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Apegos, lazos y comunidades vitalizantes

No obstante, los valores compartidos pueden ser el resultado de nociones cerradas de lo que significan las relaciones
Nos encontramos suspendidas en el imaginario colectivo entre un ideal de maternidad protectora y garante de la vida (monopolio del apego) y la anulación de nuestras posibilidades
Tipo de Nota: 
Opinión

Apegos, lazos y comunidades vitalizantes

26 de Febrero de 2022
Palabras clave

Los cerebros de los mamíferos son expertos en el cuidado de otros[1]. Este fue el resultado de un salto evolutivo que consistió en extender el auto-cuidado a la preocupación por quienes nos rodean, comenzando por la propia prole. El apego surge gracias a dos hormonas secretadas en el hipotálamo: la oxitocina y la vasopresina, cuya función garantiza que crías dependientes, como los seres humanos al nacer, puedan ser protegidas hasta que sean capaces de alimentarse por sí solas.

 


 

Pero la preocupación por el bienestar de otres se extiende más allá de la propia camada. En diferentes mamíferos se han observado madres que adoptan crías de especies distintas y las alimentan y cuidan como propias. De igual manera, los seres humanos somos seres sociales y esto es lo que a lo largo de la historia evolutiva nos ha funcionado: ser-con-otres, a partir de la conformación de comunidades. Nos encontramos siempre fusionades con alteridades, estamos-con y por ende ...

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