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La plaza comercial en construcción, ubicada a la orilla del camino que lleva desde la Antigua Guatemala a Ciudad Vieja. Laura García

Antigua Guatemala, «sacrificada en beneficio de intereses comerciales»

«Lo que está sucediendo en Antigua Guatemala está destinado a satisfacer intereses particulares»
«¿Quién va a querer venir a un caos que podríamos comparar con el de la Calzada Roosevelt o la San Juan?»
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Antigua Guatemala, «sacrificada en beneficio de intereses comerciales»

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Los guatemaltecos pagamos 10 millones de quetzales por un Plan de Desarrollo Territorial (POT) destinado al ordenamiento de Antigua Guatemala y otros municipios aledaños que luego fue modificado sin criterios técnicos, ni participación de los vecinos de la ciudad colonial. Según los entrevistados, expertos en urbanización, arquitectura e ingeniería, la razón fue que la consultora contratada entregó un proyecto muy completo que beneficiaban a la población, pero contrario a los intereses económicos de un pequeño grupo empresarial. La Municipalidad modificó la propuesta y aprobó el plan presentado por este grupo de interés, sin consultar a la gente. «Es un tiro de gracia a la ciudad» advierten los vecinos que ahora protestan contra la decisión del alcalde.

 

«Víctor Hugo del Pozo, el que vende a la Antigua Guatemala, el alcalde más corrupto», gritaba una multitud de vecinos de uno de los municipios más turísticos del país. El 31 de marzo, en horas de la noche, Del Pozo, junto con integrantes del concejo municipal aprobaron un documento que despertó malestar en organizaciones locales. Minutos después, el alcalde huyó de la escena.

[Vea el video más abajo]

Desde hace algunos años, la ciudad de Antigua Guatemala crece de forma acelerada, sin un plan y sin orden. Es una ciudad con un valor histórico y cultural tan relevante que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), hoy está a punto de convertirse en un lugar difícil de habitar, donde ni las necesidades de los vecinos, ni el respeto a la preservación del valor histórico, ni la protección de los recursos naturales son considerados prioridad.

El Plan de Ordenamiento Territorial (POT), es una herramienta cuyo objetivo es garantizar que exista un crecimiento que no comprometa la sostenibilidad, funcionalidad, ni los recursos del municipio. Según los expertos consultados, Antigua Guatemala contaba desde el año 2017 con una propuesta técnica de alta calidad. Fue elaborada durante la gestión de la alcaldesa Susana Asensio, realizada por la empresa española IDOM (que se dedica a brindar servicios de consultoría, ingeniería y arquitectura) y financiada por el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom).

A pesar de que su elaboración fue onerosa, las autoridades evitaron aprobar un POT con base en el mismo sin considerar que ya había pasado por un proceso de consultas, y que se trataba de un proyecto que permitía cumplir con los requisitos técnicos para resolver la problemática de la ciudad. Es decir, generaba normas adecuadas para la movilización, accesos, provisión de agua, protección de los recursos naturales, etc.

En lugar de aprobar ese POT realizado tras consultas con vecinos y expertos en urbanización y conservación de la ciudad, la Municipalidad elaboró un convenio con la Asociación de Vecinos para el Desarrollo Sostenible del Valle de Panchoy (Adepanchoy) que aglutina a los grandes propietarios de las fincas alrededor de la Antigua e inversionistas inmobiliarios. El propósito, según corroboran los entrevistados a Plaza Pública, fue hacer modificaciones a la propuesta de la empresa española y generar uno ad hoc a las necesidades de este grupo de interés, dejando de lado las de los vecinos, las de la preservación del patrimonio cultural e histórico de los guatemaltecos, y la protección del territorio que ocupa el  municipio donde hay un ecosistema importante.

Aunque los vecinos se manifestaron en contra de este convenio y tomaron acciones legales contra la Municipalidad, a finales de marzo de este año el concejo municipal de Antigua Guatemala aprobó el nuevo POT consensuado exclusivamente con Adepanchoy.

