La comunidad LGBT en Guatemala sufre de discriminación en varios ámbitos. El sistema legal e institucional no está adaptado a la diversidad sexual. Se violan los derechos de estos individuos en todas las esferas de la vida social. Desde actos administrativos tan sencillos como un cambio de sexo en el RENAP, pasando por la vida laboral, la educación, la salud y, no digamos, los abusos que viven en los sistemas penitenciarios.
Como ciudadanos, a todos nos debería de importar ...
La comunidad LGBT en Guatemala sufre de discriminación en varios ámbitos. El sistema legal e institucional no está adaptado a la diversidad sexual. Se violan los derechos de estos individuos en todas las esferas de la vida social. Desde actos administrativos tan sencillos como un cambio de sexo en el RENAP, pasando por la vida laboral, la educación, la salud y, no digamos, los abusos que viven en los sistemas penitenciarios.
Como ciudadanos, a todos nos debería de importar que estas personas no estén gozando de un trato digno. A muchos este tema ni los inmuta, consideran que es irrelevante dada la situación de extrema de pobreza en el país. Preocuparse o discutir por estos temas en un contexto como el de Guatemala de pobreza extrema pareciera inútil, una pérdida de recursos.
Sin embargo, es importante que estemos conscientes de estos temas puesto que tanto la pobreza como la discriminación son situaciones que deshumanizan. Estas conductas enraizadas golpean tan duro que nos volvemos indiferentes. Y en ese momento es que, como sociedad, nos empezamos a descomponer. La única forma de ir reconstruyendo el tejido social, es a través de la educación. Pero cuando desde la escuela se refuerzan actitudes de discriminación es sumamente difícil sensibilizar a una población.
Durante el mes de febrero se dio a conocer un estudio comparado sobre el bullying homofóbico en Perú, Chile y Guatemala. La ley PINA (Protección Integral a la Niñez y Adolescencia) establece que los niños deben de ser protegidos por el Estado de cualquier tipo de abuso. El Ministerio ha desarrollado manuales sobre bullying o acoso pero dentro de esta temática no se aborda el tema de orientación sexual o identidad de género.
Las escuelas son espacios importantes en el desarrollo sexual de una persona. Este estudio muestra que la construcción de la masculinidad en nuestro país es un juego de rechazos al afeminamiento y afirmación a la virilidad. Dicho de otra forma, si el joven o niño se ajusta a las etiquetas sociales encaja y de lo contrario es rechazado. Por lo que un niño tímido, tranquilo o inseguro será calificado de afeminado.
Este estudio revela que en Guatemala, los docentes niegan la existencia del bullying homofóbico, es más consideran que la homosexualidad es adquirida. El estudio también concluye que en Guatemala la sexualidad no es abordada en las aulas y, peor aún, en la familia. En este estudio se establece que cuando la red familiar se entera de que el joven sufre de acoso homofóbico, en lugar de apoyarlo se alejan de él.
La mayoría de estudios han descubierto que en cuanto uno tiene un pariente o un amigo homosexual se vuelve más tolerante al tema. Es importante que como familias reconozcamos que es un tema que nos tiene que unir en lugar de separar, que los adultos homosexuales tienen la responsabilidad de salir del clóset para visibilizar esta realidad y que el Estado tiene que asumir la obligación que tiene de proteger a este grupo.
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