Esas crisis globales y globalizadas producen pobreza y desigualdad extremas que están llevando al planeta a su inminente destrucción y, de ese modo, a la de la especie humana. El mundo sobrevivirá. El ser humano, ¡a saber!
Aparte del coronavirus, de la democracia y de la desigualdad, el agua en su más amplia concepción es el eje de una serie de conflictos críticos que, si bien son globales, afectan la realidad y la vida guatemaltecas.
Por ejemplo, Egipto y Etiopía están en riesgo de una guerra de grandes consecuencias por el control y la utilización del río Nilo, el corazón de la identidad de la antigua civilización egipcia. Por una presa, «el primer ministro de Etiopía ha dicho que, si se necesitara, tendría millones listos para una guerra con Egipto. La presa en Etiopía lo convertiría en el exportador de energía más grande de Africa».
En Chile, durante la época de Pinochet, constitucionalmente, se privatizó el agua. Es el lugar donde se paga más en América Latina por el agua potable, que es propiedad de empresas transnacionales. Existe escasez para el consumo humano y se privilegia la agroindustria, la que más consume el vital líquido. Desde 1990 el país se ha visto afectado por el acaparamiento de las aguas por parte de empresarios en colusión con la clase política. Según Civicus: «El gobierno de Sebastián Piñera está rematando ríos. Piñera llegó al gobierno con el proyecto de apuntalar la certeza jurídica de la propiedad de los derechos de agua, y en su gabinete hay varios ministros con derechos de aprovechamiento de aguas constituidos, liderados por el ministro de Agricultura, Antonio Walker Prieto. Este ministro y su familia son propietarios de más de 29,000 litros por segundo, lo cual equivale al suministro continuo de agua de aproximadamente 17 millones de personas».
Un estudio de The New York Times del 19 de enero de 2020 apunta que el agua de los camiones cisterna cuesta entre 10 y 50 veces el agua de suministro público de 15 ciudades del mundo. Hay relatos de acuerdos deshonestos, de sabotaje del servicio de agua potable y de destrucción medioambiental. Los camiones cisterna son otra fase en un proceso global de décadas de privatizaciones del agua. La industria de los camiones cisterna también podría ser una ilustración temprana de cómo partes del sector privado podrían lucrar a partir de un mundo que se calienta y urbaniza a paso veloz.
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En Estados Unidos, la policía dispara contra indígenas que defienden su agua ante el riesgo de la construcción de un oleoducto contaminante. Y es en este país donde el agua embotellada surgió como la bebida número uno por volumen. Desde entonces, las ventas han estado al alza.
Los ejemplos anteriores reflejan la lógica del capitalismo global, de la cual no estamos exentos. El alcalde de la capital guatemalteca declaró alerta amarilla por la grave escasez de agua que se vislumbra. A la par, manifestaciones de vecinos que reclaman el servicio y la autorización municipal de infraestructura empresarial para la construcción de miles de unidades habitacionales sin tomar en cuenta la vulnerabilidad hídrica.
El suministro disminuye en la medida en que se extienden las ciudades hasta los bosques y se invaden las áreas de recarga de acuíferos, como sucede con la minería en Quetzaltenango. Según la revista del Iarna (número 12, 17 de abril de 2016), la disponibilidad natural hidrológica a nivel nacional disminuirá un 26 % en promedio, mientras que la disponibilidad hídrica se reducirá en un 83 %. Proyecciones significativamente preocupantes para el futuro del país.
Según la Encovi 2014, hay 3.8 millones de personas que habitan en viviendas que no están conectadas a una red de distribución de agua, dato que representa el 23.5 % de la población. En los hogares de los que se habla, predominantemente indígenas, es cuatro veces más probable que la fuente de abastecimiento de agua sea un río o un lago.
La cosmovisión alrededor del capitalismo es diferente a la de los pueblos originarios. Para el primero, el agua es una mercancía, igual que la naturaleza, que está subordinada al hombre y a la acumulación sin fin. Y para los segundos es la matriz de vida, el alimento de la tierra, pues la naturaleza es la madre de la que dependemos todos. ¿Cuál nos convendrá? (Continuará).
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