Los colores de los cortes y güipiles de las mujeres k’iche’ se opacaron. El luto era el protagonista. Las viudas de los seis hombres que murieron cuando soldados abrieron fuego sobre un grupo que manifestaba el 4 de octubre en la cumbre de Alaska, visten de negro y las acompañan sus hijos. Aún son niños.
Los seis hombres que murieron eran padres de familia, Rafael Batz, Santos Nicolás Menchú, Francisco Puac Ordoñez, José Eusebio Puac Barreno, Jesús Caxaj y Arturo Félix Sapón Yax.
“Mi papá era alto, era bueno y humilde. No pensé que iba a morir. No me lo dijeron”, dice Yolanda, de 9 años, la más pequeña de los tres hijos de Jesús Caxaj.
"Duele aquí”, explica la niña, mientras se toca el pecho. Junto a Yolanda hay otros pequeños, que como ella reflejan el dolor prematuro de la ausencia.
"Me siento mal porque mi papá murió. Y porque no tengo papá", dice Marvin, de 10 años, quien parece tener frío y va en busca del abrigo de su madre. Su padre era Francisco Puac Ordoñez, y dejó a otros cuatro hijos.
César apenas tiene 7 años. Y a esa edad ya siente tristeza. “Estoy triste, quería a mi papá. No sé quién nos dará de comer ahora que no está”, se pregunta el tercero de los cinco hijos de José Eusebio Puac Barreno.
José Eusebio Puac Barreno, Francisco Puac Ordoñez y Jesús Caxaj eran tejedores. Totonicapán es un importante productor de tejidos, y esa fama la han construído individuos. Los tres tejían cortes. El padre de Marvin, “era mozo”, explica el niño. “Si iba bien, tejía dos cortes a la semana”, cuenta. Lo que equivale a 250 quetzales. Con menos del sueldo mínimo, debían comprar maíz, comestibles, y pagar la luz, entre otras cosas. La energía eléctrica tuvo un arbitrario incremento, y esa fue una de las causas por la que los pobladores de Totonicapán salieron a manifestar.
A Julian, de 17 años y el mayor de los hijos de José Eusebio Puac , le preocupa qué hacer para que sus hermanos pequeños tengan para comer. “Estoy triste. Yo estaba con mi papá cuando le dispararon, y ni siquiera me despedí de él. Lo extraño mucho”, dice. Y se pregunta: “¿qué vamos a hacer?”