Lo más normal del mundo es hacer una búsqueda en cualquiera de los buscadores de Internet (google, yahoo, taringa, etc.) copiar el archivo y pegarlo en la presentación. Eso es lo que hace la mayoría de personas, para hacer una presentación, para los folletos de su empresa, para anuncios o para uso personal. Sin embargo, ¿sabía usted que eso es ilegal?
La normativa de derechos de autor protege todas las obras aun cuando el autor no registre...
Lo más normal del mundo es hacer una búsqueda en cualquiera de los buscadores de Internet (google, yahoo, taringa, etc.) copiar el archivo y pegarlo en la presentación. Eso es lo que hace la mayoría de personas, para hacer una presentación, para los folletos de su empresa, para anuncios o para uso personal. Sin embargo, ¿sabía usted que eso es ilegal?
La normativa de derechos de autor protege todas las obras aun cuando el autor no registre su obra. Esto aplica a cualquier tipo de obras, ya sea un libro físico como para una foto en el blog de alguien más. Es decir que cuando usted copia una foto para uso comercial como un anuncio está actuando de la misma forma que el muchacho que vende películas piratas en El Amate.
Los delitos son conductas consideradas antisociales y por lo tanto cometer este tipo de acciones debe de ser reprimido por quien tiene el poder, el Estado. ¿Por qué será que copiar fotos y usar archivos de otros no se siente como un delito? En mi opinión esto sucede porque las normas de derecho de autor no han sido adaptadas al entorno digital. La normativa vigente surgió hace más de cien años y con una finalidad muy distinta a la que hoy tiene. En la actualidad, los derechos de autor han sido reforzados de tal forma que el autor no tiene alternativa a la protección. Es decir, el autor no puede escoger cómo quiere que sea utilizada su obra. En lugar de permitir que los derechos de autor evolucionen y sean una herramienta para disminuir las barreras de acceso a la información, se han convertido en una serie de normas desconocidas y temidas.
Es por esto que Creative Commons, una organización sin fines de lucro y con el ánimo de investigar formas legales paralelas a la normativa de derechos autor, surge como una alternativa para el autor que quiere proteger su obra un poquito y nada más. Además estas licencias se adaptan mejor al entorno digital. Ellas son una advertencia, un signo que reduce los costos de transacción ya que el mismo autor le avisa anticipadamente a quienes quieran usar su obra cómo pueden usarla pero invitándolos a usarla no asustándolos con todos los derechos reservados.
De esta forma reconocemos la obra pero sobretodo a su autor en muchos sentidos. Primero porque al reproducirla, permitimos con nuestro uso que más personas conozcan la obra. Esto puede ser difícil sin este tipo de licencia puesto que para reproducir una obra tenemos que pedirle autorización al autor. No es suficiente citar al autor, debemos contar con un permiso. Además, saber que el autor nos está permitiendo usar la obra nos obliga a respetar las condiciones por las cuales el autor quiere que la usemos.
Es por esto que cada vez más estos símbolos son preferidos por los productores de cultura. Plaza Pública es un ejemplo guatemalteco del uso de estas licencias en el periodismo; en el extranjero, la revista Wired adoptó recientemente este tipo de licenciamiento. Es una forma de fomentar el derecho al acceso a la información y además es una forma pacífica de apoyar la evolución del derecho.
Por lo que para mi presentación del día viernes voy a utilizar fotos de Plaza Pública, citándolas tal y como establece su licencia. Gracias Plaza Pública.
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