Directivos de los equipos en la Liga Nacional y Primera División (las dos fuerzas más importantes del futbol nacional), así como los directivos en la Federación Nacional de Futbol de Guatemala.
Un viejo dicho señala que depende de la cabeza el estado de todo el cuerpo. En este caso, la cabeza son los directivos, y el cuerpo es el futbol nacional en general. Si vamos a las bases, la actividad primordial en la administración básica es la planificación. Planificar significa haber tenido una visión de dónde queremos que esté nuestro futbol y los pasos que daremos para realizar esa condición. Obviamente, la visión, el sueño siempre será llegar a un estado ideal, que muchas veces puede ser inalcanzable. Inalcanzable por el mercado a quien le estamos ofreciendo el producto y por todo el entorno que rodea o que no permite un desarrollo óptimo.
En este caso, deseamos que nuestro futbol tenga los mejores escenarios para que, la práctica de futbol y el espectáculo, estén a niveles tan altos que no tuviera nada que envidiar a las demás ligas importantes que tenemos a mano, como la Liga Mexicana o la Major League Sport (MLS). Primero debemos tomar en cuenta que nuestra población no es tan numerosa o poderosa (en cuestión a poder adquisitivo) como para hacernos de estadios para 80 mil personas.
Para una planificación idónea, debemos aterrizar a nuestra realidad. Y nuestra realidad indica que debemos empezar por tener campos que reúnan las condiciones idóneas para una óptima práctica de futbol. Campos que permitan jugar a un toque, jugar rápido, y por ende mejorar el espectáculo. Esto nos llevará a que nuestros jugadores, domingo a domingo, estén acostumbrados a un nivel alto de rendimiento.
Si vamos un poco mas allá, veamos las condiciones de trabajo de los jugadores. Son pocos los estadios que ofrecen camerinos con lo mínimo de condiciones, en salud e higiene, para quienes practican el futbol. Como el objetivo es dar una respuesta a la problemática de nuestro futbol, trataré de abarcar detalles que, aunque parecen mínimos, son determinantes.
Una óptima planificación de desarrollo en el futbol, el nivel de competencia en las ligas locales (y no digamos de la selección nacional) debe ser alta. No solo para ofrecer un mejor espectáculo al que paga su entrada para ver un partido de futbol, sino también para poder competir a nivel internacional. El trabajo en ligas menores, el formato de competencia, la equidad en el repartimiento de recursos (esto si adaptamos un modelo estilo MLS) y la audacia de los dirigentes en importar mano de obra de calidad que vengan a dejar algo al futbol, es lo más importante.
El pago de salarios a los jugadores, un punto importante para que el nivel de calidad del futbol nacional sea alta. Un esquema de futbol como industria (y no futbol como hobby) que permita a los dueños de equipos obtener verdaderas utilidades en la actividad anual para poder después invertir en el club mismo. Un plan de mercadeo serio que le cambie la imagen al futbol nacional, que pueda competir con otras realidades en futbol mundial (mercadológicamente hablando), y que genere que los aficionados vean al futbol como un verdadero show y no una excusa para poder desahogar muchas presiones durante la semana laboral o presiones familiares.
Este artículo en verdad es una pincelada de lo que realmente debería la Federación de futbol, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) o el mismo Gobierno, llevarse a cabo para rescatar el raquítico futbol guatemalteco. Durante años, algo se hizo bien como para tener partidos de liga con presencia de 15 mil o más aficionados en los estadios. Hoy nos conformamos con 3 mil personas y no ofrecemos un verdadero show, tanto a la afición como a los patrocinadores.
La dejo picando para el próximo artículo… Los espero.
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