“El teniente David nos dijo que había llegado un comisionado militar y para no delatar su posición decidió estrangularlo. No usó fusil para no delatar su posición. El (día) 24 llegaron los demás a buscarlo, se toparon con la patrulla de él (de David) y como todos eran comisionados tomó la decisión de ajusticiarlos también”. Con esas palabras Jaime Aurelio Tun Luch, conocido dentro de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) como “capitán Hernán”, acusó a Fermín Felipe Solano Barillas, o “teniente David”, frente al Tribunal de Sentencia de Chimaltenango, de ser el responsable de la masacre de El Aguacate.
El juicio por esa matanza, que tuvo lugar entre el 22 y el 24 de noviembre de 1988, en la que 22 hombres fueron estrangulados, todos ellos provenientes de la aldea El Aguacate, San Andrés Itzapa, Chimaltenango, inició el pasado 13 de marzo, y es el primero que se sigue en contra de miembros de la guerrilla.
El proceso inició a raíz de una denuncia interpuesta en enero de 2012 por el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM). A pesar de que en esta denuncia el GAM acusó a Pedro Palma Lau, Luis Antonio Santa Cruz y Jaime Aurelio Tun Luch como responsables del suceso, la Agencia Fiscal Especial para la investigación de los delitos cometidos por miembros de grupos armados no estatales durante el conflicto armado interno del Ministerio Público, creada en 2011, solo ha sentado en el banquillo a Fermín Solano Barillas, acusado por delitos contra deberes de humanidad y asesinato. Solano hasta el momento no ha prestado declaración.
En el momento en que tuvo lugar el suceso, tal como relató el martes el Tun Luch, el “teniente David” había sido enviado a una montaña conocida como El Soco, a escasos kilómetros de El Aguacate, como responsable de un fuerza avanzada de diez hombres, encargada de preparar las condiciones para una toma político-militar de San Andrés Itzapa.
Sin embargo, el operativo se frustró después de que Carlos Humberto Guerra Callejas un comisionado militar proveniente de la aldea El Aguacate, diera por causalidad con el reducto guerrillero después de haber salido a buscar un vaca que se había extraviado. Al día siguiente salieron en su búsqueda otros 20 hombres de su aldea, quienes también encontraron el reducto y también fueron estrangulados por los guerrilleros.
“Estaban costando las comunicaciones por radio, eso me dijo Santiago (Santa Cruz), que no entraban las comunicaciones”, informó Tun Luch, quien continuó explicando que fue en este contexto, de falta de comunicación radial con el Frente, cuando el teniente David decidió de forma unilateral estrangular a estas 22 personas. Al enterarse del suceso a través de una emisora de radio, prosiguió Tun Luch, el comandante Santiago decidió retirar toda la fuerza del Soco y reconcentrarla en el puesto de mando.
“Cuando llegaron al campamento central, Santiago llamó a David, a la capitana Ana y a mí para recibir el informe de David”, relató Tun Luch para explicar, a continuación, el relato de sucesos antes expuestos. Luego, el comandante Santiago informó sobre la responsabilidad de David a Rodrigo Asturias (comandante en jefe Gaspar Ilóm, máximo dirigente de ORPA), quien ordenó su ajusticiamiento. Sin embargo, el comandante Santiago se negó a llevarlo a cabo teniendo en cuenta que esto podía desestabilizar el frente.
“Me informó de la masacre Gaspar Ilóm”
En su declaración, Pedro Pablo Palma Lau, conocido como “comandante Pancho”, explicó ante el tribunal que ocupó el puesto de comandante del frente Javier Tambriz, al cual pertenecía la unidad guerrillera que cometió la masacre, hasta octubre de 1985, cuando se marchó a México “por problemas de salud”. Agregó que en 1988 se encontraba en México realizando funciones dentro del frente internacional de ORPA, y que la jefatura del Frente Javier Tambriz había sido asumida por Santiago Santa Cruz, o “comandante Santiago”.
Palma Lau aseguró que el día de la matanza viajaba de Panamá a México, tal como consta en su pasaporte, y que al llegar a México Rodrigo Asturias le contó lo sucedido. “Fui llamado por Gaspar Ilom, quien me contó la situación que se había dado en El Aguacate. Me dijo que era el peor error que habíamos cometido”, explicó Palma Lau. El “comandante Pancho” agregó que en el “Manual del Buen Guerrillero”, escrito por él mismo, se explicaba la forma en la que los insurgentes debían interactuar con la población civil, donde se rechazaban la forma en que el “teniente David” actuó en el caso de El Aguacate.
“David” se incorporó a ORPA en febrero de 1985, seis meses antes de que abandonara la comandancia, aseguró “Pancho”. “Tenía el afán de cumplir bien esta misión, pero en esto fueron detectados, y la detección desencadenó todos los demás hechos”, narró Palma Lau, quien tras la firma de los Acuerdos de Paz se incorporó al Frente Republicano Guatemalteco (FRG) como secretario de Asuntos Agrarios y posteriormente ocupó puestos de diputado por este partido, UNE, UCN y Partido Patriota.
Además de Pablo Palma Lau y Tun Luch, prestaron declaración los ex combatientes del Frente Javier Tambriz, Braulio Che Cu y Jaime Adalberto Agustín Recinos. Ambos aseguraron no haber presenciado la masacre pero indicaron que recibieron información de otros compañeros sobre la autoría de esta por parte de Fermín Solano.
La próxima audiencia tendrá lugar el 7 de abril y se espera que en ella rinda declaración por videoconferencia desde Chile, donde radica en la actualidad, Luis Antonio Santa Cruz Mendoza, quien en el momento de los sucesos ocupaba el cargo de comandante del Frente Javier Tambriz. En su libro Insurgentes, Guatemala, la paz arrancada, Santa Cruz ofrece la misma versión a la relatada por Jaime Tun Luch.