Una recomendación fundamental de los medios ha sido guardar la calma. Y sí: hay que guardar la calma tanto con nuestras emociones como con la información que recibimos. Guardar la calma no significa quedarnos de brazos cruzados. Hay que actuar y hay que seguir las recomendaciones de los expertos, y este es el punto de mi nota.
Debemos cuidar mucho las fuentes de lo que leemos y consumimos. Esta es una recomendación no solo en estos tiempos de crisis, sino en general. He visto en redes proyecciones de lo que puede pasar en Guatemala, como la que publicó este medio el día de ayer, donde Pedro Morales hace un análisis fantástico con los muy escasos datos que tenemos en Guatemala (un problema que nos aqueja siempre). El esfuerzo de Pedro es invaluable, y no es el primero que él ha hecho. También ha hecho proyecciones basándose en encuestas electorales, incluso pronósticos de quién sería el ganador de la Copa del Mundo en Rusia 2018. Todos han tenido la rigurosidad y la seriedad que están al alcance de su mano. Como académico que es, Pedro siempre ha conservado la objetividad y ha tratado de apegarse a la verdad en sus análisis.
Por otro lado, también he visto varias publicaciones en las que nos dicen que «hay una correlación directa entre los pacientes muertos y su edad». Dicen que los jóvenes tienen poco de qué preocuparse en esta situación y que debemos permanecer encerrados para cuidar a las personas de la tercera edad. ¡Ojo! ¡Mucho cuidado con esto! Es cierto que esta correlación se da en países como China, Corea, Francia, Italia o España, pero esta no implica causalidad: la edad no es el factor que determina el comportamiento. De las primeras cosas que se aprenden en un curso básico de estadística es que correlación no implica causalidad. Voy a extenderme un poquito con esto. Quiero utilizar un ejemplo bastante absurdo para ilustrar mi punto: existe una correlación directa entre la cantidad de limones importados desde México hacia Estados Unidos entre 1996 y 2000 y la tasa de mortalidad en las carreteras de Estados Unidos en ese mismo período. Resulta absurdo pensar que la cantidad de limones importados sea la causa de la mortalidad en las carreteras. Podemos ver este estudio en la gráfica siguiente.
Fuente: ASC Publications.
[frasepzp1]
Ahora, el ejemplo de la edad y de la tasa de mortalidad por el covid-19 no parece tan absurda. Esto es porque no lo es. Pero aquí es donde el científico debe ser un poco más audaz y quienes consumimos esta información debemos serlo también. En los países en los que se realizaron estos estudios, las condiciones son muy distintas a las de Guatemala: en Francia, Italia o España, los niveles de desnutrición crónica son nulos o casi nulos y el sistema de salud y de seguridad social es más efectivo que el nuestro. Allí la juventud tiene una correlación directa con un sistema inmunológico fuerte, mientras que en Guatemala, con las condiciones en las que vive la mayoría de las personas, esto no es cierto.
Como científicos, al elegir esta profesión hicimos un compromiso fuerte con la verdad. Utilizar datos y sacar conclusiones a la ligera es un juego muy peligroso no solo con nuestra reputación, sino con las consecuencias graves que puede tener. Guatemala es un país joven, y creo que la tasa de mortalidad según las edades no será la misma que en los otros países. Espero equivocarme, pero tenemos la responsabilidad de no darle mala información a la gente.
Mi recomendación es utilizar fuentes confiables de científicos que trabajan sin descanso en entender esta epidemia. Hagamos caso sobre todo a epidemiólogos, infectólogos y estadísticos (que sí entienden qué es causalidad) para estar mejor informados y no creer cualquier cosa porque tiene matemática detrás. La matemática es maravillosa, pero cuando es bien utilizada.
Más de este autor