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Casos de trasiego de armas en el mapa

“La diferencia en el precio entre un fusil semi-automático AK-47 de origen estadounidense vendido justo del otro lado de la frontera EE.UU.-México (US$1,200-US$1,600) y uno vendido en el sur de México (US$2,000-US$4,000) también es un síntoma de la demanda de armas estadounidenses en México, y la falta de calidad de fusiles de asalto de Centroamérica".
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Casos de trasiego de armas en el mapa

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Los traficantes que evitan el uso de documentos falsos usan puntos ciegos para ingresar las armas a Guatemala. En 2010, había por lo menos 97 “cruces informales” para entrar al país, frente a 17 puertos de entrada oficiales, de acuerdo con el informe “Armas y Municiones: Mercado Legal y Tráfico Ilícito”, de la CICIG.

Además, consigna el texto, los puntos utilizados para “el ingreso ilegal de armas, municiones y explosivos” suman 45. El trasiego de grandes cargamentos coexiste con el tráfico hormiga, “principalmente oculto en vehículos” o con personas que viajan solas.

El calibre de las armas traficadas varía, pero incluye las de grueso calibre, según la CICIG, como los fusiles de asalto AR-15, Galil, AK-47 y M-16, además de subametralladoras, y armas pequeñas como revólveres y pistolas, granadas y lanzagranadas.

El 50 por ciento de las armas compradas en EE.UU. y exportadas ilegalmente a México y Guatemala, provienen de Texas. Otro 25 por ciento, de California. El resto del porcentaje está dividido en varios estados.

Algunos traficantes toman rutas más complejas para llegar a México. “Existe evidencia de armas que son ingresadas a México desde Guatemala, y que algunas, aunque no muchas, son armas nuevas; es decir, no son armas del conflicto armado de hace más de 15 años”, dijo Eric Olson, del Centro Académico de Investigación Woodrow Wilson.

Cables diplomáticos enviados por la Embajada de EE.UU. en México, filtrados por Wikileaks y publicados por La Jornada de México, aseguran que “el 90 por ciento del armamento pesado que las fuerzas de seguridad mexicanas decomisan a los pistoleros de los carteles proviene de Centroamérica”. Sin embargo, según Olson, sólo un 5 por ciento de las armas decomisadas y rastreadas en México, o menos, provienen recientemente desde EE.UU. vía el Caribe y Centroamérica. Esta información usualmente es compartida sólo “extraoficialmente” por personal del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés)  y el Departamento de Defensa de EE.UU.

El porcentaje bajo de armas traficadas hacia México, por la frontera sur, puede obedecer a la diferencia en el precio de compra. “La diferencia en el precio entre un fusil semi-automático AK-47 de origen estadounidense vendido justo del otro lado de la frontera EE.UU.-México (US$1,200-US$1,600) y uno vendido en el sur de México (US$2,000-US$4,000) también es un síntoma de la demanda de armas estadounidenses en México, y la falta de calidad de fusiles de asalto de Centroamérica", según un informe sobre el trasiego de armas, escrito por Colby Goodman y Michel Marizco para el Centro Woodrow Wilson.

Algunos oficiales del ATF  tienen una creciente preocupación porque se haya abierto un corredor adicional para armas ilegales desde Florida hacia Guatemala y México, de acuerdo con el citado informe. Una vez en México, el trasiego de las armas suele seguir las principales rutas de transporte del país. “Por mucho, el método más común para transportar armas de fuego a través de la frontera EE.UU.-México es en vehículo, usando autopistas estadounidenses”, consigna el texto.

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