José María Magaña, arquitecto que ejerció el cargo de Conservador de la Antigua Guatemala; Julio Armas, ingeniero civil coordinador del Grupo Impulsor de La Antigua (GIA) Guatemala; y Wellington García, coordinador del capítulo de Arquitectura y Urbanismo del GIA y participante de las mesas de trabajo creadas por IDOM para realizar el POT; son miembros de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros Diego de Porres. Los tres han discutido el tema desde hace varios años y en esta entrevista explican la gravedad del problema, así como la importancia de garantizar un desarrollo responsable para la ciudad colonial.

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Esta conversación se condujo como un diálogo entre los participantes y luego se consolidó en las respuestas que se ofrecen a continuación.

¿De dónde surge la propuesta de IDOM y por qué no fue aprobada?

La propuesta de IDOM fue el resultado de la iniciativa de un grupo de terratenientes, inversionistas y corredores de bienes raíces de Antigua Guatemala.

Durante más de 50 años la ciudad estuvo sujeta a un régimen de conservación luego de haber obtenido a nivel internacional los títulos de patrimonio de la humanidad que potenciaron su valor histórico, arquitectónico, urbano, cultural y que beneficiaron el valor de la tierra. A pesar de la importancia de la preservación de estos títulos, (estas personas) propusieron a la alcaldesa que llevaron al poder (Susana Asencio) a crear un Plan de Ordenamiento Territorial. Querían uno ad hoc a sus intereses, pero contrataron a IDOM, empresa española especializada en hacer este tipo de estudios.

La empresa es totalmente seria y formal desde el punto de vista técnico y profesional. Después de más de año y medio de trabajo, generó un documento técnico y legal de muy buena calidad, muy completo y amplio en los aspectos que tenía que tocar pero, a pesar de que tanto estos inversionistas y dueños de la tierra, como el resto de la población fueron consultados, los inversionistas no quedaron satisfechos con el resultado. No fue el que ellos deseaban: un instrumento en beneficio de sus intereses personales y no un Plan de Ordenamiento Territorial de beneficio para una comunidad entera. Eso fue en 2017, el documento nunca fue aprobado.

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Es una pena, porque, ya para el 2017, la ciudad tenía una serie de deficiencias importantes que exigía este tipo de instrumento. En 2010, los grupos organizados (la Asociación de Arquitectos e Ingenieros Diego de Porres y la Asociación de Vecinos Salvemos Antigua), propiciamos, junto con otras organizaciones de la ciudad, un pliego de modificaciones a la Ley protectora de la Ciudad de Antigua Guatemala, que se entregó al Congreso de la República (iniciativa de Ley 42-52) que ya pasó su segunda lectura. Confiamos en que, tarde o temprano, se apruebe porque la Ley Protectora de 1969, en muchos aspectos, ya está caduca, a pesar de su de ser una excelente ley.

Además de la Ley Protectora de la Antigua Guatemala, desde 1969 existe el Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala. ¿Cuál es la función para la cual fue creado este consejo? ¿Consideran que está cumpliendo su rol?

El Consejo fue creado como una institución estatal descentralizada, con la misión específica de garantizar la conservación y desarrollo de la ciudad mediante la aplicación de la Ley Protectora de la Ciudad de la Antigua Guatemala (Decreto 6069). Se trata de una ley magnífica, a pesar de las obsolescencias debido al paso del tiempo, pero nada que no se pueda corregir con relativa facilidad. Y, a pesar de sus luces y sus sombras, a lo largo de los 50 años que tiene de estar vigente, el Consejo ha cumplido con su función. Lo podría hacer un poco mejor, es cierto, pero si no fuera por esa institución y su desempeño, la ciudad de Antigua Guatemala no existiría como la conocemos hoy.

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¿Quiénes lo conforman?

El Consejo fue constituido con cinco miembros que son personas nombradas por instituciones como la Facultad de Arquitectura y la Facultad de Humanidades, ambas de la Universidad de San Carlos; el Ministerio de Cultura y Deportes; la Academia de Geografía e Historia. También lo conforma el alcalde en su calidad de representante de la población y autoridad máxima del municipio, es quien preside el Consejo para la protección que es, eminentemente, una institución técnica y profesional de alta calidad.

