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Victorias y derrotas relativas

En números fríos, Pérez Molina tiene más ventaja en primera vuelta que la que tuvieron los últimos dos presidentes electos. Óscar Berger aventajaba por 8 puntos a Álvaro Colom en 2003, y Colom le sacó 5 puntos a Pérez Molina en 2007.
Además, esto coloca a Sandra Torres en una posición de adversario número uno de la bancada mayoritaria patriotista, casi tan fuerte como la que tiene Manuel Baldizón en la campaña presidencial.
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Victorias y derrotas relativas

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Una primera fuerza menos poderosa, dos segundas fuerzas y tres terceras. Los resultados de las elecciones del 11 de septiembre no se ajustaron a las encuestas y arrojan un resultado con dos sorpresas, complejo, con un balance de poder más repartido, que podría complicarle las cosas al próximo presidente.

Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, mantiene una significativa ventaja de 13 puntos sobre Manuel Baldizón, del partido Líder, 36.1 por ciento a 23.2 por ciento. La ventaja percibida, sin embargo, es mucho menor. Y en política es tan importante la percepción como la realidad. Pérez Molina lleva seis años en campaña y Baldizón, dos. Y mientras los primeros hacían planes de gabinetes de correligionarios porque creían que podían ganar en primera vuelta, los segundos están exultantes porque hace dos meses contaban con menos del 8 por ciento de la intención de voto, lejos de la rival Sandra Torres, de la UNE-Gana.

En números fríos, Pérez Molina tiene más ventaja en primera vuelta que la que tuvieron los últimos dos presidentes electos. Óscar Berger aventajaba por 8 puntos a Álvaro Colom en 2003, y Colom le sacó 5 puntos a Pérez Molina en 2007. Y el único segundo lugar que ha rebasado al primero en los últimos 25 años ha sido Jorge Serrano a Jorge Carpio en 1990, y fue porque en primera vuelta casi alcanzó un empate: 25.4% a 24.6%.

Aunque tienen una maquinaria mucho mejor aceitada que su rival, Pérez Molina y el PP lucen como un ganador de meta volante cansado ante la levadura de su competidor. Y la percepción aumenta con algún elemento de construcción mediática. En Prensa Libre del lunes 12, por ejemplo, las fotos escogidas para las primeras páginas –con un Pérez Molina asustado y un Baldizón lleno de confianza; con una sede del PP vacía y una sede liderista exultante– ya daban cuenta de la historia que se podría narrar en ese diario durante los próximos dos meses.

Los cisnes negros

El novato partido Líder, producto de desertores en el pleno, no parece tener una estructura partidaria sólida. Su grupo de 26 diputados actuales se reducirá a la mitad y será la cuarta bancada en el hemiciclo. La verdadera sorpresa de la elección, y que será una bisagra para los próximos cuatro años, será la UNE-Gana de Sandra Torres y de Roberto Alejos –en menos medida–. Todos daban al oficialismo como un cadáver político y tendrá una bancada tan grande como la que obtuvo hace cuatro años cuando era la primera fuerza política. Alrededor de 47 diputados. Un resultado que muestra una enorme capacidad de organización para un partido sin candidata presidencial. Se dividirá pronto en el Legislativo, pero la UNE podría quedarse con dos terceras partes de los parlamentarios.

El resto seguiría a Roberto Alejos, más moderado que Torres, quien se ha convertido en el accionista mayoritario de la Gana del reelecto Jaime Martínez. Aunque hicieron un gobierno entre rivales durante cuatro años, los últimos mítines evidencian que Alejos y Torres ya no se soportan y la coalición no parece tener futuro.

Además, esto coloca a Sandra Torres en una posición de adversario número uno de la bancada mayoritaria patriotista, equiparable sólo a Manuel Baldizón en la campaña presidencial. El petenero, de 40 años, con 23.5% del electorado y boleto a segunda vuelta cuenta sólo 13 diputados; la petenera, de 56 años, que sin competir logró unos 30 diputados fieles y unos 47 de su alianza, tendrá que hacer oposición a control remoto. Eso sí, es sólo el inicio de la legislatura. Baldizón empezó con diez apóstoles y terminó con 26 fieles, y el hecho de competir una segunda vuelta, si no la gana, le sitúa en el primer lugar de la lista de aspirantes para 2015.

