Nuestros gobernantes se enfrentaron a una decisión política entre dos opciones: la salud o la economía. La salud debe ser prioridad, no solo los hospitales, sino tener planes adecuados para aliviar a los más vulnerables y brindar los servicios básicos. Me parece que de forma solapada se tomó la decisión de resguardar nuestra salud.
El plan que se eligiera en ese momento debía ser uno y debía mantenerse. Llevarlo a cabo fue un duro golpe a la economía: las banderas blancas clamando por alimentos y muchas mipymes en bancarrota, teniendo como consecuencia el incremento del desempleo, no son casualidad. En fin, la economía ya está golpeada. Los créditos que deben darse a estas empresas sirven poco porque, al abrir el país, la normalidad no volverá y pagarlos será difícil. Las suspensiones laborales del Ministerio de Trabajo no son suficientes para el tiempo que dura la crisis.
Hay quienes piden abrir la economía para que las pocas empresas sobrevivientes retomen sus labores. Ponen como ejemplo a Suecia, que cuenta con 3.4 camas por cada 1,000 habitantes, mientras que Guatemala tiene entre cinco y seis veces menos capacidad. La diferencia en la capacidad de atender cuidados intensivos o en la cantidad de personal médico es peor. No podemos tomar los riesgos de Suecia. Con un sistema de salud débil, la única alternativa es el distanciamiento social y la higiene. La epidemia no alcanza su pico. Quitar las medidas o relajarlas en este momento hará que se sature el sistema de salud. Para que esto no ocurra, hay que bajar la tasa de infección a menos de 1, que un infectado contagie a menos de una persona, para contener la enfermedad. Cuando el número de casos se mantenga estable por dos semanas, habremos vencido, localmente. Faltaría tomar medidas para las personas que ingresen al país. Según nuestras proyecciones, el pico no llegará antes de junio. El número de pruebas es insuficiente y los datos que tenemos no son adecuados. Mejores modelos requieren:
- Asignar a los casos (no con nombre y apellido) un número
- Saber si es un caso importado o local
[frasepzp1]
- Saber de qué municipio es
- Cuándo fue reportado, cuándo se recuperó o falleció
- La edad y el sexo del paciente
- Identificar en qué parte del proceso de la enfermedad se encuentra: en cuarentena, hospitalizado o en cuidados intensivos.
- Saber a cuántas personas no reportadas se les hace la prueba diariamente
Estos datos no violan la privacidad de los casos y nos dicen el estado real de la epidemia para conocer así el impacto que va a tener. La fragilidad de nuestro sistema no nos permite improvisar. Toda decisión debe tomarse con el mínimo margen de error posible. Priorizar la salud es brindar esta información. Esta puede publicarse en el sitio del Ministerio de Salud Pública.
La decisión inicial fue cuidar la salud, proteger el sistema público de salud (no de la forma en que me habría gustado). Hay que llevarla hasta el final. No se puede quedar a medias. Conociendo el plan que se tiene, los modelos pueden brindar la información necesaria para este. Ya golpeamos la economía. Salvemos el sistema de salud. De cambiar el plan, sacrificar la economía habrá sido en vano y la salud será golpeada de forma irreversible.
Ejecuten las ampliaciones presupuestarias. Equipen y protejan al personal médico, que es el más indispensable. Liberen los datos, consulten a los estadísticos, escuchen a los infectólogos y a los epidemiólogos. No me cansaré de repetirlo: esta crisis se supera con ciencia. Acuerpar las decisiones con empresarios, y no con científicos, no es lo más acertado.
Más de este autor