Pero en este espacio no quisiera hablar sobre el contenido del informe, sino sobre algunas reacciones que se han generado en torno a su publicación y a los datos que presenta.
Lo primero que llama la atención es que, institucionalmente, no se ha dado respuesta al estudio. Hasta donde conozco, no existen pronunciamientos institucionales que respondan a lo que el informe documenta, mucho menos medidas para resolver el problema de acoso en la universidad. ¿Se está trabajando en ello? Tampoco lo sé [1].
Conozco que, no obstante, el informe no pasó indiferente en distintos espacios de la universidad. Por ejemplo, en la Escuela de Psicología hubo algunas reacciones a este. Algunos docentes se mostraron preocupados por los datos del estudio. De hecho, los coordinadores del departamento de práctica solicitaron a los supervisores de este que se socializara y discutiera el informe con sus estudiantes. También se solicitó su discusión en el consejo directivo de esta unidad académica para ofrecer algún tipo de respuesta.
Aunque es una iniciativa pequeña y situada, creo que revela que el informe no pasó completamente indiferente. En este sentido, es posible que se hayan dado otro tipo de iniciativas parecidas en otras unidades académicas de la universidad. No es la respuesta oficial necesaria, pero en algo contribuye, aunque sea localmente, a responder a los desafíos planteados.
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También la Asociación de Estudiantes de Psicología ha estado muy activa organizando actividades para las estudiantes, que incluyen espacios de discusión y reflexión (existentes desde hace ya cierto tiempo) [2].
Por otra parte, también han existido algunas reacciones basadas en la incomprensión del alcance y la naturaleza del informe. Como su nombre lo indica, es un estudio de carácter exploratorio y no se pueden hacer generalizaciones en sentido estricto. Esto también debe tenerse en cuenta porque varios medios de comunicación presentaron titulares como «Docentes son la mayoría de acosadores sexuales en la USAC, según estudio», o «USAC: el acoso sexual afecta a 9 de cada 10 estudiantes, revela encuesta». El informe no llega a decir nada de eso en ningún momento.
Por ejemplo, a las oficinas de primer ingreso acudieron estudiantes preocupadas (algunas acompañadas de sus padres) por la posibilidad de ser violadas en la Escuela de Psicología, un poco por los comentarios que se han ido generando en torno a un informe que, como se dijo ya, era bastante necesario y es serio en los resultados que ofrece.
Por eso llaman la atención los efectos que el informe ha ido produciendo, que ojalá no vayan por la línea de lo que más de alguien ha comentado: «Ahora todo es acoso».
Dentro de todas estas reacciones, sin embargo, sigue faltando una respuesta responsable de las autoridades universitarias frente al problema que la AEU y ONU Mujeres mostraron tan claramente.
* * *
[1] En sentido estricto, esto revela únicamente la ignorancia de quien escribe. Pero es posible que no se haya dado respuesta o que la respuesta haya sido poco trascendente. Y en ambos casos la situación es preocupante.
[2] De hecho, la misma asociación apoyó en la divulgación del cuestionario para que más estudiantes de esta unidad académica participaran en él.
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