La otra sorpresa de la jornada fue la UCN de Mario Estrada y de su padrino Alfonso Portillo, el expresidente que será extraditado a Estados Unidos por lavado de dinero cuando acabe su juicio nacional por corrupción. La aparición de su imagen y sus mensajes junto a los de Estrada, y quizás el veredicto en su contra, parecen haber catapultado la popularidad de la UCN, a pesar de que este partido se disputaba en el imaginario político nacional el cetro de la agrupación más opaca

Obtuvo, según los resultados preliminares, el 8% de los votos para presidente y unas 15 curules, para convertirse en la tercera bancada legislativa. Los exportillistas, con Luis Rabbé a la cabeza, probablemente serán una de las bancadas que pueda negociar su alianza con el oficialismo. 

El partido Creo, de Eduardo Suger y Roberto González, tuvo un resultado agridulce. Suger fracasó en su tercer y casi seguro último intento de llegar a la Presidencia, pues está a punto de cumplir 73 años; pero González logró superar a Alejandro Sinibaldi y situarse cerca del 30 por ciento del voto capitalino para la alcaldía –un espaldarazo para 2015. Su obstáculo será superar los resultados del bergeísmo hace cuatro años y en esta ocasión: 17% a nivel nacional. El partido, de ex funcionarios del gobierno anterior, mantuvo el tamaño de su bancada, con 13 diputados electos. Creo será una de las tres terceras fuerzas parlamentarias, junto a Líder y UCN.

Así, habrá dos bancadas mayoritarias, el PP con unos 56 y la UNE-Gana con unos 47, que marcarán el ritmo del Congreso. El filibusterismo sistemático –o bloqueo parlamentario- que hicieron los patriotistas cuando eran la oposición de la UNE entre 2008 y 2011 no augura acuerdos legislativos fáciles entre las dos mayores fuerzas. El segundo pelotón importante es de la UCN, con unos 15; Líder, unos 13; y Creo, unos 12. Indispensables dos de los tres para que el próximo Ejecutivo pueda tener un poquito de gobernabilidad parlamentaria.

El tercer pelotón

Después vienen los bloques pequeños o los simbólicos. La coalición de Viva y Encuentro por Guatemala obtuvo siete escaños, de los cuales tres son para el partido de Harold Caballeros y cuatro para el de Nineth Montenegro, que aumenta en uno los congresistas de su partido alcanzados en 2007; un fracaso relativo para la congresista, que obtuvo prácticamente la misma cantidad de votos. Tampoco es probable que la coalición sobreviva esta elección.

Sus exaliados de Winaq de Rigoberta Menchú repitieron con una curul, ahora con Amílcar Pop, y la URNG repitió con dos parlamentarios. Si permanecen juntos, como Frente Amplio de Izquierda, contarán con una bancada de tres diputados.

El gran perdedor en estas elecciones es el partido Unionista. Álvaro Arzú fue reelecto, pero de más de la mitad de votantes en 2007 bajó al 36%. Y su bloque parlamentario pasó de 7 parlamentarios hace cuatro años rozar la desaparición como partido, y probablemente se quedará con un único diputado, José Alejandro Arévalo. 

El Partido de Avanzada Nacional, que podría alcanzar 3 curules encabezadas por Hugo Morán Tobar, hijo del coronel del mismo nombre acusado en el pasado de negocios poco transparentes. Quienes aruñaron su sobrevivencia y lo consiguieron fueron el FRG, que pasó de 14 parlamentarios a probablemente uno, al igual que el partido familiar Victoria, de los Rivera, que perdieron la alcaldía de Mixco ante el PP.

Desaparecen en esta ocasión dos partidos. Casa, que postuló a Alejandro Giammattei, que bajó del 17% que obtuvo como candidato bergeísta al 1% en cuatro años tras un paso por la cárcel. Y ADN, de Adela de Torrebiarte, hizo debut y despedida en una contienda electoral al obtener menos del 1%. Ninguno de los dos obtuvo un diputado.

Mañana y en enero

La victoria de Pérez Molina, ajustada en el imaginario a pesar de la solidez de 13 puntos porcentuales, le obligará a un gran esfuerzo proselitista ante el embate del exultante Baldizón, meteórico en su ascenso desde agosto. Las alianzas políticas a nivel de alcaldías y diputaciones que logren ambos podrán influir en el resultado, aunque en los últimos años no se han visto determinantes. Los fichajes de personalidades para eventuales gabinetes, el financiamiento electoral y campaña negra, mucha campaña negra, marcarán, parafraseando a Dante Liano, las insoportables mañanas de esta segunda vuelta entre dos candidatos de derechas, de derechas muy poco profundas.

* Martín Rodríguez Pellecer es el director de Plaza Pública.

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