Refiere Zizek (por vía de Lacan) la situación en la cual,´seguir el propio deseo se superpone con seguir la obligación de uno mismo´. Aparece citado el famosísimo ejemplo dado por Kant para mostrar cómo sí es posible vencer la inclinación al deseo: Un hombre que ante la posibilidad de satisfacer el deseo (de objeto…) encuentra también una horca colgada para ejecutarlo en cuanto termine: de acuerdo a Kant, cualquier hombre podría superponerse al propio deseo.
Zizek menciona el contra-argumento de Lacan al afirmar que en efecto, hay casos en donde la búsqueda del propio deseo trasciende la simple búsqueda del placer. La referencia de Zizek enfoca hacia la película italiana Casanova 70 en la cual el protagonista de la historia solamente puede mantener su potencia sexual si, el contexto del acto involucra algún grado de peligro. La noche misma en que este Casanova tendrá sexo pre-matrimonial con su novia resulta que la ´nena´ ha conseguido un permiso escrito del cura de la parroquia en el cual, le permite tener sexo antes de la boda.[1] Casanova se decepciona y para darle un sentido de peligro, ingresa arrastrado por el balcón al cuarto de su novia.
¿Qué criterio guía las acciones de Casanova? De acuerdo a Lacan y a Zizek, es ´algo más allá del básico principio del placer´ y en cuanto a eso, entonces existe ya un criterio ético: Con lo cual aparece Kant en la ecuación.
Lo genial de Zizek es referir al dolor que produce la Ley Moral –en el rígido enfoque kantiano− debido al principio de Mal Radical y equipararlo con el principio de dolor fundamental en Sade que de acuerdo a Lacán, es el único sentimiento a priori. De tal suerte entonces, es algo muy propio el sentimiento por humillar, por destruir, por poseer, y al mismo tiempo, suponer que quien recibe el daño sobrevive de manera intacta. Casi casi la fantasía cristiana de la Pascua a la Resurrección.
Para Zizek aquí se abre la posibilidad de plantear la fundación libidinal del postulado kantiano.
Es decir, aquel que cumple la norma por el placer de cumplirla en realidad su énfasis no está en la norma. Caso de análisis: La mujer ´profundamente religiosa´ que insiste por el certificado de matrimonio previo al sexo no es en sí, la santidad del matrimonio o, agradar al padre celestial lo que tanto desea.
Si además del falso cumplimiento de la norma, también es cierto el inherente principio del Mal Radical, y también es cierto que actuar desde la posición de peligro puede generar placer entonces, sacamos una conclusión importante.
Realizo ahora un juego de palabras parafraseando a Zizek.
Los Estados arraigados en la discursividad valorativa judeo-cristiana (santidad de la vida) acompañados de la forma republicana de gobierno (igualdad de todos los estamentos) serían las formas durmientes de totalitarismo. Pareciera ser que así es. Veamos.
El proyecto de solidaridad europeo trata mejor a los banqueros irresponsables que a los ciudadanos afectados injustamente: son noticia los suicidios de empresarios pero las tragedias de familias echadas a la calle son una nota más. Occidente supone que todas las causas de tragedia y dolor son iguales pero, resulta difícil conceptualizar en el imaginario occidental cristiano la idea de genocidio como algo no exclusivo de la judería europea sino propio también de otros grupos.
De fondo entonces, la venta y la presentación de una visión hegemónica sustentada en los ´suaves mecanismos´ demo-liberales y, todo aquello (cadenas noticiosas, revistas de opinión, metodologías, proyectos sociales) que no quepa (por ligero que sea su desvío) encontrará desprestigio, rechazo y sanción moral.
El demoliberalismo tiene una situación que nos remite a Jano, una cara opuesta. Esa que, a la luz de los ´valores máximos del bien´, dígase la patria, la libertad, el progreso humano, el desarrollo, la supervivencia del Estado, ha también justificado las mayores injusticias. De hecho entonces, que el Mal Radical subyace en los Estados que tanto remarcan la legalidad y la institucionalidad.
Lo cual es interesante puesto que hoy, esas injusticias se disfrazan en macreconomía estable, estado de derecho, banca sana y mercados libres.
[1] Aclaro que no hay referencia en este ensayo sobre cómo contactar a tal sacerdote o su ubicación.
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