparato para protegerlos y garantizarles la impunidad.
Las estaciones que representan el viacrucis cristiano y muestran la vía dolorosa que culmina con la crucifixión son una buena analogía para esta sociedad. Pueden ser comparadas con los períodos de prueba que esta ha debido sufrir en cada intento por derrotar a la impunidad y transformar el sistema de justicia.
Como en el viacrucis, también puede haber un final de esperanza reflejado en la transformación de la vida. La derrota de la impunidad, entonces, podría y debería representar ese renacer. Algo que no habrá de suceder por arte de magia ni como un suceso milagroso.
Por el contrario, esa renovación de vida requiere y demanda una acción colectiva, la generación de una fuerza social capaz de dar vida nueva al fenecido sistema de justicia. ¿Cómo derrotar la impunidad que se consolida con la alianza entre el PP y su falso opositor, Libertad Democrática Renovada (Líder)? La denuncia ayuda, claro. Pero es insuficiente.
Es menester que se nombre, alto y claro, a cada personaje vinculado a la corrupción y a la impunidad. Generar acciones de rechazo público. Entre ellas, por ejemplo, rechazo a la presencia de estos personajes en espacios de convivencia pública. Nombrar y avergonzar. Un mecanismo que evidencia el repudio contra quien agrede a la sociedad.
Si los brazos de la impunidad se han hecho con el control de las cortes y del MP, con los cuales crucifican a la sociedad, es necesario que esta se pronuncie en contra. Un pronunciamiento que, si alza la voz a nivel nacional y moviliza con la contundencia de la razón, puede arrinconar a los hoy envalentonados poderes ocultos y a sus cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad (ciacs). Un pronunciamiento que a su vez habrá de reiterar cuán necesario es que se amplíe el período de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Representará pasar de la tragedia de la crucifixión y la carga pesada de la impunidad a reconstruir la vida real de un sistema funcional, conseguido a pulso con cada batalla social por la vida, la justicia y la libertad.
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