Comenzó en 1853 con la designación de escuela. Luego, en 1893, se le denominó Instituto Normal para Varones de Antigua Guatemala (Invag) y en 1953, por el acuerdo gubernativo 272, se le cambió el nombre a Instituto Normal para Varones Antonio Larrazábal (Inval). En la actualidad es una institución educativa mixta.
Coincide dicha fecha, asimismo, con la celebración de los 250 años del nacimiento de Antonio Larrazábal (8 de agosto), de quien lleva el nombre. En este sentido, y como parte de las actividades conmemorativas, asistí a la conferencia que sobre dicho personaje dictó el doctor Edeliberto Cifuentes Medina, exalumno distinguido del establecimiento.
Cabe preguntarse por qué, en plena Revolución de Octubre, a un centro de enseñanza de nivel medio, de carácter público, se lo bautizó con el nombre de un diácono. La respuesta quedó clara luego de la exposición sobre la vida de tan ilustre guatemalteco.
Para ello, el doctor Cifuentes Medina situó el contexto histórico, político y social que se vivía en Europa y en Guatemala durante la vida de Antonio Larrazábal. Sin duda, la de este personaje fue una época de efervescencia en muchos sentidos: desde la Revolución Industrial, sobre todo en Inglaterra, y la Revolución francesa, con sus principios de libertad, igualdad y fraternidad, hasta la invasión napoleónica a España, las reformas borbónicas y el surgimiento de las constituciones de Bayona (1808) y de Cádiz (1812), todos ellos acontecimientos que impactaron en la Capitanía General de Guatemala.
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Despertar y mantener el interés de los adolescentes es tarea difícil. No obstante, el doctor Cifuentes Medina lo logró a través de una dinámica que situó a los estudiantes en el aquí y el ahora. «El objetivo de la historia no es la narración de hechos pasados, sino la explicación del presente, porque todo lo pasado está en el presente», dijo. Y con esta frase como fundamento de su exposición relató situaciones del pasado que lamentablemente siguen dándose en la actualidad (como el fraude o la corrupción). El público, en su mayoría atento, reaccionó de manera activa ante los ejemplos y comentarios y al final brindó una prolongada ovación al conferencista.
De Antonio Justo José de las Mercedes Larrazábal Arrivillaga y Montúfar (que es su nombre completo) hay algunos datos imprescindibles que sirven para comprender el porqué de su relevancia. Por un lado, fue un estudioso, un académico dedicado y constante, pues a los 16 años se graduó de bachiller en Arte, poco después en Filosofía y luego en Teología. Después obtuvo las licenciaturas en Teología, Cánones y Leyes (las tres independientes) y finalmente se graduó como doctor en Teología y Derecho Pontificio. Además, se ordenó como subdiácono y diácono. Por otro lado, fue rector de la Universidad de San Carlos de Borromeo por dos períodos y fue elegido como el primer diputado que representó a Guatemala. Esto fue en las Cortes de Cádiz (donde a raíz de la invasión napoleónica se discutían reformas al sistema político). En estas desempeñó un papel importante y dio muestras de su carácter y personalidad. De él se dice que poseía «palabra reposada, fuerza de pensamiento, alta cultura, dominio de sus ideales, [al punto de que] el rey lo vio como un peligro para la monarquía». De hecho, cuando Fernando VII retornó al poder luego de un largo juicio, Larrazábal fue encarcelado durante seis años a causa de su militancia política.
Para finalizar, Cifuentes Medina citó dos frases que hablan de la calidad humana de Antonio Larrazábal. Una, la que sobre él expresa César Brañas: «Cumplió altas y nobles misiones con limpieza y rectitud». Otra, la que fue colocada en el frontispicio de su casa: «Fervoroso patriota [...] Padeció por la causa de la libertad y los derechos americanos».
Por ello, en medio de la degradación que actualmente vivimos en Guatemala, vemos cómo, sobre todo para la juventud, es imprescindible reflexionar y destacar figuras como la de Antonio Larrazábal. Es claro que nos urgen políticos y funcionarios que fundamenten su vida y su trabajo en el estudio, la sabiduría, la ponderación y el servicio.
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