“Aquí todos los días es día de muertos”

No hay sociedad posible sin arte y sin artistas, esos hombres y mujeres que escriben, esculpen, pintan y hacen música de lo que los otros viven.

La inspiración también es resultado del conjunto de relaciones, de la situación política y socio-económica, de la cultura y la historia. Los artistas son producto de su época y así también lo es su arte. El contexto, de cierta manera, determina el arte, a través de su creador.

Desde hace ya algunos meses he tenido preguntas alrededor del arte y de su función en una sociedad como la guatemalteca. Sé que hay quién dirá que el arte se basta a sí sólo, que no hay razones (y menos políticas o sociales) que den validez al arte. En otras palabras, el arte puede existir sin compromiso. Pero al ser la relación tan estrecha con la realidad de un día y un lugar determinados, creo que vale la pena volver a hacerse la pregunta.

Vicente Huidobro precisamente abogaba por la independencia del arte, Mariátegui le respondía así: “Si la política es para Huidobro, exclusivamente, la del Palais Bourbon, claro está que podemos reconocerle a su arte toda la autonomía que quiera. Pero el caso es que la política, para los que la sentimos elevada a la categoría de una religión, como dice Unamuno, es la trama misma de la Historia. En las épocas clásicas, o de plenitud de un orden, la política puede ser solo administración y parlamento; en las épocas románticas o de crisis de un orden, la política ocupa el primer plano de la vida”. Sus palabras pueden ser aplicadas al hoy, y podemos decir que en este momento de crisis en Guatemala, el arte no debiera de ser indiferente. Al menos, no todo el arte.

 El arte sigue siendo una manera de expresión que puede llegar a muchos. No me refiero solamente a las artes visuales, sino también la narrativa o la poesía. El lenguaje del arte apela a otras maneras de pensar y de sentir del ser humano. Puede que alguien nunca hable de política o de las dinámicas sociales denigrantes, como el racismo, pero cuando se lee un cuento, cuando se escucha a un poeta leer su obra, ahí es posible que encontremos un elemento unificador. El mismo hecho de hacernos imaginar realidades diferentes, hacernos sentir cómodos en esta sociedad, nos da luces de la necesidad de un cambio.

Encontremos este 7 de noviembre en la Alianza Francesa, a las 19 horas, en la exposición independiente de varios artistas que se animan a ser luciérnagas en el camino final. Todos invitados a “Aquí todos los días es día de muertos”.