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Cuatro

Su curiosidad no tenía límites, mi paciencia a veces sí.
Tipo de Nota: 
Opinión

Cuatro

14 de Septiembre de 2013
Palabras clave

La esperaba todos los días a la salida del colegio. A veces caminábamos agarrados de la mano, parando a ver las vitrinas que le llamaban la atención. En algunas se le perdía la mirada intentando descifrar patrones; en otras observaba cada objeto atentamente, como queriendo comprender para qué había tantas cosas. Me preguntaba sobre algún objeto específico y yo no siempre hallaba una respuesta adecuada.

A veces nos deteníamos a comprar un helado o un pastel, o a tomar un café o una limonada. A veces simplemente nos dirigíamos al parque donde hablábamos por horas sobre miles de cosas. Sobre su madre, sobre sus abuelos, sobre las cosas que le pasaban en el colegio, sobre sus compañeros, sobre lo que le daba miedo, sobre lo que la divertía, sobre qué exactamente implicaba ser grande. A veces me preguntaba sobre el mundo, sobre las personas que conocía o había conocido, sobre los libros que leía...

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