Así lo recordó en su particular discurso el recién homenajeado en letras Nicanor Parra, ejemplificando el deceso de Cervantes y Shakespeare, ocurridos en días seguidos, un 22 y 23 de abril, respectivamente, como eventos no fortuitos. Con un mensaje compartido por hallar.
Así resulta que celebramos hoy, 1 de mayo, el Día Internacional del Trabajo y el jueves, 3 de mayo, el Día Internacional de la Libertad de Pre...
Así lo recordó en su particular discurso el recién homenajeado en letras Nicanor Parra, ejemplificando el deceso de Cervantes y Shakespeare, ocurridos en días seguidos, un 22 y 23 de abril, respectivamente, como eventos no fortuitos. Con un mensaje compartido por hallar.
Así resulta que celebramos hoy, 1 de mayo, el Día Internacional del Trabajo y el jueves, 3 de mayo, el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Ambas recordándonos derechos fundamentales del ser humano y requisitos esenciales de la democracia. Así lo dijeron la Asamblea de Naciones Unidas en 1948 y la Convención Americana de Derechos Humanos en 1969. Así lo confirmamos los guatemaltecos en nuestra Constitución Política de 1985, quedando plasmado en el articulo no. 34 de Libre Asociación y el no. 35 de Libre Emisión del Pensamiento.
Artículos constitucionales 34 y 35. Ahí juntos. Uno tras otro. Como un silencioso recordatorio del lazo que los une y que hace posible y sostenible mantener el sistema que decidimos adoptar.
El espíritu que dio vida a estos derechos data de tiempos de la Ilustración. La misión era fortalecer el poder de los ciudadanos. Sus voces, sus necesidades, su dignidad. Fue de ahí de donde surgieron aquellas famosas reuniones en cafés y bares para discutir. Simplemente para eso, para discutir. Dichoso génesis de la ahora llamada opinión pública. Pensadores como Voltaire y Montesquieu vieron la libertad de expresión como una manera de circular ideas diversas. De promover disenso. Y de ahí, espontáneamente, algunas ideas van encontrando resonancia y otras mueren. “Es la libre circulación de ideas y el debate lo que fomenta el avance de las ciencias, las artes y la auténtica participación política”, dijeron.
Y de entonces para acá, cuántos han tenido que sacrificar tanto para defender esos vitales derechos. El premio Guillermo Cano Isaza se otorga desde 1991 en el Día Internacional de la Libertad de Prensa para conmemorar a tantos que, como este periodista colombiano muerto justo frente a su casa de prensa, han dado lo máximo por defender la libertad de tener información y voces diversas en una sociedad. Lo mismo del lado del activismo laborista. Justamente fue la Masacre de Chicago la que dio origen a esta conmemoración.
Y la lucha no ha sido en vano. El contexto del periodismo, la expresión ciudadana y el activismo han tenido cambios positivos. Los medios informativos se han volcado más a los ciudadanos. Los medios digitales y las redes sociales le han quitado el monopolio a los medios de masas. Presenciamos movimientos como las Madres de la Plaza de Mayo, Occupy, o la Marcha Campesina en Guatemala. Sin embargo, hay aun mucho que trabajar en esos mismos campos. Combatir el oligopolio de los medios, fortalecer los códigos de ética en las salas de redacción, erradicar las presiones de pauta publicitaria y pauta oficial, reconocer y legislar las radios comunitarias, procurar el acceso a tecnologías de la información en poblaciones marginadas, más periodismo investigativo, promover la organización y participación como un valor ciudadano principalmente en nuestros jóvenes. Entre otros.
Hace unas semanas asistí a un foro organizado por el Grupo Intergeneracional en el que participaron directores, editores y analistas de medios de prensa guatemalteca. Entre el acalorado debate, hubo algunos puntos en común. Uno, que a pesar de las debilidades, ahora estamos ya en la vía de la libertad; ya salimos de la de la represión dura. Hay que valorarlo y luchar por ir hacia adelante porque ya muchos murieron por ella. Hay cosas qué trabajar como periodistas, para no regresar al oscurantismo. Y dos, que la libertad de expresión es de todas y todos los ciudadanos, no exclusivo de la prensa. Como audiencia activa y también como hacedores de información. Ahora hay acceso a medios digitales y representa una gran oportunidad pero también responsabilidad. Es necesario fomentar más apertura a la discusión y promover la diversidad de posturas. Y a manera de conclusión, un argumento por demás provocador: Se debe combatir el oligopolio y el autoritarismo, no solo de los medios económicos, mediáticos y políticos, sino sobre todo de las ideas. ¡Feliz Día 34 y 35!
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