¿Por qué es tan importante la ciudad de Antigua Guatemala?

Antigua Guatemala es el lugar de asentamiento de la tercera capital del país y eso sucedió en la primera mitad del siglo XVI.  Desde aquí se gobernó Centroamérica que entonces abarcaba desde la parte norte de Yucatán, hasta el límite con Panamá. Fueron unos 230 años de gobierno  político y  administrativo desde esta ciudad. Obviamente, era el centro de atención no solamente de gobierno, sino también religioso y cultural de la época y lo demuestran sus construcciones que todavía hoy todavía existen, pese a varios terremotos.  En esta ciudad, si no tiembla por cuestiones tectónicas, tiembla por sismos de origen volcánico. Es decir, no nos escapamos de una u otra. El valor que tiene la ciudad, a nivel patrimonial, lo demuestran las ruinas.

¿Podemos entender los proyectos inmobiliarios, centros comerciales y otras construcciones que han surgido dentro del municipio como un sinónimo de desarrollo?

No, eso es un simple y ordinario crecimiento. El desarrollo implica orden, planificación y lo que está sucediendo ahora está destinado a satisfacer intereses puntuales de los dueños de la tierra, comerciantes e inversionistas. Centros comerciales, lotificaciones cerradas que no se integran, ni se integrarán jamás a la trama urbana, social y cultural de la ciudad. Lo que sí hacen es generar infinidad de problemas, incomodidad a los vecinos y caos en general.

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Con este tipo de crecimiento que está teniendo la ciudad, ¿qué es lo que se pone en riesgo?

Para empezar, la calidad de vida de sus habitantes. Hay mucha contaminación, hay caos, la infraestructura que existe en la ciudad está colapsada, los proyectos inmobiliarios no responden a lo que debe dictar un Plan de Ordenamiento Territorial. La propuesta de IDOM es un documento completo que los ciudadanos guatemaltecos pagamos con más de 10 millones de quetzales que costó la consultoría.

Si no detenemos este fenómeno, ¿qué podríamos esperar a mediano o largo plazo?

La ciudad va a colapsar en su calidad de ciudad histórica conservada, para empezar. ¿Quién va a querer venir a un caos que podríamos comparar con el de la Calzada Roosevelt o la San Juan? Nadie quiere vivir ahí. Tienen que pasar porque son las únicas vías de comunicación entre un punto A y un punto B, pero no es agradable. Es lo que está pasando en este momento con el ingreso a la ciudad de Antigua y, particularmente, con la salida de la ciudad hacia Ciudad Vieja, en donde se están desarrollando infinidad de centros comerciales y lotificaciones sin ningún control de calidad y ninguna vía nueva de comunicación. Estamos hablando de que la movilidad se está desarrollando por esa carretera que comunica a la Antigua con Ciudad Vieja, pero sin calles transversales que desahoguen ese caos vehícular que ya estamos sufriendo, provocado tanto por el transporte público y de mercadería, como el privado.

¿Cómo este fenómeno puede poner en riesgo el acceso a recursos vitales como el agua?

Actualmente hay horas en las que ciertos sectores de la ciudad se quedan sin agua para que los pozos se llenen nuevamente. Con los nuevos proyectos de residenciales que se han aprobado, se ha vuelto común perforar pozos que succionan agua de la misma fuente que abastece a otras comunidades. Es decir, cuando perforan pozos para nuevos condominios, arriesgan el abastecimiento de otras comunidades. Y, como no hay un plan adecuado para el manejo del agua, no hay certeza de que los pozos que están abriendo para nuevos sectores urbanos no están afectando a otras comunidades, porque no hay estudios profundos en este procedimiento. Existe un riesgo de que el acceso al agua sea cada vez más difícil.

¿Cuál sería el llamado a las autoridades y a los vecinos de Antigua para atender este problema?

La única solución es la aprobación del POT, en este caso, el que elaboró IDOM porque es el más reciente y completo. Pero ese documento no es una varita mágica que va resolver el problema de forma instantánea. Es sencillamente una visión general del territorio y de sus posibilidades. Pero las soluciones serán dadas por el Municipio, la Alcaldía en particular, con la anuencia y aprobación de los pobladores. Para la propuesta de IDOM, buena parte de la población y sus instituciones participaron en las mesas de discusión y formulación de este documento. En ese proceso de discusión se conformó una mesa técnica en la que había representación de vecinos y especialistas en el tema.

