Casi puede decirse que vengo a echarle una desinteresada mano. Y es que, si ninguno de sus asesores lo ha prevenido, resulta que el próximo 21 de febrero es el Día Internacional de la Lengua Materna.
Esta conmemoración es de carácter mundial, una celebración oficial en el calendario de la Organización de las Naciones Unidas, país del que todavía forma parte Guatemala. Por lo tanto, está comprometido a observar estas fechas internacionales.
Siendo Guatemala un país multicultural y multilingüe, el tema tiene que ser importante para su ministerio. Debe recordarse que, aparte de los derechos sociales reconocidos en nuestra Constitución política, los acuerdos de paz de 1996 dan reconocimiento oficial a todas las lenguas maternas: español, 22 lenguas mayas, garífuna y xinka.
La lengua materna es aquella que la persona habla desde que aprende a hacerlo y que tiene raíces en la cultura y en el territorio.
Haga cuentas, ministro: aparte de la lengua española, existen otras 24 lenguas maternas oficialmente reconocidas. La celebración de esa diversidad debería ser parte de la cultura nacional.
Más aún, hay que darse un paseo por el Atlas de las lenguas del mundo en peligro, de la Unesco. Nos llevaremos una sorpresa. De cinco categorías de peligro, Guatemala tiene entradas en cuatro de ellas con 23 de sus lenguas oficiales (es decir, casi todas, menos el español). Las categorías y el número de idiomas guatemaltecos en cada una de ellas son vulnerables (13), en peligro (7), seriamente en peligro (1) en situación crítica (2) y extintas (0). Al paso que vamos, pronto habrá idiomas maternos extintos.
Ya sabemos que su ministerio no es responsable (del todo) de que el Estado no cumpla sus promesas de extender la educación multilingüe. Vamos a llevar la fiesta en paz, sin acusaciones.
Lo que tenemos enfrente es la oportunidad de demostrar que su ministerio sí sabe para qué fue creado. Aunque sea a la carrerita, en una semana se puede organizar la conmemoración. Quizá la Unesco lo ayude a organizar eventos en las regiones de cada idioma. Porque sería un bochorno llevar a cabo un evento en el Palacio de la Cultura hablando solo en español (aunque salga a pasear la marimba). Es que a los asesores se les ocurre cada cosa. Imagino que hasta el Procurador de los Derechos Humanos podría contribuir, siendo la lengua materna un derecho de todas las personas.
Ministro, de aquí a un año ya no estará en su puesto. A como van las cosas, su partido tampoco estará en el Palacio de la Cultura. No desaproveche la ocasión de hacer algo que quizá a ninguno de sus antecesores le ha merecido atención.
Imagino mensajes radiales en los 24 idiomas, impresión de libros escolares (hasta imagino el olor de la tinta fresca en papel), recopilación y publicación de la riquísima tradición oral guatemalteca, promoción del teatro en idioma materno y el anuncio de programas específicos para rescatar del peligro de extinción a los idiomas mopan, itza’ y xinka, los que más cerca están de esa categoría. Por supuesto, un enorme peligro también acecha a los idiomas ch’orti’, jakalteko, poqomam, sakapulteko, sipakapense, tektiteko y tz’utujil.
Bueno, es posible que yo esté equivocado y que, en realidad, la conmemoración ya esté organizada. Tal vez las oficinas ministeriales de los distintos departamentos estén trabajando en el programa desde el año pasado. A veces uno duda injustamente de las autoridades y de los asesores especialistas de cada ministerio. Si ese fuera el caso, por favor ignore lo que he dicho y haga el anuncio oficial para que se prepare cada hablante de cada lengua materna de Guatemala.
Por mi parte, no criticaría que nos olvidáramos por un día del español para dejarles recursos a los otros 24 idiomas.
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