El 23 de marzo se cumplen 30 años de que Ríos Montt llegara al poder a través de la fuerza. Un golpe de Estado que lo colocó en un lugar que pudo haber usado para sacar adelante a Guatemala, pero que en cambio utilizó para hundir al país en una de las épocas más terribles de nuestra historia, permitiendo como presidente, y según las víctimas algunas veces ordenando directamente, cientos de masacres que terminaron por eliminar a miles de personas.
Cuando internacionalmente se habla de él se le describe como el dictador, el genocida, equiparándolo con Franco o Pinochet, ambos señalados de grandes violaciones a los derechos humanos.
La audiencia programada para hoy será histórica, por primera vez enfrentará como acusado ante un juez pero también verá de frente a los familiares de las víctimas del conflicto que han buscado durante tantos años obtener justicia.
El fiscal del caso, Manuel Vásquez, tiene dos años ya de tener en su poder la denuncia presentada contra Ríos Montt, poco o nada se habría hecho antes debido a la inmunidad que gozaba por ser diputado al Congreso de la República, pero esta terminó el pasado 14 de enero. El fiscal presentará los planes militares Victoria 82, Firmeza 83 y Sofía, como evidencia de la planificación y ejecución de las masacres. Mientras que la defensa del General dirá que es inocente de los cargos.
La Jueza de Primera Instancia a cargo del caso, Carol Patricia Flores, me inspira confianza, no parece intimidarse ni dejarse presionar por nadie, al hablar del caso no se coloca de parte de ninguno ni de las víctimas ni de los acusados, ojalá, en el marco de un debido proceso, aplique justicia.
Mucha gente pensará que porque ya no tiene inmunidad se ha iniciado la investigación, pero no es cierto. Durante 11 años, desde el año 2000, las víctimas interpusieron la denuncia en Quiché, sin embargo los juzgadores que tuvieron en sus manos el expediente nunca hicieron más que archivarlo, mientras que los defensores del General y de los otros acusados, accionaron al menos con 50 recursos para detener el avance del proceso, para evitar este día. Finalmente Ríos Montt no tiene más inmunidad y deberá enfrentar no solo a sus víctimas sino a todos aquellos que queremos conocer la verdad.
De todo esto deberíamos aprovechar el momento. Hace falta que los guatemaltecos exijamos no solo conocer la verdad sino defenderla, así como está legislado en países europeos la negación del holocausto, Guatemala debe empezar a considerar la penalización de la negación del genocidio, así como internamente está legislada la discriminación o el racismo y a nivel internacional la apología al odio y la violencia.
Negar el genocidio no lo borra, ni hace que dejemos de pensar en él, solo hace más honda la herida, solo hace más larga la espera de las víctimas a poder algún día obtener justicia.
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