¿Por qué la propuesta de IDOM es una buena propuesta?

Para empezar, un POT no es más que un pacto de determinado espacio territorial ocupado por equis número de personas para poderlo administrar en forma socializada, consensuada, responsable y sostenible. Es decir que lo que se planifica en ese documento a nivel técnico y jurídico, permite el crecimiento ordenado y consensuado con su población.

Dentro de los temas tratados en el documento está todo lo que uno pueda denunciar como: movilidad, acceso, saneamiento, medio ambiente, gestión de riesgo patrimonio, comercio, transporte, etcétera. Es un documento muy completo que, en su momento, no fue aprobado por la Municipalidad de Antigua Guatemala y que ha sido modificado a través de un ejercicio implementado por la Municipalidad y Adepanchoy (asociación de propietarios de la tierra, las fincas, alrededor de la Antigua y a inversionistas inmobiliarios).

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A finales de marzo, el Concejo Municipal aprobó un POT y esto despertó molestias en agrupaciones de vecinos. ¿Hubo discusión pública para la formulación del plan recién aprobado por la Municipalidad?

No. De la versión que presentó la municipalidad, no hubo un proceso de socialización. El anterior sí.

Nosotros participamos en la mesa técnica que IDOM y la Municipalidad conformaron para la revisión de su propuesta. Los demás representantes eran de la iniciativa privada, durante el proceso de revisión hubo convocatorias. El documento que fue aprobado recientemente fue modificado por Adepanchoy y técnicos de la Municipalidad. No estuvimos de acuerdo con esa propuesta porque no había soluciones para los problemas del municipio, no representa ningún beneficio para la comunidad. Les advertimos que era como darle el tiro de gracia a la ciudad, que está a punto del colapso y que tiene graves problemas de movilidad que van a empeorar cuando se concreten proyectos inmobiliarios y más personas transiten por la ciudad. Algunos lo ven favorable desde el punto de vista comercial, pero no tienen idea del caos que esto va generar. Nosotros no nos oponemos al crecimiento pero este se debe hacer de forma responsable, consensuado y sostenible. ¿Cómo esperan que la población esté de acuerdo con el documento si ni siquiera lo socializaron?

¿Es correcto decir que la Municipalidad puso en manos del sector privado el POT de Antigua?

Sí, es correcto.No quiere decir que sea bueno o sea malo, sino que, a nivel metodológico, no fue correcto.

Metodológicamente, la Secretaría General de Planificación (Segeplan) establece cuatro fases para la aprobación de un POT a nivel municipal. La tercera etapa consiste en la entrega de planes a las cuatro municipalidades a las cuales IDOM les trabajó una propuesta de plan. Cada municipalidad debe conocer y discutir la propuesta y, en el mejor de los casos, aprobarla. En la fase cuatro se da luz verde para que la municipalidad suscriba contratos o convenios para modificar, revisar, actualizar, quitar o agregar a la propuesta que ya existen, pero aquí se hizo al revés. Se vendió la leche sin haber comprado a la vaca.

¿Qué significa el concepto de «nuevas centralidades» y cómo evidencia un paralelismo con la visión colonial?

A los nuevos desarrollos que se pretende hacer en las grandes extensiones alrededor de la trama urbana de Antigua, incluyendo las aldeas, les llaman las «nuevas centralidades». Usa el mismo criterio elitista de 1560 y, exactamente, con el mismo concepto de división, ya no racial, pero sí económico y social. Esa «descentralidad» va a ser lo suficientemente ostentosa y desagradable a la vista, porque estoy pensando en Cayalá como ejemplo, que nadie va a querer llegar ahí más que quien ya vive a su alrededor. Y esa es la nueva versión de lo que, equivocadamente, se llama el nuevo urbanismo.

¿Es esto una «cayalización» para Antigua Guatemala?

Es un término espantoso pero describe muy bien lo que está pasando aquí.

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